Al cielo se eleva una poesía,
en la tierra, llorando, se arrastra un hombre.
Un corazón destrozado,
una sociedad hecha pedazos.
El llanto de un niño,
el lamento de un anciano.
La sombra transeúnte de la muerte,
la ausencia permanente del amor.
Un ángel, cualquier ángel,
cometió un error, ahora pide perdón.
Su grito, un grito de dolor,
envuelto en sangre se revuelca un corazón.
En su tierra, llorando, cae el cuerpo de un hombre,
mueren con él las ilusiones de un pueblo,
reina la oscuridad, gobierna el horror.
¡Oh! ¡Ciega justicia!
¡Oh! ¡Libertad ausente!
¡Oh! ¡Maldita opresión!
En la tierra, muere un hombre,
muere un niño,
muere un cantor.
Se ahoga una voz,
deja de latir un corazón.
Mudo un pueblo llora, llora de dolor.
Triste un país sepulta la esperanza,
triste país que el amor desecha.
En el cielo, ha muerto Dios.