Fotografía: Colonia Records
(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Olugna
Alrededor del desarrollo del rock como industria en Colombia se ha tejido un diálogo bastante amplio, en el cual se han abordado diferentes variables: bandas, escenarios, productoras, disqueras, salas de ensayo, bares, empresas, emprendimientos, medios de comunicación y, por supuesto, públicos.
También se ha construido un escenario de debate que da cuenta de la importación que ha tenido el género en todo el país. Hoy, el rock nos hace un llamado a todos sus hijos, a todos aquellos que sabemos que no se trata de una moda pasajera, sino de una pasión que nos habrá de acompañar de por vida.
Conversamos con Aida Hodson sobre la actualidad que atraviesa el rock en nuestro país y cómo se puede fortalecer la industria alrededor de él.
Rugidos Disidentes (RD): Son más de dos décadas dedicada a buscar nuevas posibilidades para el rock nacional. Muchas cosas han pasado en los últimos 20 años, entre muchas más, la aparición del internet que revolucionó la manera de comunicarnos, de trabajar y de crear. En términos sencillos ¿Qué es una industria?
Aida Hodson (AH): Una industria es el engranaje de cada uno de los eslabones de la cadena de valor que se fortalecen entre sí para generar una economía y sustentabilidad propia que vive de manera individual, pero crece de manera colectiva.
RD.: ¿Qué requiere una industria para crecer?
AH.: Requiere engranaje, coherencia, rendimiento, insistencia y crecimiento en todas sus aristas.
RD.: ¿En Colombia hay una escena alrededor del rock? Claro que sí. No solo escena, sino industria en desarrollo en donde habitan y coexisten todos los eslabones de la cadena de valor.
RD.: ¿Cómo ha sido el proceso de formación de la industria de rock nacional?
AH.: El rock posee algunos procesos de formación aún incipientes en espacialidad del género, pero en Colombia hay grandes apuestas formativas alrededor de la música que lo nutren. Ahora bien, falta un gran camino formativo en aristas de creación de marca, gestión y circulación, que hasta ahora se está notando una demanda al respecto.
RD.: ¿La gratuidad qué tanto afecta a la industria?
AH.: Mucho. Es decir, como sociedad tenemos unos derechos de consumo artístico, pero cuando ese consumo solo se da o se oferta a partir de la gratuidad hay un mal transversal y te lo explico: afecta la sustentabilidad porque al querer generar consumo pago desde lo privado, el público es ausente; al no poder generar recursos por vía circulación de shows, se baja la cantidad de los mismos, afectando no solo al artista, sino a toda su cadena de valor.
RD.: Durante más de 20 años en gestión cultura y más de 10 apoyando el rock nacional ¿Qué cosas han cambiado en la escena durante este tiempo?
AH.: ¡¡Muchas!!! Se ha generado más conciencia alrededor de una industria. Los procesos creativos y musicales, cada vez más, se desean profesionalizar más allá de lo interpretativo. Se ha evidenciado la necesidad de trabajar con todos los eslabones, se han incorporado nuevas tecnologías y se ha entendido y apropiado en un alto porcentaje, el buen uso de las redes sociales y plataformas de streaming. Seguimos en construcción, pero se ha avanzado bastante.
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RD.: ¿Qué cosas se mantienen?
AH.: La pasión, el proceso creativo independiente, el deseo de crecer como sector, el amor por la tarima y los circuitos locales.
RD.: Para saber qué queremos, necesitamos saber dónde estamos. ¿Cuál sería el DOFA del rock nacional en la actualidad?
AH.: Tenemos debilidades a nivel formativo y conciencia de esta necesidad de fortalecimiento más allá de lo musical interpretativo; amenazas con una industria mundial en crecimiento y una baja circulación que traspase fronteras y una falta latente de procesos de renovación de públicos generacionalmente hablando. Pero, por otra parte, grandes fortalezas desde el talento, la creación, la profesionalización de la producción en todos los sentidos; unas grandes oportunidades a partir de los mercados y plataformas presenciales (y ahora virtuales) que amplían nuestro espectro de gestión, circulación y comunicación.
Lo importante del DOFA, es la estrategia para volver las amenazas y debilidades en fortalezas y oportunidades. Para esto debemos trabajar como industria.
RD.: ¿Cómo explicar que detrás de una banda hay una empresa que necesita crecer sin perder la esencia ni la identidad del proyecto?
AH.: Es entender que una banda es una empresa que trasciende a lo creativo, que debe tener procesos de marketing, generar una marca, hacer un plan de negocio, de crecimiento y que la virtuosidad interpretativa es apenas el 50% de lo que debemos hacer, porque en toda empresa hay departamentos para fortalecer un producto y el trabajo en equipo es lo que hace viable el proyecto musical.
