Masacre en 1991: Alex Okendo, Dilson,  Díaz, Bullmetal y Juancho Gómez

Ceremonia funesta, triste: la honra de Masacre a un cortejo fúnebre

Por: Joel Cruz


Mientras 1991 era el año de la nueva Constitución, Masacre definió en un corte de su álbum ‘Reqviem’ la gélida intensidad de lo que significa perecer en la sociedad colombiana, especialmente en una Medellín presa por la violencia y manchada por un tizne blanco que le rebajó a La Parca de su distinción sublime e insólita, para volverla una costumbre insensible de lágrimas y entierros a granel. ‘Cortejo fúnebre’ no es la mirada solemne de quienes se despiden de la existencia; es la burla de la muerte como desfogue temporal ante una vida con plusvalía en descenso…



Coragyps Atratus. Marzo 15 de 1984

Cuando la creciente ansiedad de la muchedumbre parece llegar al límite de la paciencia, la guitarra pregrabada de Juan Carlos Juancho Gómez cambia automáticamente el ánimo general, otorgando una despedida solemne a los viajeros del más allá. El frío o la sed dejan de ser una preocupación; cualquier charla por la demora ya no importa. La atención disipada de los espectadores a la prueba de sonido retoma su eje primario, cuando suena en los parlantes el instrumental hecho a dos juegos acústicos, bastante familiar para quienes saben el peso de Masacre y su música en la historia corrosiva del país.


El aluvión de chiflidos no es gratis: es una victoria colectiva sobre la eterna espera y es cuestión de minutos para que la banda inicie su culto a la muerte, pero no al deceso por motivos naturales: la muerte ocasionada por manos homicidas, remembranza que irónicamente tiene más de 30 años de vida. Las líneas que le delimitan, calcan a la perfección las nauseabundas circunstancias que les antecedieron, cuando el vinilo de su primera grabación profesional fue dado a conocer entre los entonces pocos seguidores que, en principio, se aferraron a su mensaje directo, desgarrador. Pensándolo bien, el presente no dista mucho del pasado.


‘Cortejo fúnebre’ usualmente tiene un lugar excepcional en el setlist que la agrupación oriunda de Medellín prepara para sus conciertos, sea en los escenarios nacionales o en el exterior, ahora que su actividad en tarimas foráneas es más fuerte. Aunque en los últimos conciertos sus integrantes han optado por rescatar otras composiciones clásicas del larga duración ‘Sacro’ o el EP ‘Barbarie y sangreen memoria de Cristo’, el tema encargado de abrir toda la saña y brutalidad del disco ‘Reqviem’posee razones de sobra para estar encriptado en la memoria de aquellos elegidos a calmar (así sea brevemente) su desencanto de la realidad; reflejada como un nudo en la garganta o el vientre, y la cual el death metal suramericano ha buscado revelar a modo de catarsis, explicando mediante distorsión musical la hostilidad de un ambiente convulso.


Las elaboraciones de cuerdas que le dan sustancia tanto al preámbulo del acetato como a una de las canciones más vehementes de Masacre, nacieron desde la inspiración de Juancho Gómez y sus continuos ejercicios de composición, basados en estudios de guitarra clásica. Su liderazgo en el tema, afianza el aire espeso que la marcha mortuoria sugiere desde el primer segundo, donde la percusión de Bull Metal y el bajo de Dilson Díaz marcan inexorablemente el rito que la fe católica marca como el final de quien perece, así la conclusión del finado haya sido por culpa de una Mini Ingram con balas consagradas a María Auxiliadora. Como dice la letra, «la procesión viene detrás», mientras que en otro aparte se encuentra en la ceremonia «sacudiendo pañuelos de esperanza», acumulando con febril contabilidad los almas inertes de una guerra urbana que usa tinta roja para dejar una bitácora de espanto.

Afiche promocional de ‘Reqviem’, álbum debut de Masacre

A ritmo de termómetro, el himno transita pisadas densas para llegar a cúspides alebrestadas. El sello vocal de Alex Okendo estampa la aspereza gutural necesaria y los lamentos agudos más lacerantes para que la honra al óbito se sienta frase tras frase. «Minuto de silencio, gritos de ecos, bendecid ahora al fallecido…». La vitalidad del acto funesto viene cobrando vitalidad y euforia desde los años 90, periodo coyuntural para Colombia.


En Rock al Parque y los Tortazos de metal, la canción homenajeada de esta notanunca ha dejado de respirar con ferocidad ante las multitudes, se hace con los años más verídica. Lo mismo ha sucedido en Cali, Pereira, Pasto, Manizales y por supuesto, en Medellín, la meca del Ultrametal; cuna del LP que muestra en portada al romano Julio César abatido por los suyos, traicionado por la egolatría que en sus días soleados lo glorificó. Hoy, herederos de la cultura latina y de las prácticas meretrices de la justicia, no son pocos los poderosos de ambos bandos que también hemos visto correr con la suerte del emperador.


La tercera década de ‘Reqviem’ fue celebrada con una adaptación completa del disco en el 2022, de acuerdo con la experiencia que la actual formación de Masacre posee. Desde luego, ‘Cortejo fúnebre’ tuvo un tratamiento más acorde (y aplastante) a lo que el grupo hace ahora en vivo, en medio de una era atestada de plataformas digitales abusivas y bufones de TikTok. A la par de que este canto siniestro ha retumbado con éxito en los círculos metaleros de España, Norteamérica, Chile, Noruega o Polonia, su tufo lírico— extraído de la poesía simbolista y la prensa arisca de la nación— siga siendo una muestra de respeto a la muerte; la cual vive mordazmente para que el ocaso de la existencia nunca perezca entre nosotros.

Foto de Portada: Masacre en 1991: Alex Okendo, Dilson, Díaz, Bullmetal y Juancho Gómez


Sobre Joel Cruz

Su relación con el rock y la prensa independiente le ha permitido mirar la vida desde una atmósfera poética. Gracias a ella, los azares de la noche, el ladrido de un perro callejero, una copa de vino tinto y hasta un paquete de papas fritas tienen un lado B más interesante. Ha colaborado con sus reseñas y opiniones para medios alternativos de alta importancia en Colombia.


Consigue todo lo que necesita tu mascota aquí

Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *