Fotografía: Juan Alejandro Bernal
(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Olugna
«¡Por tener una colección de gafas!» Su emotiva respuesta, a la pregunta que formulara el locutor de Caracol Radio, le permitiría ser testigo de una experiencia que forma parte de un gran cúmulo de recuerdos que su memoria guarda como la bitácora de una vida entregada al Rock, a la cultura, al periodismo y a la academia. Han pasado 27 de años desde ese sábado 18 de noviembre de 1995, en el que vio en la tarima a un caballero de ropas ajedrezadas interpretar, a través de su piano, esas canciones que habían hecho del británico Reginald Kenneth Dwight, un Sir que ha escrito un extenso capítulo en la historia del pop bajo el nombre de Elton John.
Tenía apenas 9 años de edad, hoy es un hombre de 37 que recuerda, a través de nuestra conversación vía WhatsApp, ese walkman decorado con el logo de la Copa Mundial de USA del 94 que heredara de su abuelo, en el que reproducía los casetes que su padre grababa con los sonidos de Rolling Stones, The Beatles, Eric Clapton y decenas de agrupaciones emblemáticas, para que el Rock ‘n’ Roll fuera el compañero del ―en ese entonces― pequeño Santiago Peña Aranza. El Ska, menciona, llegaría en la secundaria, de manos de un amigo del Colegio Claustro Moderno que le presentaría a Los Calzones Rotos, The Toasters, Desorden Público, entre otras tantas bandas que sonaban hacia finales de los 90’s; el Punk, por su parte, aparecería en su vida gracias al intercambio musical ―propio de la época― con amigos del barrio.
La crudeza que se veía a principios del nuevo milenio en la escena del Ska, hacía de esta un escenario poco amigable. Sería el 11 de septiembre de 2002, cuando Santiago encontraría el cuerpo de Camilo, amigo de toques y marchas, quien fuera asesinado cerca a un concierto realizado en un bar de la calle 174 con Carrera Séptima.
―Nadie era capaz de decirle por teléfono a la mamá: «Venga que su hijo tuvo un ‘accidente’», recuerda Santiago.
El impacto que esa noche dejaría y las palabras de la mamá de Camilo, al descubrir el cuerpo de su hijo, provocaría en Santiago cuestionamientos sobre el entorno en el que se estaba desenvolviendo: «Tengo que alejarme de este ambiente. Ya no quiero estar acá», pensaba.
―Cuando la señora llega ve de qué se trata, pues ya estaba ahí medicina legal y empieza a gritarnos: ‘¡Esa música de ustedes mató a mi hijo!’. Obviamente fue un momento súper duro. No miento. Duré un mes sin dormir bien. Pensaba en él, ponderaba los riesgos de estar ahí―, explica Santiago.
El año siguiente podría definirse como el inicio de Santiago en los caminos del Punk, a través de la conformación de su primera agrupación; génesis de un proceso que está próximo a cumplir 20 años y que también dio origen a Asesorías del Punk, razón de ser de nuestra conversación.
―Eso facilitó que yo empezará a parchar más en el Punk y ya no tanto en el Ska―, agrega.
Para Santiago, cada quien vive y siente el Punk de manera diferente. Desde aquellos que tienen una postura “anti todo” que no debe corresponder a ninguna convención social, como los que lo consideran una apuesta anarquista, pasando por quienes lo asumen como una expresión crítica que no obedece a una corriente política específica, entre otras definiciones. No obstante, más allá de cualquier definición, es una de las expresiones más crudas, honestas y sencillas de Rock ‘n’ Roll que ha logrado sostenerse en el tiempo, en medio de la estigmatización y rechazo que provoca en ciertos sectores sociales, culturales y musicales.
En 2007, después de sus dos primeras bandas, en compañía de otros músicos, daría forma a El Kandado, agrupación musical que sería la precursora de ‘Los Peyes’; proyecto que combina el Ska y el Punk bajo una misma identidad, que ha logrado mantenerse vigente en la actualidad y ha encontrado un espacio en la vida de Santiago.
La esfera académica ha sido un proceso continuo en el que ‘Peye’ (como también es conocido), comunicador social de la Jorge Tadeo Lozano, politólogo de la Universidad Nacional y máster en Teoría y Crítica de la Cultura, ha construido una experiencia en diversas áreas profesionales; sin dejar relegada esa pasión que siente por el Punk y la preocupación que despiertan en él las diversas necesidades que presentan las bandas del género en el país, mismas que constituyen una de las premisas de Asesorías del Punk.
―Básicamente es una plataforma digital de apoyo a las bandas locales de Colombia y de donde sea. ―Explica y añade―. La Polla Records o Dos Minutos no necesitan que difundamos sus contenidos, pero las bandas que empiezan tocando en los bares sí. Esas agrupaciones no tienen apoyo.
Bajo esta preocupación, Asesorías del Punk ha formado a su alrededor una comunidad amante del género, que logra acercarse, a través de la plataforma, a las propuestas emergentes que se abren espacio en el inmenso espectro del Rock nacional; que se entera de toques, conciertos y otros eventos que se dan cita en diversos espacios del territorio colombiano y que ha logrado compartir experiencias y conocimientos entre los individuos que forman parte de ella.
―Me da tristeza ver cómo en Colombia hay tantos talentos que se pueden perder por falta de apoyo. Hay bandas muy buenas y la gente no tiene idea que existen porque casi no hay espacios―. Expresa
El pasado domingo 3 de julio en BBar, la plataforma organizó su primer evento: Asesorías del Punk Vol. 1. Allí compartieron tarima las Los Peyes, BILLY D, Hit on Vixen, ASMA Oficial, agrupaciones nacionales exponentes de diversos géneros, junto a Altercados, banda de Punk Rock de Costa Rica.
―Parte de la filosofía de Asesorías del Punk es que las bandas ganen algo. Aquí, por ejemplo, estuvo todo muy claro. La mitad de la boletería iría para el bar y la otra mitad se distribuiría entre el man del sonido y las bandas… Y algo se ganó―.
Más de tres décadas han significado un aprendizaje valioso para la cultura del Punk en Colombia; 20 años entregados al género, le han permitido a Santiago entender diversas variables que atraviesa la escena y traducirlas en un proceso que se alimenta de la experiencia individual y colectiva de la comunidad.
―La escena del Punk es más fraterna ahora, es una familia grande. Hemos madurado. Ya no veo una competencia para saber qué banda es mejor, simplemente la gente disfruta lo que hace. Así me gusta más―.
El próximo sábado 29 de octubre, Asesorías del Punk realizará su segundo evento: una fiesta de Halloween del tipo Horror Punk, con concurso de disfraces, bandas tributo y sonidos extremos.
Conversar con Santiago Peña Aranza permite entender que más allá de una estética irreverente, de un sonido vertiginoso y de unas líricas envenenadas de realidad, el Punk es una cultura que se las ha arreglado para sobrevivir al tiempo, enfrentarse a la estigmatización e identificar a una parte de la sociedad que, sencillamente, se niega a formar parte de un molde.