Es difícil pensar que el arte urbano está saturado, estamos más saturados de carros que de arte urbano.
Colombia es el país invitado en la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid – ARCO 2015, Jorge Magyaroff fue uno de artistas seleccionados para representar a nuestro país en esta, que es una de las ferias de arte más importantes a nivel mundial que inició hoy 25 de febrero y culminará el 1 de marzo próximo.
Con Jorge conversamos, además, de lo que para él representa el arte, de lo que significa ser artista y de lo que se requiere cuando se pretende vivir del y para el arte, como También del futuro próximo de su obra.
Rugidos Disidentes – RD: Jorge, ¿es realmente posible vivir del arte?
Jorge Magyaroff – JM: Sí se puede, no es fácil. Hay que trabajar duro para conseguir las oportunidades. En el arte hay un dilema de cómo evitar que tu obra se vuelva comercial, porque cuando un producto obedece a las dinámicas de un mercado empiezan a ocurrir cosas, el interés de la obra cambia y tienes que empezar a generar una obra que obedezca a lógicas de mercado, de gusto, a identificar que se vende y que no… No estoy a favor ni en contra de que el arte sea vendido, yo vendo mi obra, tiene una salida comercial, pero también respeto profundamente a quienes no están dispuestos a dejar que su obra entre a las dinámicas del mercado. Si tu opción es vivir del arte, sí se puede, pero tienes que cumplir con ciertas condiciones, la primera: tienes que estar dispuesto a trabajar muy, muy duro. Se cree que el ser artista es algo chévere, que es relajado, que un artista es bohemio y loco, que trabaja un rato, se inspira, que baja la musa, se toma un cafecito. Te das cuenta que no es tan cierto. Hay quienes quieren ser artista, para no cumplir un horario. Si quieres vivir del arte te darás cuenta que vas a estar “clavado”. Yo llego aquí todos los días a las 8 a.m., y estoy llegando a mi casa, que es cerca, a las 9 de la noche.
RD: ¿Quiénes compran su obra?
JM: En Colombia hay un grupo de coleccionistas ya consagrados que llevan mucho tiempo comprando arte, son algo así como las “vacas sagradas del coleccionismo” aquí. Obviamente, ellos le dan dinámica al mercado del arte, pero también, recientemente, en los últimos dos, tres años, ha empezado a concebirse una nueva generación de coleccionistas jóvenes, entre empresarios, algunos corredores de bolsa y gente que empezó a interesarse en comprar arte, que antes no tenían ese interés. Me imagino que es por la apertura de arte que ha tenido Colombia, pero además que, y eso se pudo corroborar en ARTBO, ha venido una buena camada de coleccionistas extranjeros al país, que vienen a ver qué está pasando, como te digo el país ha estado de boca en boca de la gente en esta materia.
hay una necesidad urgente de que el arte empiece a volverse más papa y menos caviar
RD: El arte es complejo de entender, ¿Cómo hacer del arte un concepto más popular?
JM: Personalmente ese es uno de mis desafíos, llegar a generar un tipo de obra que pueda ser disfrutada por alguien que tenga algún tiempo de conocimiento en arte, como por alguien que no, sobre todo me interesa ese grupo, la gente que está un poco excluida del arte. Hace un poco un profesor mío, filósofo y teórico del arte – Ricardo Arcos – decía en una entrevista que hay una necesidad urgente de que el arte empiece a volverse más papa y menos caviar, porque de alguna forma el arte ha estado, durante un largo periodo de tiempo, relegado o destinado a una elite. Se considera que es arte de “altura” una pieza de Mozart o un cuadro de Van Gogh, pero difícilmente lo es una canción de Velosa o el cuadro del señor que se hace aquí, en la ETB. Es una idea errónea que únicamente aquello que está avalado por una institución artística es arte y lo que esta fuera no lo es. Se debe romper con eso, he sentido que hay un acercamiento bastante interesante a la gente.
RD: ¿Dentro de ese acercamiento que usted menciona, qué papel juega el grafiti?
JM: Me encanta el grafiti porque es la manifestación artística que se exhibe en la galería más grande que existe, la calle. Tú, yo, la señora que vende dulces, mi mamá, cualquiera puede pasar frente a esta obra y sin necesidad de tener un conocimiento, o de simular que le parece interesante, se va a parar y va a dar su juicio personal sobre lo que está viendo. Hay mucha fuerza en el grafiti. También hay en algunos artistas contemporáneos la necesidad de crear un vínculo con la gente y crean ciertas obras donde salen a la calle, hablan con las personas, interactúan con ellas, los invitan a participar de la obra y lo que se va mostrando, es el proceso de comunión del público en un proceso técnico o artístico.
