Cassette para el olvido: escuchar el lado B de la vida

El autor de los versos grabados, Armando Madiedo Suárez, da un anticipo de lo que será su libro Casette para el olvido

(Barranquilla, Atlántico, Colombia)

Por, Samuel Simanca

Cuando era un niño jamás tuve la oportunidad de escuchar música por medio de casetes, tal vez por la descontinuación de estos. Eran los años dos mil siete u ocho, según lo poco que recuerdo. Los CD’s ya se habían tomado el mercado, y para ver el contenido grabado bastaba con insertarlos en el reproductor y esperar a que inmediatamente lo leyera desde el lado A, porque no tenían otro.

Con el pasar de los años han ido avanzando los medios para reproducir contenido, hoy día basta con dar un clic en Google y buscar lo que desea verse, por eso jamás pensé que después de tantos años de crecer con «la avalancha de contenido» iba a tener entre mis manos un verdadero cassette, o un extraño prototipo, porque no necesita reproductor para revelar su contenido.

El autor de los versos grabados, Armando Madiedo Suárez, da un anticipo en uno de los epígrafes dedicatarios de qué tratará el libro; un acto premonitorio, casi alquímico para comenzar a desenrollar la cinta.

«Para Rosa, mi madre,

que me enseñó a escuchar

el lado B de la vida»

Al comienzo, en el lado A, se escucha la melancólica voz de un hombre que habita en los rincones de cada página; un ser fuera de sí, traicionado por la espera, dejado en la frontera con el vacío donde añora tiempos lejanos que se le han escapado como el humo entre los dedos.

«Quise hacer, trazo a trazo, un autorretrato de mi inocencia,

ajeno a todo el fracaso de la mocedad

(…) Esto que avanza hacia la noche es un esfumato

el resultado de un grabado de plancha,

un collage inútil de emociones (…)»

(BONUS TRACK I, fragmentos, pág.17)

Por otra parte, en el lado B, quien habita es una mujer; susurra con voz ahogada. Es una amante de otros tiempos, una fémina que duda sobre sus formas presentes, y que, en resumen, es también un ser echado a la frontera con el eterno y profundo vacío.

«Si llegara a la puerta al amanecer

con las palabras rotas como cadenas,

dejaría que pasara el circulo de sombra al que pertenece»

(BONUS TRACK VIII, pág.44)

En los versos anteriormente citados se encuentra la coepi vis (fuerza inicial) del autor por conectar con la sensibilidad del lector al recordarle que, de una u otra forma, habitamos el mundo de las sensaciones y que de ahí en adelante no nos queda más que el vacío. Un mundo que da a todos la posibilidad de hacer llevadera la dura realidad del tiempo y las emociones, mientras se huela un durazno, ver caer las fresca gotas de lluvia sobre la acera, probar la amargura del limón, y la dulzura de otro cuerpo semejante mientras se escucha algún cassette para el olvido.

Brisa Marina es un espacio que busca dar a conocer los versos escritos y publicados en Colombia