(Ciudad de México, México)
Por, Eduardo Reyes
Asombro ha causado en los últimos días, la cancelación de la caricatura Pepe Le Pew por parte de la televisora Warner Brothers, después de que el columnista Charles Blow, del periódico The New York Times, acusó que este personaje inclina su conducta en pro del hostigamiento sexual hacia las féminas de la serie, causando debate en redes sociales si estas acciones influyen en el comportamiento de los televidentes, lo cual después de parecer gracioso para la generación X, Y o Millennial que vieron esta serie, es de analizar el modo en cómo la sociedad ha roto los paradigmas sociales para regenerar las normas que rigen su comportamiento.
A partir de esta situación, se pasa lupa a otros contenidos televisivos que hacen referencia a estereotipos sociales, conductas inapropiadas u hostigamientos por parte de sus personajes y que, en su momento, se podría pasar desapercibido y tratarse como una conducta normal.
El mismo columnista menciona que «existieron durante nuestra infancia muchas caricaturas y juguetes que fueron nocivos para nuestra educación, exponiendo que el racismo y otras conductas de hostigamiento deberían ser exorcizadas de la cultura infantil» (1), dentro del mismo análisis.
En redes sociales se mencionan otros ejemplos de personajes ficticios como Speedy González o Apu de los Simpson quienes, dentro de la trama de sus caricaturas, son presentados como personajes con un estereotipo racial, encapsulándolos en un rol social especifico, por su cultura, aspecto físico, acento vocal, modismos, generalizando y señalando así a una sociedad; otro ejemplo de hostigamiento sexual, supuestamente, se da en caricaturas como Pucca, el Maestro Roshi de Dragón Ball, o hasta Doña Clotilde de El chavo del 8, donde estos personajes hacen referencia al hostigamiento sexual como algo normal o divertido, que en la realidad ya no es aceptable.
Es cierto que estos contenidos incluyen ciertos comportamientos no aplicables para la sociedad actual, pero es de cuestionarse el hecho de que cada libro, cada videojuego, cada película, cada serie, deban ser censurados a fin de desarrollar una ideología homogeneizadora de los contenidos, cuando lo que realmente debería importar es obtener de ellos la capacidad de discernir entre lo bueno y malo y que sean los mismos niños, con la ayuda de sus tutores, quienes definan los verdaderos comportamientos aplicables en la vida diaria.
En la actualidad, varios son los temas en discusión que están definiendo el comportamiento humano, como el aborto, racismo, hostigamiento sexual, derechos de las mujeres o el bullying, los cuales sirven como un autoanálisis, sin más limitaciones que el respeto a la libertad de los demás y la capacidad de elegir el comportamiento adecuando individualmente y no bajo coacción de otro individuo, la definición de libertad individual implícita en cada uno de estos temas.
Así como este, en el pasado se dieron grandes movimientos sociales ponderando los derechos de libertad de expresión del ser humano; por ejemplo, abolición de la esclavitud, la libertad de elección de religión, la libertad a la libre expresión, la igualdad entre hombres y mujeres, la elección de una sexualidad, no todos estos desarrollados a plenitud y con algunos rezagos aun, pero ya puestos en la mesa de debate y en la conciencia individual por herencia de valores y normas.
Ya sea que estas normas se hayan inculcado por la moral, la religión o por la propia sociedad en su evolución, el punto importante es remarcar que cuando alguna de estas se rompe y es necesario volverlas jurídicas, acreedoras a un castigo por incumplimiento, es debido a que nuestra sociedad aún vive un proceso de disertación, donde no todos razonan bajo el mismo fin del respeto común y todavía son vulnerables las normas que nos rigen, por lo que el ser humano ha tenido que buscar en el empirismo, la teología, la historia y filosofía, el discurso necesario para ser objetivo y no individualista –ponderando el conjunto–, porque al fin de cuentas el ser humano como individuo, tiene algo de culpa ante estas problemáticas.
Y es que, así como hay individuos que por ego y ambición individual han socavado los derechos humanos de otros, cobijados por una época y sociedad regida en ese momento por ciertas conductas, también existieron y existen otros individuos que bajo su pensamiento y disertación han trabajado por el cambio de ideología y conducta.
«El bien y el mal desde la ética de la sabiduría de la creación no deben separarse y deben ser objetivos, no subjetivos, porque se pierde el valor humano, separar estos conceptos conlleva a fragmentar al ser humano, volverlo interesado e individualista, porque todo tiene algo de bueno y de malo, desvaneciendo la responsabilidad» (2)
Cierto es que en la generalidad, el contexto en el que se dan estas acciones nocivas, se basan bajo el principio de un pirámide de justificaciones, en las que el principal factor para romper con la armonía individual, es la imposición de un poder de ideología, estatus y carácter ante un supuesto ser débil y de baja categoría, que ante la imposibilidad de defensa, es sometido –situación predominante en cualquier acción de las ya mencionadas–, por lo que antes de educar en lo correcto, habría que educar en la igualdad entre seres humanos.
Y aunque ya se le está denominando Generación de Cristal a esta nueva sociedad, que impulsada por el deseo de igualdad social, ataca cualquier síntoma o expresión de violencia física o ideológica, expresada en cualquier medio conocido, el impulso, aunque fidedigno, no lo reconozco como exagerado; pero sí medible ante la imposibilidad de cancelar cualquier expresión individual que contenga estos temas.
Creo más en la importancia de discernir con cautela y aseveraciones contundentes lo que está bien y mal dentro del comportamiento social, así como en un momento nos preguntábamos si la televisión o los videojuegos eran impulsores de la violencia en los adolescentes, el crear en nuestro contexto un debate que haga comprender a los niños la diferencia de la realidad y la imaginación, así como lo permitido dentro de nuestra sociedad en la época actual. Es de enaltecerse, agradeciendo a esta Generación de Cristal y otras más que existieron en el pasado, en el desarrollo de este debate.
Sigue en la mesa de debate, más contenidos de la empresa televisiva Warner Brothers para cancelar otros contenidos de su espacio, esto ante el señalamiento de los televidentes de conductas inapropiadas; esto, sin duda, marca el parámetro para el análisis de contenidos de todo a lo que estamos expuestos en los medios masivos de información.
Y mientras esto se dé, exagerado o no, ante el constante auto bombardeo de información errónea o mal dirigida, esperamos que el autoanálisis sea lo que predomine en nosotros mismos.
Fuentes
1. twitter.com/CharlesMBlow/status/1368200161558663168?s=20
2. filosofia.mx/entre-el-bien-y-el-mal/