«En mi opinión, es mucho mejor entender el universo tal como es que persistir en el engaño, a pesar de que este sea confortable»
Carl Sagan
Por: Joel Cruz
En el borde de un nuevo amanecer, se hace un alto entre las ocupaciones rutinarias para contemplar el tiempo que se desliza entre los granos de un reloj de arena. El instante de pausa se convierte en un espacio para indagar sobre el conocimiento, concebido como una bóveda celeste en constante expansión, donde cada idea es un astro que se ilumina y conecta con otras en un cosmos de perpetuo movimiento.
En un mundo donde la velocidad de los acontecimientos parece devorarlo todo, surge la necesidad de detenerse y contemplar aquello que no tiene vuelta atrás. El análisis respecto a la imperfección y la vulnerabilidad se presenta como un acto de coraje intelectual, que debe evitar la comodidad de la soberbia y el juicio insípido.
La idea es clara: pensar con honestidad y dirigir lo que está a nuestro alcance, guiados por la sapiencia, mientras se reconocen los límites impuestos por nuestra propia condición y la inmensidad del universo que nos rodea. Aun así, esta humildad no anula la fuerza de la inteligencia, capaz de imaginar y crear un sinfín de alternativas ante los retos que la vida presenta.
En la intersección entre los vacíos de nuestra existencia y lo vasto de nuestras posibilidades, emerge una invitación a equilibrar la reflexión profunda con la acción consciente; un llamado a vivir con atención, conocimiento y apertura ante lo desconocido.
Cuando el rock intenta descifrar los enigmas de la humanidad
El acto creativo, por su propia naturaleza, rara vez se guía de manera exclusiva por el placer o el entretenimiento. Surge, más bien, de la curiosidad y del impulso de responder preguntas, incluso aquellas que parecen no tener solución. En este sentido, el rock se presenta como un lenguaje ubicuo y un espejo de libertades cognitivas, capaz de confrontar al oyente con planteamientos existenciales y retos para la razón.
Desde la continua reinvención de David Bowie hasta el virtuosismo de Genesis con Peter Gabriel; desde la audacia avant-garde de Arcturus hasta el dramatismo teatral de Muse; la melancolía introspectiva de Anathema, las fusiones arriesgadas de The Mars Volta y la mutabilidad sonora de Porcupine Tree; las complejidades rítmicas y compositivas de Rush, las extravagancias de Faith No More y las experimentaciones de Radiohead: todos estos ejemplos muestran cómo la música trasciende la rebeldía para cuestionar paradigmas y difundir horizontes intelectuales
El rock, así, no es solo un entretenimiento: es un espacio de raciocinio, de exploración y de confrontación con las infinitas alternativas de la creatividad humana.
THY METHOD y la mirada crítica del dogma en la cultura moderna
En un océano eterno de producciones que hoy inundan Internet, descubrir el rigor de THY METHOD se siente refrescante. Nicolás Restrepo, alma y motor detrás de este proyecto, no tiene la pose de rockstar ni busca serlo. Pero esa austeridad no sugiere timidez ni desconexión; al contrario, es la de un verdadero amante de la música y, más allá de ella, de la manera en que esta se entrelaza con otras disciplinas artísticas. Su primer trabajo, ‘Degodify’, es la concreción de una idea pensada con cuidado, de decisiones acertadas que lograron materializar algo sólido y coherente.
‘Degodify’ es, en palabras sencillas, la obra cumbre de Nicolás como compositor e intérprete. Es una contemplación plasmada en sonido, un reflejo personal del modo en cómo ve los temas que afectan a la humanidad: esos asuntos que, la mayoría del tiempo, dejamos pasar mientras vivimos de forma mecánica, buscando sostén y tratando de entender nuestro lugar en el mundo.
¿Es un manifiesto? Sí. Asimismo, un acto de valentía. Nicolás no teme meterse con lo intocable, poner en tela de juicio los dogmas y cuestionar estructuras que limitan la libertad de pensamiento. Cada tema es un recordatorio de que el arte tiene un papel: sacudir, provocar y abrir puertas hacia nuevos panoramas. THY METHOD pregunta y, de paso, nos obliga a mirar más allá de lo establecido.
Provocar las doctrinas lejos de toda ley, incluso las del metal
‘Degodify’ equivale a «desendiosar», un tratado acerca de alejarse de los dogmas, dioses o creencias que dominan nuestra forma de pensar y actuar. El concepto apunta a liberarnos de dichas prisiones para recuperar un estado más natural como individuos: llegar a ser personas capaces de crecer y evolucionar sin prejuicios, culpas ni miedos. Sin embargo, esta visión es empática y requiere también una responsabilidad con los demás
El álbum promueve un espíritu crítico y desmonta los pilares de la religión, los modelos sociales que restringen, así como los sometimientos que nos someten a menudo. Es una sentencia crítica sobre las versiones de poder que nos unifican y una llamada a recuperar la autonomía personal. No obstante, posee igualmente una carga significativa de emociones. Aborda con sinceridad la cara menos sublime de las relaciones de pareja, la disyuntiva de la espiritualidad y el nivel de compromiso que cada quién debe tener para buscar una iluminación sin parámetros de terceros.
En el plano pictórico, el arte igualmente sabe expresar: un rostro que se descompone para reconstruirse. La transfiguración de un viaje hacia adentro y el diálogo interno de una realidad con múltiples escenarios.
‘Degodify’ se erige como una obra que condensa tiempo, experiencia y una visión sonora cuidadosamente construida a lo largo de un año de trabajo continuo. Grabado y masterizado por Nicolás Sadovnik, y producido y mezclado junto a Nicolás Restrepo en El Búnker Estudios de Bogotá, el disco refleja el rigor técnico y la sensibilidad estética de un proceso que se extendió entre agosto de 2024 y agosto de 2025. Cada etapa de su realización estuvo marcada por la búsqueda de un sonido honesto, potente y emocionalmente coherente.
Las guitarras y teclados juegan un rol preponderante, tejiendo atmósferas envolventes que amplifican la carga emotiva de cada pieza. Estos elementos construyen fórmulas atractivas y sensibles. El resultado es una escucha profunda, que invita tanto a la introspección como a la catarsis. A este camino se sumaron Fabián Rivas (voz) y Mauricio Manrique (batería), incorporando una serie de talentos que, en definitiva, acoplaron a la perfección el principio individual del trabajo para hacerlo sentir integral en cada segundo de la grabación.
‘Degodify’ no ofrece respuestas fáciles. Cuestiona el actuar social, el amor y la fe: tres columnas que suelen presentarse como sagrados e intocables. Escuchar sus canciones obliga enfrentarse a sus mandatos unilaterales y decidir cómo nos afectan en cada paso que transitamos.
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Sobre Joel Cruz
Su relación con el rock y la prensa independiente le ha permitido mirar la vida desde una atmósfera poética. Gracias a ella, los azares de la noche, el ladrido de un perro callejero, una copa de vino tinto y hasta un paquete de papas fritas tienen un lado B más interesante. Ha colaborado con sus reseñas y opiniones para medios alternativos de alta importancia en Colombia.