Niño Erizo - Canción de Rabia

El Niño Erizo, en ‘Canción de Rabia’, nos expone a una herida que no deja de supurar

(España)

Por: Olugna

El perpetrador se aleja en un auto. Busca, lejos de la ciudad, huir de sus decisiones, escapar de sus recuerdos. Su corazón podrido le hizo perder la fe en ella, la mujer que apuñaló minutos atrás. Él, un hombre común que intentó borrar de tajo las heridas de una separación, ahora es un asesino; un tipo dominado por sus propios trastornos. El amor dejó de sonreír para él.

«Mi corazón podrido, me hizo perder en ti la fe / quizás habrá un motivo para perderte y olvidarte donde nos quisimos»


El Niño Erizo convierte la tragedia en un golpe visual, en una metáfora cruda sobre la ira que arde en todo adiós. La rabia, elemento central de la narrativa propuesta en el videoclip, es representada en un drama visceral donde el protagonista asesina a su pareja, desatando un simbolismo que nos sumerge en la crisis emocional de la canción. Ira, dependencia y desesperación convergen en una pieza audiovisual sombría y difícil de digerir; más aún, en tiempos modernos en los que la corrección política busca censurar cualquier expresión artística que se atreva a trasgredir la falsa moral de la sociedad.


‘Canción de Rabia’ es el grito herido del amor, un estallido de ira que se aleja de la condescendencia y transita por el filo de la frustración. Su lírica, sin artificios ni suavidades, expone las cicatrices de la despedida con una sinceridad que podría ser cancelada por los más frágiles. Es una composición odiosa y, precisamente por eso, es sugestiva.

Musicalmente, ‘Canción de Rabia’ bebe de las influencias del rock pop español de los 80 y 90, explorando, a su vez, las posibilidades libres del indie. Un rumbo en el que, además, incluye recursos literarios como la metáfora y el simbolismo, dando profundidad a las letras de sus canciones.


Sobre Olugna

Cada crónica es un ritual. Quizás suene demasiado romántico, pero así es. Así soy yo, complejo y trascendental; sensitivo y melancólico, pero entregado a una labor que, después de algunos años, me ha abierto la posibilidad de vivir de mi dos grandes pasiones: la escritura y la música. A la primera me acerqué como creador, a la segunda –con un talento negado para ejecutarla– como espectador.


Consigue todo lo que necesita tu mascota aquí

Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *