«It’s gonna be alright, little girl — I don’t wanna hear that shit»
‘RAINY NIGHT’ (VOLTANA)
Por: Olugna
Es una noche difícil para Paula. Una de tantas en la que la chica de mechones azules, jersey naranja y overol no encuentra sosiego. El ruido de la lluvia se diluye con la bulla de los carros que atraviesan calles y se ahoga con las luces difuminadas de una ciudad, al igual que ella, atormentada. Con su morral en la espalda, busca el placebo que haga más ligero su delirio. Entre pastillas y pensamientos desordenados, intenta acallar la voz de esa niña que se agazapa en algún rincón de su mente, la misma que le susurra lo que nadie se atreve a decirle. Una dosis más, una de tantas que le han dado consuelo durante trece días de desconexión, mientras escucha las mismas palabras —tan inútiles como las cápsulas que consume con desespero—: «It’s gonna be alright, little girl».
«It’s all an illusion. Woah… Thirteen days of disconnection— time is your worst enemy»
La cámara que registra los pasos previos de Paula hasta la reja de la clínica no deja de moverse: un retrato sutil que dibuja los rasgos de su mente atormentada. Son 37 segundos que nos preparan para la historia que está por comenzar. La chica de jersey naranja sabe que se requiere algo más que pastillas y encierro para sanar sus cicatrices. Todos lo saben, pero no se cansan de repetirle: «It’s gonna be alright, little girl».

Está agotada de toda la mierda que se esconde entre frases de cajón, recetas y tratamientos inútiles que son incapaces de ponerse en su lugar para sentir lo que solo ella comprende. No está ajena a su realidad, no necesita de la empatía hipócrita ni de respuestas a preguntas que, quizás, nunca se hizo. Paula cruzó la puerta, dos chicas de azul están esperando por ella.
«It’s gonna be alright, little girl — I don’t wanna hear that shit»
—Esperamos conectar de manera profunda y sincera con quienes atraviesan momentos difíciles, acompañándolos a través de nuestra música—, señala Voltana.

El video oficial de ‘Rainy Night’ recrea una historia real que vivió uno de los integrantes de Voltana, la agrupación bogotana de rock alternativo que busca acercarnos con esta pieza a su EP debut, ‘Resilience’.
—Queremos generar conciencia sobre la salud mental y cómo emocionalmente lidiamos con diferentes roles y expectativas sociales que a menudo crean brechas innecesarias y aumentan el desespero—, explica la agrupación.

La pieza audiovisual, protagonizada por Paula Rodríguez —vocalista de la joven agrupación formada en 2023—, narra la travesía de un paciente en una clínica de reposo e intercala escenas de los músicos interpretando la canción. ‘Rainy Night’, de esta manera, es el soundtrack de la historia, uno que no toma distancia de la escena, sino que interviene como si fuese el rock —en la fusión de sonidos que propone Voltana— el escape, la catarsis y la furia del trastorno.
—Queremos abrir un espacio de empatía y reflexión sobre la salud mental, derribando estigmas y promoviendo el diálogo—, agrega.

Escrita en inglés, ‘Rainy Night’ se inclina por frases cortantes para contarnos, en ráfagas, el desahogo de su protagonista. La metáfora, usada discretamente en algunos segmentos, refuerza la emocionalidad que envuelve la canción. Música, lírica y lenguaje audiovisual forman parte de la historia y desarrollan el concepto recreado por la banda.
«Don’t you realize this is a trick? My mind, astray. No one can heal the wound. Nothing’s all right»
A nivel musical, diferentes expresiones del rock sobresalen para construir esa casa del encierro que finge ser un lugar de sanación. La voz versátil de Paula —limpia y, por momentos, rasgada— toma elementos del metal moderno. Entre estridencias y distorsiones, ‘Rainy Night’ recrea diversas atmósferas musicales que se complementan con los sonidos de ambientación del video, los juegos de cámara y los efectos de edición que encajan con su estructura lírica.
—Voltana significa «voltaje»: una carga de energía que nace de la presión que enfrentamos como seres humanos—, continúa.
En la breve película, Paula no logra escapar de su delirio. Ninguno lo hizo. Los demás pacientes, las enfermeras y el psiquiatra que la atiende —sujeto que también busca consuelo en las pastillas que receta— están atrapados en el delirio que supone un trastorno.

Al final del video, abandonado en el suelo, un oso de felpa recibe la lluvia de una ciudad ruidosa y delirante. Paula solo intentaba liberar a esa niña que creció atada mientras ella se hacía grande.
—Queríamos transmitir la idea de resiliencia: la confianza en uno mismo para transformar el caos interno en poder personal—, concluye.
Sobre Olugna
Cada crónica es un ritual. Quizás suene demasiado romántico, pero así es. Así soy yo, complejo y trascendental; sensitivo y melancólico, pero entregado a una labor que, después de algunos años, me ha abierto la posibilidad de vivir de mis dos grandes pasiones: la escritura y la música. A la primera me acerqué como creador, a la segunda –con un talento negado para ejecutarla– como espectador.

