(Barranco, Lima, Perú)
Por, Olugna
Erguido camina por las calles del barrio sin inmutarse en las miradas que a menudo caen sobre él. Pareciera que va por la vida sin preocupaciones, que sus noches las pasa en los parques embriagándose hasta el amanecer y que ―de vez en cuando― duerme en alguna estación de policía. Su postura es altiva, desafiante y, por momentos, arrogante.
Sin embargo, los taches y parches que decoran su chaqueta, la cresta ―en ocasiones― prominente que adorna su cabeza y su lenguaje crudo y sin filtro, son un retrato visceral de la ciudad que habita; del barrio en que convive. Tiene un poco más de 50 años, aun no se cansa de caminar en contra del viento.
En la marginalidad ha logrado construir su identidad. Sus pasos, cada vez más extensos, con el tiempo han sido aceptados como los vestigios de aquel forajido ―uno de tantos― que se atrevió a escapar del silencio impuesto. Su voz, cruda y sin filtro, ha sido, también, la de aquellos que no pueden ―o ya no quieren― hablar. Su nombre es Punk, y es tan auténtico y contradictorio, como la ciudad que camina hace cinco décadas.
Hijo del Rock ‘n’ Roll, el Punk heredó la rebeldía y la fuerza; sin embargo, la furia de su carácter lo llevó lejos ―con algunas excepciones― de la vanidad y del brillo del dinero. Su camino, desde el comienzo, ha sido errante; su huella se puede ver en Inglaterra, en Estados Unidos y en Latinoamérica.
Es allí, precisamente, en el territorio del Abya Yala, donde el Punk se ha convertido en el compañero de la movilización social, en un férreo opositor del establecimiento. Desde Argentina hasta Colombia, ha estado presente con su sonido vertiginoso y rimas desaforadas, exhibiendo la ‘Bandera Negra’ de la anarquía y la desobediencia.
Autonomía, una de sus tantas exponentes en el continente, ha sido reflejo de la esencia combativa del Punk. En 33 años de historia, la agrupación formada en el Barranco, uno de los 43 distritos de la capital peruana, ha forjado un camino que la ha proyectado ―sin que fuera esa su intención― en un referente del movimiento en su país.
―Más que una banda Punk, nos considerábamos una banda que formaba parte del movimiento de «Rock subterráneo» de Lima―, explica Autonomía.
No obstante, como fiel exponente del género, al no verse identificada con la dinámica del movimiento, tomó distancia y asumió las consecuencias de su decisión.
―Es por ello que no debutamos en un concierto sino hasta 1991 [dos años después de su formación], en el que se organizó un concierto en la casa de una tía del vocalista, Daniel. ―Explica la agrupación.
Perteneciente al segmento de artistas independientes del continente, Autonomía, se ha visto afectada por las circunstancias adversas que amenazan constantemente la continuidad de los proyectos construidos con más pasión que recursos. No obstante, el Punk ―en su versión más genuina―, es combativo, terco y desafiante. La agrupación así lo ha entendido y en medio de las crisis que la han acechado, hoy tres décadas después, continúa escribiendo su propia historia.
Desde su formación en 1989, cuando Daniel, Pocho y Juan ―influenciados por los sonidos de Ramones, Sex Pistols, Eskorbuto y agrupaciones locales de la época― decidieron dar vida al proyecto, la filosofía de Autonomía ha sido «Hazlo tú mismo»; el Punk un camino y la libertad, esa insignia que habría de identificarla.
―Solo queríamos comunicar lo que sentíamos acerca de la sociedad en la que vivíamos―, enfatiza.
Seis años después, Autonomía, debutaría con ‘Acción Directa Contra el Estado y el Capital‘, producción discográfica grabada en formato análogo, que se convertiría en el primer paso para la agrupación, para ese entonces emergente. No obstante, algunas canciones ya habían circulado con anterioridad en un casete compilatorio que reunía el trabajo de otras bandas locales.
Elemental en su sonido, ‘Acción Directa Contra el Estado y el Capital‘, es un manifiesto ácrata, la respuesta airada en contra de cualquier establecimiento. Su mensaje, 27 años después, podría ser una consigna vigente para todo el continente. Bien sabemos que Latinoamérica, ha sido un retrato anacrónico de violencia, desplazamiento e injusticia.
El nuevo milenio estaba a la vuelta de la esquina, cuando Autonomía preparaba una nueva placa discográfica, ‘Contra la Democracia’, conformada por 12 canciones. Desde ‘Revolución’, primera composición del Lado A, hasta ‘Victoria Final’, última canción de la cara contraria del vinilo, esta segunda producción musical, mantuvo el tono directo del primer disco; sus letras, conservaron ese discurso visceral que definió la identidad del trabajo anterior; mientras que su sonido, un poco más depurado, dio cuenta de la madurez adquirida por la agrupación durante su primera década de trayectoria.
‘Contra la Democracia’, además, trazó un momento definitivo para Autonomía, marcado, principalmente, por la ausencia de dos de sus integrantes. Agonizante, como lo describe la agrupación en la actualidad, llegaría el momento de redefinir el rumbo, virar su discurso político y fijar un nuevo horizonte. No fue una transición pacífica, los cambios constantes en su alienación, asumir una posición panfletaria y explorar otras posibilidades musicales, supuso para la banda, una labor exigente de adaptación.
Sin embargo, coherente con ese espíritu combativo que la había identificado, Autonomía, encontraría en 2010, una base sólida de músicos y el rumbo que quería recorrer desde ese momento. Ocho años más tarde, llegaría su tercera producción discográfica y la primera de su nueva etapa, ‘Alza Tu Voz’.
Definitivamente, no era la misma agrupación de los primeros años. Ahora, sus críticas anticapitalistas atacaban problemas puntuales de la sociedad; su sonido, mucho más cercano al Punk melódico, daban cuenta del trabajo realizado por sus integrantes en los últimos años. No obstante, su esencia era la misma; su espíritu autónomo, continuaba siendo su estandarte.
Autonomía, visitará nuestro país para presentarse en Bogotá y Medellín, junto a Desarme Rock Social y Lupus, en el marco de la gira ‘Alza tu Voz’, organizada por LaCopyRat Colectivo los próximos 2 y 3 de diciembre respectivamente.