RD.: La música puede entenderse como un diálogo entre un artista y su público; sin embargo, ese diálogo no sería posible sin los diferentes actores que forman parte del proceso. Algunos de ellos pasan desapercibidos, aunque sin ellos, dicho diálogo no sería posible. ¿Cuáles serían las necesidades más apremiantes en cada uno de los actores que formamos parte de la industria musical (bandas, escenarios, salas de ensayo, medios de comunicación)?
AH.: La necesidad más apremiante es trabajar como industria. No sólo conocernos entre nosotros, sino RECONOCERNOS; trabajar en convergencia, entendiendo que nos necesitamos y que debemos coexistir para crecer y fomentar relaciones de largo aliento en las que primen los seres humanos que hacen parte de una industria.
RD.: Más allá del talento, ¿qué requiere una agrupación para llevar a cabo un proceso durable y sostenible?
AH.: Desarrollar la marca, trabajar sus públicos, afianzar las estrategias de comunidad a partir de la comunicación y plataformas, afianzar los circuitos de circulación y hacer un plan de trabajo con metas medibles y alcanzables.
RD.: ¿Cómo podríamos definir el “éxito” de una agrupación?
AH.: Lograr sustentabilidad, lo cual no solo se remite a lo monetario, sino a cumplir su labor como artista en una sociedad logrando, a partir de la misma, sus metas; formando una comunidad que impulse la circulación.
RD.: Con tantas agrupaciones que han pasado por tu gestión, ¿cuáles serían las dificultades más comunes en todas las bandas?
AH.: Entenderse, como te he contado, como industria y desmitificar que la labor de la banda debe trascender lo musical. Es difícil que se entienda que no solo es ensayar y componer, sino hay que invertirle tiempo a las otras aristas… a formarse, a hacer relaciones, a desarrollar un proyecto, etc.
RD.: De las agrupaciones que forman parte de la familia Hodson Entretenimiento, ¿cuáles serían los casos más sobresalientes? (entendiendo que todos los procesos son importantes).
AH.: Cada banda está en un momento muy importante de su desarrollo. Por mencionar, hablaría de Ennui, que se ha consolidado muy bien; de Blas D Lezo, que sigue trabajando por sus ideales; de Mandingasea, en su reingeniería; por supuesto, Under Threat que, a pesar de su gran trayectoria y experiencia, ha entendido como se ha evolucionado en la industria; un Camargo que da ejemplo de disciplina. Así, cada una de ellas me queda difícil porque la lista es larga, pero cada una tiene muchos valores que exaltar.
RD.: ¿Qué es el marketing musical?
AH.: Son todas las acciones de estrategia, comunicación y formación de público que reafianzan una marca como tal, la marca de la banda o el proyecto musical.
RD.: ¿Qué tan grande debe ser el presupuesto de una banda en temas de comunicación, publicidad y marketing?
AH.: El 30% mínimo de su presupuesto global.
RD.: Algún consejo para que el mismo pueda reducirse.
AH.: Desarrollar alianzas estratégicas con actores de mutuo aporte para lograr los objetivos.
RD.: ¿Cómo una banda define el valor de sus presentaciones?, ¿qué factores se debe tener en cuenta?
AH.: Cuántas personas lleva al show, cuál fue su costo de montaje de la presentación (ensayos, desplazamientos, etc); desarrollo del performance (Si se invierte en escenografía, indumentaria, etc); trayectoria y valor del staff e integrantes por show.
RD.: ¿En qué momento una banda podría esperar un retorno de esa inversión?
AH.: Depende mucho del trabajo, pero realmente podemos hablar de alrededor de los tres años de trabajo consciente para empezar a retornar la misma.
RD.: ¿Cómo ha sido el apoyo de las instituciones públicas hacia la industria de rock?
AH.: Existen oportunidades diversas, hay que buscarlas a partir de convocatorias, estímulos o formulación de proyectos alrededor de la música.
RD.: ¿Ese apoyo es suficiente?, ¿debería ser más grande?
AH.: Aunque sería ideal incrementar ese presupuesto, también creo que lo que debería ser más grande es el deseo de trabajo colectivo con instancias públicas y privadas que vaya en doble vía, desde la banda por así decirlo y desde las instituciones.
RD.: ¿Cómo ves el panorama del rock nacional en los próximos 10 años?
AH.: En franco crecimiento y fortalecimiento. Más plazas de formación, mayor circulación, mayor gestión.
RD.: ¿Qué lecciones nos deja la cancelación del Jamming Festival?
AH.: Prefiero no hablar del tema. Solo puedo decir que la ambición rompe el saco y que nos falta mucho respeto hacia los emprendedores, hacia el público, hacia el medio, hacia la industria y que, si perdemos la pasión y vemos solo negocio, esto puede pasar y afectar todo el ecosistema.