«Apreciar el gozo de la naturaleza que nos rodea y el valor inconmensurable de los campesinos»
(Tauramena, Casanare, Colombia)
Por, Edward Alejandro Vargas Perilla
Desde la noche de los tiempos, la humanidad ha estado en la eterna pugna por defender la libertad, la paz y la igualdad.
En medio de las manifestaciones que se extienden a lo largo y ancho del país recordando los valores que como humanidad y sociedad hemos perdido progresivamente en manos de gobiernos intransigentes; brota una plegaria de la garganta de la dignidad , hecha carne en el cuerpo y la sangre de quienes con fiereza y gallardía han arriesgado y hasta entregado sus vidas y su seguridad, contra las fuerzas indolentes del brazo armado del Estado y la amenaza latente y constante de un virus, que aunado a los atropellos ha hecho evidente la miseria y abandono que nos azota diariamente, sin piedad ni tregua.
Aunque no todo ha sido malo, todo lo que hemos ido soportando se ha convertido en el combustible que alimenta la llama de la esperanza; esa llama pura y eterna que nos lleva a despertar la empatía que yacía dormida en los corazones del pueblo Colombiano, y a reivindicar el valor de nuestros pueblos originarios, nuestras raíces y tesoros indígenas; a apreciar el gozo de la naturaleza que nos rodea y el valor inconmensurable de los campesinos y la bizarría que complementa su humildad y maestría, para labrar las fértiles tierras de nuestra patria ciega; para reconciliarnos, unirnos y renacer como un pueblo digno, un pueblo hermano, lleno de oportunidades creadas por las generaciones que fuimos y fueron, para las generaciones que son y las que serán.
Al final, solo nos queda la esperanza y la resistencia. Al final, igual que ayer, hoy y mañana, los gritos de nuestro pueblo herido, se convertirán en los cantos jubilosos de un país, de una madre patria renacida, en la que después de tantas guerras, de tanto dolor y sangre derramada, podamos ver al fin la luz de un nuevo día bañando una tierra en la que la dignidad, la igualdad y la paz dejen de ser solo un sueño, y sean nuestra realidad.
¡Fuerza Colombia! La lucha por la justicia, nos dignifica.
Fotografía: Braian Moreno