(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Aureliano
La realidad colombiana, interpretada como ese ladrillo hecho de términos elevados y definiciones pretensiosas que la academia impone, se hace inmamable; vista desde el lente de los grandes medios, es un pedazo de arcilla que todos manosean; aceptada desde la visión del gobierno, este platanal es la sucursal de Zúrich. En todo caso, Colombia siempre ha sido un stand-up comedy barato en el que se llora de dolor o se ríe de la misma rabia.
Pa’ qué desgastarnos, si en últimas, somos una mediocre caricatura de nosotros mismos. Quizás, solo necesitamos del rock y de muchas cervezas para que este sabroso y envenenado sancocho nacional se nos haga menos jodido de tragar.
Radio Zutatenza, agrupación que combina el punk con el bambuco, desde la visceralidad y la poca vergüenza de sus integrantes, narra la realidad desde «perspectivas oscuras e ignorantes». Su sonido es un poco de esto, un poco de aquello; sus letras no son aptas para mojigatos que se escandalizan porque un cantante dice hijueputa en tarima, pero que se hacen los pendejos ante los atropellos de las instituciones.
—Como es evidente en el talente compositivo de la banda, Radio Zutatenza es una mezcla entre Rachmaninov y un borracho a las tres de la mañana en un karaoke del sur de Bogotá. Es un maridaje de notas del romanticismo y neobarroco, con un toque de bazuco. —Afirma la agrupación.
Quizás los zutatenzos no tengan vergüenza, pero –aunque lo nieguen– les sobra personalidad; tampoco tienen pelos en la lengua, y en un país como Colombia, se requiere que se hable de frente y sin adornos pa’ que entendamos todos.
—Somos una banda que pretende hablar de los temas sociales contemporáneos desde perspectivas confundidas e ignorantes. Somos millenials, new age, antivacunas. Hipsters con complejo de superioridad y divas a las que nos ofende que no se nos trate con las venias debidas. —Señala.
Aunque fue formada en 2014, Radio Zutatenza logró consolidar su propuesta cuando realizó su primera presentación en vivo, por allá en el 2018. Fue allí donde los zutatenzos, después de entradas y salidas constantes de centros de rehabilitación, empezaron un camino que hasta el momento ha dejado un álbum y algunos sencillos que están dando vueltas por YouTube desde hace un tiempo.
Como el decoro no es una virtud de la que puedan presumir, los zutatensos encontrarían en un ganso la inspiración para el título de una de sus canciones más recientes, y en la mediocridad de la sociedad colombiana, la musa que inspiraría la letra de Deprimido y Arrecho.
—Todo surgió de una paja, como el 78% de las canciones de Radio Zutatenza. Un día, uno de los miembros de la banda (no diremos quién) dijo que iba al baño a cagar. —Explica y agrega— Al ver que el man se demoraba, los otros tres miembros se impacientaron y fueron a ver qué había pasado. Abrieron la puerta y lo encontraron dormido con el ganso en la mano.
Como en los peores los momentos de un ser humano siempre están los amigos dispuestos a grabar, la escena del integrante quedó registrada en video por sus compañeros, quienes pacientemente esperaron a que el infortunado borracho despertara de su –quizás– húmedo sueño, para preguntarle cómo se sentía y recibir por parte de él una sencilla, pero contundente respuesta:
—¡Deprimido y arrecho!
Los zutatenzos
- Voz: todos cantan dependiendo del tema
- Guitarra: Javier Pinzón
- Bajo: Camilo Lanziano
- Batería: Diana Herrera
- Futuro baterista: Camilo Espinosa
- Teclados: Cristian Hernández
Radio Zutatenza | Redes Sociales
- YouTube: https://www.youtube.com/channel/UC3ac646lnTGxPLm_IsETQtg
- Instagram: https://www.instagram.com/radio_zutatenza/
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¿Quién putas es Aureliano?
Soy Aureliano. Tal vez me recuerden –y si no pues qué más da– por textos como No estamos pintados, La Era de las Catervas o ¿Nos están matando? ¡¡Nos estamos matando!! Fui invitado a participar en esta trinchera disidente para hablar de política, pero la disciplina no es una de mis virtudes. Así que estoy acá, en la sección de música escribiendo mi primera reseña.
Ese soy yo, un escritor mediocre y un borracho entregado.