«¿Quiénes no han dejado caer el paro porque salen a tomarse las calles todos los días?; pues sí, l@s ñer@s»
*Columna de opinión escrita en lenguaje inclusivo.
(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Viviana Andrea Bernal
Ayer cuando llegué a Héroes, delante de un plantón de cientos de personas, me situé justo en un espacio lleno de pequeños parlantes con un sonido pésimo estallando RAP. Marihuana y venta de empanadas que casi me obligaban a comprar con la consigna: «el que no compre es tombo», trago en algunos lugares y ñer@s por todo lado. Era un desfile de estilos extraños venidos de los barrios más populares. L@s pela@s se tomaban fotos cada vez que pisaban el puente como celebrando haber llegado a la meta final. Venían caminando, en bici, en bus. Como fuera, pero allí llegaban.
En esta semana es la segunda vez que me encuentro con este panorama en el mismo lugar, así que ayer no fue tan impactante. La primera vez salí indignada con «la cantidad de ñeros que están saliendo a fumar marihuna, deslegitimando la protesta». ¡Hágame el favor! Hágame el favor, el clasismo que se me pasa por la cabeza. Creo que el pensamiento viene de haber pasado gran parte de mi vida en un barrio popular y haberle huido constantemente al concepto, estereotipo y estilo del “ñero”; sin embargo, por más que luché contra eso, soy la más “gomela” de mi ex barrio, pero la más ñera ente mis amig@s. Lo intenté pero el barrio nunca dejó de notarse en mí. Ya no me importa.
Qué difícil esto de l@s ñer@s. Uno se pasa el andén, obvio, «es que los pelaos no se ayudan con esas pintas y esa manera de hablar». Incluso, me pasó por equivocación que comprando un par de cosas en un local comercial terminé viendo una parte del noticiero donde habían agarrado a uno de los «vándalos que estaba implicados en la muerte del policía de Soacha» y luego salía el papá pidiendo ayuda porque su hijo evidentemente era un “falso positivo judicial”. Sacaron la foto de los pelaos y alcancé a pensar: «pero es que con esa cara de ñeros». ¿Ah?, ¿ah?, ¡hágame el hijuepuerca favor!, como si los que nos robaran todo en este país no estuvieran de corbata. En fin, continuo, vuelvo a la marcha.
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El país me tiene en un cúmulo de sensaciones en la que prima la indignación, la rabia y el miedo. Salgo a marchar temprano, un rato, porque luego me da pánico lo que pueda pasar: que no llegue a casa, que me desaparezcan, que me den una paliza o que me violen. Parecería un pensamiento extremista y catastrófico; pero no, no lo es, es la realidad, es lo que pasa, y adivinen quiénes son l@s que se quedan frenteando todo lo que pueda venir, l@s que se quedan salvando la patria (literalmente), l@s que no han dejado caer el paro porque salen a tomarse las calles TODOS LOS DÍAS; pues sí, l@s ñer@s. Los que no tienen nada que perder, no tienen trabajo, ni clases virtuales, ni comida en la casa. No tienen nada, porque se les ha negado todo, los que les importa cinco romperse con un tombo con tal de que este país no los siga tratando como los nadie.
Hace poco leí un estado de alguien que decía «hay gente que ni siquiera sabe por qué marcha». Tal vez “mis perrit@s” no conocen la reforma tributaria, o la de la salud, o la pensional; pero de lo que sí saben es de abuso policial y de desigualdad… ¡y están mamad@s!
Las marchas y los plantones se han convertido entonces en espacios donde l@s jóvenes se encuentran con parches similares y donde pueden ser en libertad sin ser juzgad@s. Entonces, sumercé, siga haciendo pedagogía mostrando que es indispensable que no estemos borrachos o trabados porque así es más difícil cuidarnos y es más fácil que los señores de verde oliva y cascarón negro hagan de las suyas con nosotr@s.
Dicho esto, espero que la preocupación por la marihuana en las marchas sea por que a usted le da miedo que un tombo coja uno de esos chin@s tod@s trabad@s y le den duro, y no porque la marcha se vea fea o porque deslegitima un movimiento (con los que ya de entrada lo odian), es decir, espero que sea una preocupación empática y no moralista. Lo sé, es un tema extenso y esto solo es una parte de las mil cosas que pienso.
Este paro me tiene con el corazón en la mano, porque ya no solo es de las centrales obreras y l@s estudiantes; es el paro del pueblo, de l@s indígenas, de l@s campesin@s, de l@s artistas, de l@s conductor@s, de l@s LGTBIQ+, de l@s afro, de los pobres, de los ricos (con sentido social), de l@s clase media y de l@s ñeros.