(Medellín, Antioquia, Colombia)
Por, Olugna
Su voz es suave. Su tono transmite juventud, alegría y espontaneidad; sus palabras, encierran un mensaje que trastoca y que sacude la memoria colectiva de una sociedad que terminó por acostumbrarse a la tragedia que la violencia ha provocado sobre sus suelos; un diálogo complejo, inquietante e irresuelto, pero necesario y definitivo, para sanar y continuar sobre los escombros que la muerte impuesta ha dejado en esos millones de colombianos que han sido víctimas del conflicto armado
Es una mujer joven que es portadora de una reflexión ―obligada e incómoda― que no busca venganza, sino que prefiere la reconciliación y la verdad, como mecanismos efectivos para liberarse, sanar y resolver los estragos de un conflicto armado que ha dejado a su paso ―además de muerte, desarraigo y desplazamiento― la frustración y el dolor de no saber qué pasó con las víctimas que ha dejado.
Es María Victoria Laverde, cantautora y percusionista de Chilakas, proyecto que debuta con ‘Dime la Verdad’, un canto que identifica la necesidad que tenemos como sociedad de escarbar en nuestros vestigios, para intentar armar ese relato que nos ha sido narrado a través de la negación, la manipulación y la mentira. Junto a ella, Juan Álvarez Londoño como director; Daniela Monsalve, en el piano; Juan Fernando Echeverry, desde el bajo, Iván Cordero, detrás de la batería; Angélica Gómez, Santiago Durango, Michael Hernández y Miguel Ortega en las percusiones, dan forma a la agrupación fundada en la ciudad de Medellín en 2020, cuya identidad sonora se desplaza entre los ritmos del Caribe, el funk, algunos matices del rock y otras expresiones musicales.
‘Dime la Verdad’, lanzada el 7 de marzo, parte de una premisa relevante en el contexto colombiano en función de la extensa historia que la violencia ha escrito a lo largo del tiempo en el país: «Dime qué pasó, quiero saber la verdad; esa verdad dolerá, pero me liberará». No lo hace desde la furia de los sonidos extremos del rock que han hecho de su entorno un insumo para sus enfadadas letras; todo lo contrario, fusiona cumbias y otros ritmos latinos, para invitar a los profanadores que, cobijados por ideologías anacrónicas, dejaron a su paso sangre, muerte, desarraigo y otros demonios.
«Volver a empezar para componer lo que no hemos hecho bien como sociedad y como individuos, y a encontrar esperanza y regocijo», señalan los chicos que forman parte de Chilakas.
De allí su importancia, en últimas, la violencia ha caminado con propiedad campos y ciudades, muchas veces con la complicidad de aquellos que juraron defendernos; ha atravesado clases sociales y se ha mezclado entre la muchedumbre. En ocasiones, también se ha vestido de corbata y se ha disfrazado de buenas intenciones. ‘Dime la Verdad’, primer sencillo de ‘Renacer’, es la respuesta pacífica de Chilakas a las preguntas que la guerra ha dejado; el llamado de una generación que busca escribir una nueva historia y la voz de las familias que exigen su derecho a conocer que pasó con sus muertos y desaparecidos.
«No sé si estás vivo o a un lugar te llevaron; no sé si estás consciente o ya te liberaron»
‘DIME LA VERDAD’
La letra de ‘Dime la Verdad’ es directa y expresa la intención que persigue Chilakas con la canción: reclamar el derecho que tiene las víctimas de que sus agresores esclarezcan ese pasado que, aunque doloroso, es necesario para darle fin a la incertidumbre e intentar continuar con sus vidas. Musicalmente, la percusión y el bajo son protagonistas en un sonido que contrasta con la melancolía de su mensaje. Su ritmo cadencioso se convierte en una excusa para bailar; su lírica, una invitación a construir memoria.
«Dime qué pasó, tengo derecho a saber; no podré volver atrás, pero sí podré entender»
‘DIME LA VERDAD’
«Queremos hablar de la importancia de conocer la verdad para impedir que vuelvan a realizarse conductas que afectan los derechos de las víctimas y dar paso al perdón y a la reconciliación, aspectos importantes que permiten acercarse a la paz», agrega la agrupación.
‘Dime la Verdad’, abre también la posibilidad de acceder al trabajo ―aún emergente― de Chilakas e interpretar que en su proceso musical hay una inquietud implícita por explorar diversas posibilidades musicales. Después de ‘Other Side’ y ‘By The Way’, tributos que realizó a Red Hot Chilli Peppers, se descubren las creaciones propias que ha realizado desde su formación: ‘Líderes Sociales’ y ‘Ríos de Sed’, piezas que se acercan a la fusión de ritmos latinos sin dejar de lado la realidad social como inspiración o ‘Sin Luz No Hay Colores’, canción que toma algunos elementos del rock para integrarlos con la propuesta que ha desarrollado la agrupación.
Acercarse a Chilakas es comprender que la música ha sido un arma ―simbólica y pacífica― de resistencia y reivindicación; escuchar, entender e interpretar el mensaje de sus canciones, permite entender que, en nuestro país, hay una necesidad manifiesta que atraviesa a todos los géneros musicales más allá de sus diferencias: construir microrrelatos que eviten el olvido.
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