A 13 años de su lanzamiento, ‘Apocalyptic Love’ sigue siendo un manifiesto de identidad y pasión que hizo conspirar a dos grandes: Slash ft. Myles Kennedy
Por: Mauricio Durán y Sebastián González Z.
A 13 años de su lanzamiento, el álbum que consolidó a Slash y Myles Kennedy como dupla creativa sigue sonando como un manifiesto de identidad y pasión.
Hay álbumes que marcan el principio de algo más grande que sí mismos. No por su éxito arrollador en listas, ni por cambiar el rumbo de la música, sino por confirmar que la química entre músicos puede ser tan poderosa como un incendio que no cesa. ‘Apocalyptic Love’, lanzado el 22 de mayo de 2012, es exactamente eso: la declaración formal de Slash como solista, acompañado por un grupo que terminaría teniendo nombre y alma propios, como también una voz compartida. Así nacía, de forma oficial, Slash featuring Myles Kennedy and The Conspirators (SMKC).
El nombre The Conspirators surgió de conversaciones informales entre los propios músicos durante los ensayos y la gira previa al lanzamiento. En aquellos intercambios, se discutía con frecuencia la posibilidad de que tanto Slash como Myles Kennedy retomaran sus proyectos anteriores: Guns N’ Roses y Alter Bridge, respectivamente. Sin embargo, la conexión musical y personal entre ellos, así como con el bajista Todd Kerns y el baterista Brent Fitz, era tan sólida que optaron por darle identidad propia al grupo. Fue entonces cuando surgió el nombre que dejaría claro que no se trataba de una banda de acompañamiento, sino de una conspiración sonora con objetivos comunes y fuego compartido.
No era la primera vez que los dos músicos trabajaban juntos. Ya en el álbum homónimo de 2010, Kennedy había dejado su huella vocal en dos temas. Pero fue con este trabajo que la conexión se volvió visceral, creativa y constante. A partir de ‘Apocalyptic Love’, Slash y Myles comenzaron a escribir en equipo, y esa dupla, acompañada por Todd Kerns en el bajo y Brent Fitz en la batería, se transformó en una máquina de hard rock que entendía el presente sin traicionar sus raíces.
El disco se grabó como se debe grabar el rock: en vivo, en estudio, sin tantas capas ni perfeccionismos estériles. Eric Valentine, productor del álbum (y también del anterior), supo capturar esa energía y, además, aportó en la letra de ‘No More Heroes’. En cuanto a las guitarras, todas —rítmicas y principales— fueron grabadas por Slash, ya que en ese momento la banda había sufrido una transición clave: el guitarrista rítmico Bobby Schneck había salido del grupo, y su reemplazo, Frank Sidoris, aún no se había unido oficialmente. Esta circunstancia convirtió al hombre de sombrero de copa, en el arquitecto absoluto del sonido de cuerdas del disco.

El resultado es un trabajo directo, sucio ―en el buen sentido―, melódico, de riffs filosos y un pulso clásico que no intenta disfrazarse. ‘Apocalyptic Love’ contiene 13 canciones en su versión original, a las que luego se sumarían dos bonus tracks: ‘Carolina’ y ‘Crazy Life’. Además, el álbum se lanzó en múltiples ediciones especiales que incluían versiones deluxe, vinilos, y sets con contenido adicional, como material visual y detrás de cámaras, lo que amplificó su recepción entre los fanáticos.
El primer sencillo fue ‘You’re a Lie’, una carta de presentación que mostraba el músculo de la banda y el tono del álbum. Pero es ‘Anastasia’ la que terminó llevándose las miradas: su riff inicial, influenciado por ‘Toccata and Fugue in D Minor’, de Bach, se convirtió en uno de los momentos más memorables no solo del disco, sino de toda la era SMKC.
El álbum es una mezcla bien balanceada entre lo que Slash sabe hacer —riffs sólidos, solos con alma, estructuras clásicas— y lo que Myles aporta: melodía, sensibilidad, letras con filo y una voz capaz de ir de la introspección a la rabia sin perder identidad. No hay canciones de relleno. Hay pasajes más intensos, otros más reflexivos, pero todo está ahí por una razón.
Las canciones de ‘Apocalyptic Love’ no solo son ejercicios de músculo y precisión; son relatos que transitan el deseo, la traición, la redención y el caos emocional con crudeza elegante. Muchas de las letras son profundamente personales y relatan momentos complejos en la vida de Myles, incluyendo sus luchas con la adicción a las drogas y el alcohol. Composiciones como ‘Not for Me’ destacan como confesiones crudas, que traducen ese dolor en distorsión emocional. Este enfoque lírico añade una capa de humanidad que convierte cada tema en un fragmento de biografía sincera.

