(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Andrés Angulo Linares
Tenía 15 años cuando una bala de cañón le amputó la pierna izquierda; tiempo después el impacto de una metralla, en el mismo costado, le destrozaría el ojo; en 1714, en otra batalla, un proyectil de mosquete le dejaría inútil el brazo derecho. A sus 25, el entonces capitán de navío –cojo, tuerto y manco– era un “medio hombre” que había hecho del mar su forma de vida. En Cartagena de Indias, con un poco más de cinco décadas encima, los ingleses recibirán de él una lección que la historia registraría como una de las humillaciones más grandes de Inglaterra.
Blas De Lezo y Olivarrieta, apodado por los marineros como Pata de Palo y por los vascos Anka Motz, hizo del océano un escenario en el que su nombre se convertiría en leyenda. Quizás la muerte por fin lograría vencerlo, pero no así su legado. El rebelde marino se las arreglaría para que hoy, tres siglos después, su mito siga siendo representado por el cine, la literatura y la música.
A él, a ese “medio hombre” que conquistó el océano, la agrupación bogotana de rock, Blas D Lezo, encontró en la imagen del capitán nacido en la provincia española de Guipúzcoa un derrotero a seguir.
Fundada en 2012, fiel a la fuerte conexión con la historia del marino español, Blas D Lezo se embarcaría en un viaje musical por las difíciles aguas del rock n’ roll con una única consigna: reivindicar el rock en español a través de una propuesta que identificara la emoción que en sus integrantes despierta el género.
Por supuesto, no sería un viaje sencillo. El reto suponía para sus primeros integrantes una entrega total a Blas D lezo. Por sus mentes no pasaba ser una agrupación más en el extenso repertorio nacional de artistas dedicados al rock en Colombia, ellos estaban decididos a dejar un legado.
El rock ha estado en la vida de cada uno de sus integrantes desde muy jóvenes. En bandas internacionales de trayectoria como Metallica, The Doors, Rammstein o Foo Figthers encontraron una fuente de inspiración, en agrupaciones colombianas como La Pestilencia, Kraken, Koyi K Utho, The Mills o Don Tetto, un ejemplo digno de admirar.
En casi 10 años de trayectoria nada ha sido casualidad en Blas D Lezo, sus canciones han sido la representación de algún aspecto emocional o cotidiano de sus integrantes; en cada tarima en la que ha podido presentarse se ha asegurado de dejar la huella de su esencia; en las dificultades, como en la victoria ha permanecido unida. Para ellos, la música ha sido un viaje y la banda una familia.
Morris, Xavi, Treo, Ryan y Howi son hombres trascendentales. En ellos las cosas tampoco han sido producto de la causalidad. Sus profesiones alternan con esa pasión que los hizo coincidir en Blas D Lezo; sus instrumentos han sido el canal por el cual transitan sus emociones y –por qué no– una extensión de su propia identidad.
El sentimiento que despierta en ellos, es transmitido en sus composiciones, presentaciones en vivo, entrevistas a medios de comunicación y en el compromiso social que sostiene la filosofía de la agrupación. El concepto que ha construido Blas D Lezo supera el ámbito musical. Sus integrantes viven por el rock n’ roll y así lo demuestran en los proyectos a futuro que tienen planteados, entre los cuales se encuentra la creación de una fundación que promueva la formación artística y en el apoyo a causas sociales.
Recorrer 10 años de historia a través de unas cuantas páginas implica dejar por fuera muchas circunstancias que han sido significativas en su trayectoria. Sin embargo, a partir de sus canciones, la banda señala tres que han representado momentos definitivos: Escapar, Veneno en la Piel y Mentira.
Escapar retrata ese sentimiento que se despierta en un individuo que quiere conquistar un sueño a toda costa y en medio de la complejidad que supone toda existencia. Al igual que el coraje que convirtió a Blas De Lezo en leyenda, en todo ser humano hay un sueño por cumplir y un horizonte la que desea llegar.
«Yo solo quiero escapar y lograr hacer los sueños de cristal. Ni la justicia, ni la pesquisa me vuelven esclavo de esta sociedad»
Veneno en la Piel, por su parte, es una composición íntima en la que la poesía se funde con la estridencia del rock. Es una canción impregnada de melancolía, capaz de alcanzar las fibras más sensibles de quien logre identificarse con ella.
«Si al cielo quieres llegar seré tu transbordador. Pero si al infierno quieres ir, me tendrás de anfitrión»
Mentira, su lanzamiento más reciente, es otra composición de letra profunda con la que se acepta que una relación ha llegado a su fin. Presentada en agosto del año anterior, es una canción que Blas De Lezo tuvo guardada en un baúl por largo tiempo.
«Tal vez no mires atrás, pero el tiempo me hallará la razón que no pude Lograr antes que tú te fueras sin regresar»
Blas D Lezo: la amistad como punto de partida
El instrumento de Morris, frontman de Blas D Lezo, es su propia voz; el joven músico ha hecho de ella una forma de vida. Amante de la poesía, se inspira en la melancolía para escribir; su amor por el heavy metal y el hard rock se proyecta en una descarga de «energía pura» en el escenario.
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Xavi alterna su afición por la batería nació en 2007 y desde allí ha sido transversal en su vida. Tanto en su tránsito en la gastronomía como en su profesión actual en logística, ha logrado desfogar sus emociones a través del bombo los platillos y las baquetas.
Treo es publicista, también ama la poesía. En la guitarra ha encontrado una conexión íntima que lo acerca con su interior. Para él, Blas D Lezo representa una familia, también, un sinónimo de perseverancia.
Ryan, por su parte, ha transitado entre dos grandes pasiones: la producción audiovisual y la música. La primera le ha permitido crear un concepto a través del video, la segunda –expresada a través de la guitarra– transmitir una emoción.
Howy encontró en el bajo una definición de su identidad. Al igual que sus compañeros, a través de su instrumento, ha logrado dejar un trozo de su interior en la esencia de la agrupación.
Para ellos, la agrupación forma parte esencial de sus vidas. Todos coinciden en afirmar que Blas D Lezo es la representación de un sueño que se ha hecho realidad; saben, también, que aún quedan muchos horizontes por conquistar.
Al igual que el heroico marino, Blas D Lezo se propone hacer de su nombre un legado, esta vez en forma de rock n’ roll.