«Y en las calles que nos vieron brillar retumba otra vez la misma canción»
‘I MISS U’ (THALÍA MAYOR)
Por: Olugna
El lienzo de cristal era tentador para esquivar el tedio de permanecer atrapado adentro, mientras la lluvia hacía suya la ciudad. La tecnología aún no lograba distraernos de la realidad a través de un teléfono. Lo análogo, al igual que nosotros —adolescentes tratando de abrazar la vida adulta—, estaba a punto de transformarse por completo. Aun así, disfrutábamos de los accesorios que nos brindaba para refugiarnos sin abstraernos del todo de lo real. Los discmans, para no escarbar más en ese baúl millennial, eran portadores de música, historias y sentimientos, en esa época que, en un abrir y cerrar de ojos, fue tragada por el algoritmo.

El corazón dibujado en el vidrio empañado es un guiño —sutil pero directo— a esos años. Hay cierta simetría en su imperfección que rinde tributo a la espontaneidad que no necesita ser perfecta para impresionar. Las ventanas de los buses, en medio de los trancones de la ciudad, sirvieron para dejar salir caricaturas improvisadas, sentimientos guardados o pequeños esbozos anarquistas que, al igual que nuestra adolescencia, resultaron fugaces. Sin embargo, aunque los detalles se disolvieron conforme nos hicimos adultos, en esos lienzos desprevenidos quedó atrapada una porción mínima de lo que fuimos. Era la década que cerraría para siempre los 90.
Con la ironía propia de todo aquello que nos devuelve al pasado desde la comodidad de la tecnología, Thalía Mayor nos presenta una balada pop con pinceladas de punk melódico, permeada por la esencia de los años 2000. ‘I Miss You’, una canción de amor cuya letra hubiese adornado la pared de alguna habitación adolescente.

—La escribí en un momento de introspección, mezclando versos que había compuesto años atrás con nuevas emociones—, señala Thalía Mayor.
Nacida en Perú y radicada en España, Thalía Mayor concibe sus canciones como cartas que nunca se enviaron. ‘I Miss You’ es una de ellas. Su voz limpia y delicada, en combinación con el sonido de guitarras libres de distorsiones y baterías que no son agresivas, nos devuelven a las baladas en español que sirvieron de telón a las series juveniles que invadieron las parabólicas de Latinoamérica, al mismo tiempo que los nuevos matices del punk invadían las emisoras y los skaters dibujaban piruetas con sus patinetas.
—Es una canción que une el pasado y el presente, como si mi yo actual se reencontrara con la persona que alguna vez fui—, explica la artista.
La nostalgia de ‘I Miss You’ es directa; la modernidad, en cambio, se percibe desde la sutileza. El título, escrito en inglés, se repite en la línea del coro acercándose a las formas de lenguaje actual. La lírica, por su parte, permanece arraigada a la poesía emotiva que se expresa con naturalidad y, a su modo, con la ingenuidad que hacía del amor un instante memorable cuando éramos adolescentes.
«Los sentimientos se desbordan cuando se asoma la nostalgia del verano. I miss u»
La espontaneidad de las cartas escritas en el bachillerato se refleja en la sencillez de la letra de la canción. Sin embargo, el cuidado en la producción musical y la intención de recorrer diferentes atmósferas a lo largo de la misma sin perder su identidad sonora, revela la madurez de Thalía Mayor. Los efectos sonoros y la suavidad de los primeros acordes, los riffs melódicos en las líneas más intensas y los arreglos orquestales al cierre de ‘I Miss You’, lo comprueban.
A diferencia de aquellas cartas que nunca llegaron a su destinatario, ‘I Miss You’ permanecerá intacta gracias a las posibilidades de la tecnología que desplazó a lo análogo. De todas las maneras de abrazar la nostalgia, los primeros esbozos del amor son las más auténticos.
—Espero que ‘I Miss U’ encuentre a las personas adecuadas en el momento justo—, finaliza.
Sobre Olugna
Cada crónica es un ritual. Quizás suene demasiado romántico, pero así es. Así soy yo: complejo y trascendental; sensitivo y melancólico, pero entregado a una labor que, después de algunos años, me ha abierto la posibilidad de vivir de mis dos grandes pasiones: la escritura y la música. A la primera me acerqué como creador, a la segunda –con un talento negado para ejecutarla– como espectador.