‘Standing in the Sun’ brilla con una luz oscura, como si cada acorde fuera una súplica a la sombra de uno mismo; ‘Not for Me’ es un lamento envuelto en distorsión, una confesión al borde de la redención. Cada pista del disco respira una identidad distinta, como si Slash y Myles hubieran tomado fragmentos de sus propias fracturas, para fundirlas en canciones que no piden permiso, sino que se instalan en la piel. Hay influencias que van desde el blues desgarrado hasta el rock clásico más incendiario, pero todo se siente filtrado por una sinceridad que atraviesa.
El debut en vivo de ‘Apocalyptic Love’ tuvo lugar en Nueva York, en un escenario que no solo sirvió como trampolín, sino como altar. Allí, frente a una multitud expectante, el guitarrista de cabellera rizada y sus conspiradores, convirtieron las canciones en carne viva, sudor, distorsión y certeza. ‘You’re a Lie’ estalló como un disparo en la sien del conformismo, mientras ‘Anastasia’ desplegó ese riff neobarroco que, entre Bach y Gibson, electrizó el alma de los presentes. ‘Halo’ se sintió como un ritual de redención en medio del caos, ‘Standing in the Sun’ rugió con la furia de un corazón que se niega a apagarse, y ‘Hard & Fast’ llevó la velocidad al punto exacto entre el vértigo y la euforia, ‘Not for Me’ —densa, emocional, casi confesional— rompió el ritmo con una carga introspectiva que heló la sangre. Fue un concierto de afirmación: no era una banda de acompañamiento ni un proyecto lateral, era una declaración frontal de propósito artístico. Aquella noche en NY, el amor apocalíptico dejó de ser un título para convertirse en experiencia.
Más allá de su recepción crítica —que fue positiva, pero sin excesos—, el valor real de ‘Apocalyptic Love’ es haber sido la piedra fundacional de una banda que, trece años después, sigue girando, componiendo y evolucionando. En tiempos donde muchos artistas de su generación viven del pasado, el hombre de la Gibson Les Paul decidió construir un presente. Incluso la decisión de usar el nombre Slash ft. Myles Kennedy fue una estrategia propuesta por el sello discográfico, con el objetivo de aprovechar el renombre de Slash para atraer mayor atención mediática y comercial. Esta jugada de marketing, lejos de diluir la esencia del grupo, terminó por consolidarlo, ya que sirvió de trampolín para que los fans descubrieran el valor de toda la banda, no solo de su guitarrista emblemático.
Lo que en 2012 parecía un proyecto alterno, casi efímero, terminó siendo el punto de partida de un viaje profundo y constante. ‘Apocalyptic Love’ no solo marcó el nacimiento de SMKC como banda, sino también la voluntad de Slash de seguir contando su historia desde otra trinchera, sin necesidad de colgarse del pasado. Incluso cuando el mundo del rock fue sacudido por el regreso de Guns N’ Roses con su formación clásica —incluyendo a Duff y al propio Slash—, el fuego conspirador nunca se apagó. Contra todo pronóstico, la banda ha seguido firme, evolucionando disco a disco, show a show, y ya se prepara para un nuevo capítulo con un álbum previsto para 2026. Lo que nació como una confirmación se ha vuelto una convicción.

Esa convicción también ha tocado suelo colombiano. Slash featuring Myles Kennedy and The Conspirators ha pisado el país en tres ocasiones: en 2011 como preámbulo a esta historia, en 2019 con la gira de Living the Dream, y más recientemente en 2024, con un show vibrante en el Royal Center de Bogotá como parte del The River Is Rising Tour, gira que presentó en vivo los temas de ‘4’, su más reciente álbum de estudio. Fue una noche intensa, donde la energía no solo confirmó la vigencia del proyecto, sino su evolución. Trece años después de su nacimiento, ‘Apocalyptic Love’ no solo resiste el paso del tiempo, sino que late con más fuerza, como la primera chispa de un incendio que aún arde con sentido y con amor… el más apocalíptico de todos.
Sobre Mauricio Durán
Mauricio es un coleccionista, melómano y audiófilo con más de 30 años de experiencia. Ha sido ganador de múltiples concursos en medios radiales y redes sociales, además de destacarse como host de eventos musicales, analista y difusor musical en plataformas digitales. Desde 2020, se desempeña como locutor para Tendencia Rocker y es Presidente del GUNS N’ ROSES COLOMBIA FAN CLUB.
Sobre Sebastián González Z.
Sebastián es un cuyabro de pura cepa, rockero de corazón y futbolero de pasión. Estudiante de último semestre de derecho en la UGCA de Armenia y director de Tendencia Rocker, combina su amor por la música con una visión crítica del mundo. Siempre entre el ruido de las guitarras y el debate, busca dejar su huella en la cultura y el derecho.