RD: ¿Pero no estamos saturados de arte urbano?
JM: Eso es muy difícil de determinar. Se dijo que la pintura había muerto, pero sigue existiendo. Desde los años 50 se venía hablando de esto y sesenta años después, la pintura sigue vigente. Creo que el problema con el arte urbano es que tiene ese método de acción virulento que es poderoso, porque te da posibilidad de sentir que solo es ir a la ferretería de la esquina, comprar una lata de spray y luego vas a “rayar”. Esa la sensación que te deja una obra de grafiti, que como transeúnte de la calle, tal vez, puedes convertirte en el artista que pinta la obra. Ya, después, miramos la calidad de la misma, que ésta con el tiempo, se aprende. Entonces es difícil pensar que el arte urbano está saturado, estamos más saturados de carros que de arte urbano.
RD:¿Quién es artista? ¿Quién no lo es?
JM: Es muy difícil lograr una respuesta, hablaba con alguien y le comentaba que estaba a punto de pensar que yo no soy artista. En principio no sé qué es arte, no tengo idea. Tengo nociones, tengo ideas que me ayudan a guiar en lo que estoy haciendo, pero no sé cómo definir el arte. Leía a Lucas Ospina y decía él, que el arte no pretende generar respuestas, sino que más bien genera preguntas constantes, pero ni siquiera, pues no pueden existir preguntas al no existir las respuestas. ¿Qué “changos” es esto?, no sé y no sé si vaya a encontrar respuesta. Lo único que sé, es que me mantengo trabajando y, esto es totalmente egoísta, me genera mucho placer. Lo que me mantiene trabajando en esto es la búsqueda de placer, si es arte o no, se lo dejo al tiempo y a los críticos. Para mi es placentero un trabajo que me permita usar mis manos, que me permita hallar respuestas a problemas técnicos y de estética. No sé si soy artista siquiera.
RD: ¿Se puede valorar una pieza de arte, solamente, a partir de sus cualidades estéticas?
JM: Ese imaginario que el arte expresa alguna emoción ha sido revaluado hace un tiempo ya. Durante las vanguardias del arte a mediados del siglo pasado, los artistas empezaron a decir que el arte, no necesariamente, tendría que comunicar algo o expresar un sentimiento, puede ser simplemente lo que llamaron el “arte por el arte”, que era hacer una obra que fuera vista y valorada por sus cualidades estéticas, entonces allí, había todo un campo para explorar. Siento que hoy en día tenemos una mezcla de muchos componentes diferentes en una obra de arte contemporáneo, donde puedes encontrar una obra que tiene interés únicamente estético. Puedes llegar a una exposición y encontrar un rectángulo de dos metros por dos metros, rojo, al lado un cuadrado más pequeño de color amarillo y al lado una mancha de pintura en la pared, es una pieza de arte, ¿Qué sentimiento puede haber allí?, Ninguno. Al lado, puedes hallar una pieza pictórica, expresiva, que muestra a una mujer alzando en sus brazos a un niño, realizada con unos colores rojos, ya ahí, hay una cuestión mucho más emocional. Ambas posiciones son válidas.
RD: Entonces, ¿Qué expresa usted a partir de su obra?
JM: En mi obra hay un interés por lo estético, en muchas ocasiones me centro en un interés por lo estético; el color, la mancha, la composición. En otras, incorporo un discurso más de orden emocional o ideológico. Procuro darle a mi trabajo, de una manera sutil, algún contenido social, sin que sea literal, que tenga una cuestión atractiva, que te lleve a sentir que hay algo que la obra te quiere decir. Ese es el poder de la seducción, que se insinúa y te deja pensando.
RD: ¿Cómo construye su obra?
JM: Es el resultado de un poco más de 2 años de trabajo. En este punto ya tengo un manejo técnico, porque he hecho una búsqueda, una investigación de materiales y procedimientos. Puedo demorar en una pieza, como la exhibida en ARTBO, una semana con ayuda de asistente, mi mano derecha e izquierda. Trato de darle, de alguna forma, a cada obra un alma, le doy a cada una su tiempo, me siento, la dibujo, miro el color, que cada esa obra se cargue de mí.
RD: Por finalizar esta conversación, ¿Qué le depara el futuro a Jorge Magyaroff?
JM: La necesidad ya está, estoy buscando desde la pintura una nueva propuesta, que pretende seguir tratando a la pintura como objeto, pero ya enfocado hacia otro resultado. Está todavía muy crudo, estoy en la parte de exploración de materiales, quiero trabajar con las cualidades puras de la pintura, es decir, tratar de encapsular y presentar dentro de una pieza la pintura fresca.
Muchas gracias Jorge por permitirnos este breve, pero revelador acercamiento con el arte.
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