Crónica Ad
(Toronto, Canadá)
Por, Olugna
En el papel había sido retratado un hombre alto, de lentes y barba, quien detrás de un bajo y rodeado por dos amplificadores hacía realidad un sueño a través del rock. Dicho retrato era la captura que dibujaría su pequeño de siete años sobre la presentación que acababa de realizar su padre ese 3 de agosto de 2016 en una de tantas tarimas en las que ha participado. Su hijo, sin saberlo, le estaba enviando una señal para comenzar otra etapa en su amplia trayectoria musical. No había dudas, a partir de este instante, el músico colombiano radicado en Toronto desde hace 14 años, se preparaba para aceptar la invitación que le hacía el destino para seguir un nuevo rumbo, esta vez, bajo el nombre de Xavier.
Como muchos artistas, Javier Gutiérrez se acercaría a la música cuando apenas era un niño. Bastaría con ver a su padre interpretar la guitarra para que sintiera esa curiosidad de interpretar ese instrumento, símbolo de diversos géneros musicales, pero que en el rock ha forjado leyendas que han dejado su legado en el tiempo.
Su primer acercamiento real con la guitarra se dio cuando Javier, zurdo de nacimiento, llegó a la adolescencia. Sin reparos, el chico de 12 años, aprendió a adaptarse a ella con la con la mano contraria y a través de cancioneros adquiriría sus primeras nociones técnicas básicas.
Javier, en Led Zepellin, descubriría el amor por el rock. Gracias al grupo británico se despertó la inquietud de acercarse a la batería, instrumento en el que se formó durante tres años. También, gracias a las lecciones de literatura recibidas durante la época de colegio, se acercaría a otra pasión que lo atraparía de por vida: la literatura. Entre Homero, Mark Twain, Pablo Neruda, entre otros autores, el artista encontraría la conexión entre las dos expresiones que no tardarían en convertirse los ejes fundamentales de su trayectoria.
Aquellos primeros pasos –aun durante la etapa del bachillerato– dieron origen a Gelatina, proyecto que alcanzaría a grabar un acústico con cuatro canciones propias en una emisora juvenil del F.M., mismo que ahora forma parte del extenso baúl de recuerdos en la carrera musical de Javier.
Se acercaba el final del milenio y con este, el deseo creciente de Javier por probar suerte, junto a su novia –o musa como él la llama–, en Groton, Connecticut. Allí, en las tierras del Tío Sam, lejos de su tierra y con la mirada fija en un sueño, Javier compraría una guitarra, con el fin de acercarse de alguna forma a la música.
—Use más de la mitad del dinero que traía en mi mochila para comprarme una guitarra. Busqué cómo involucrarme en la música, participando en el coro de una iglesia, también hice arreglos musicales para una banda cristiana de salsa—. Explica Javier.
Sin embargo, sería en Toronto, donde su carrera musical sufriría una transformación definitiva con miras hacia ese sueño que se dibujaba para él a través del rock n’ roll.
—Allí me encontré con un músico y amigo del alma, Mauricio Moreno. Él también había realizado sus primeros pasos artísticos en Colombia participando en diferentesproyectos—. Agrega el artista.
Los primeros pasos para los dos músicos sería en la composición musical de algunos cortometrajes. Más adelante, se abriría la oportunidad de participar, bajo el nombre de Audio Ritual, en un pequeño festival y de esta manera darse a conocer en el país con la recién formada agrupación. Inquietos por explorar diversas posibilidades, Javier, Mauricio y otros artistas latinos radicados también en Canadá, darían comienzo al Rock Your Spanish, evento que lograría extenderse por cuatro años en igual número de versiones.
La presentación realizada ese 3 de agosto de 2016, sería para Javier el fin de una etapa en su trayectoria musical y daría comienzo a una nueva, esta vez, bajo el nombre de Xavier, la cual surgió como epifanía a través del dibujo realizado por su pequeño hijo y con el que, además, rinde homenaje a su compañera de vida, misma que ha estado presente en todo momento en la vida del artista desde la adolescencia.
Xavier también es una exploración musical, un juego de colores y de ritmos que encuentran en el rock una base sólida y en la fusión de sonidos una identidad. La realidad, las vivencias más íntimas y las emociones internas del artista son materializadas en canciones que trascienden más allá de la estética para entregar, de manera sutil, un concepto.
Brebaje Vol 1/2, sería el primer EP con el que Xavier se presentaría oficialmente en el mercado musical, el cual está integrado por seis canciones, entre las que se incluye el tema homónimo a la producción y que ha acompañado al artista durante toda su carrera.
Fiel a esa esencia latina que se riega por las venas y que se manifiesta en la cotidianidad de los nacidos en esa parte del continente, que ha sido atravesada por sonidos caribeños, africanos y folclóricos, la propuesta de Xavier conserva esa textura musical que dota de identidad a cada una de sus canciones.
—Es imposible desligarte del ADN Latino. He aprendido a explotar mejor esas cualidades y ese orgullo que te obliga a hacer lo que sea para sacar la familia adelante. También, ese positivismo que enriquece a los demás. El Latino siempre desea aportar algo y –por qué no– ser centro de atención—. Señala.
Brebaje Vol. 1/2 contó con la participación de reconocidos músicos colombianos: Mauricio Montenegro, baterista de Aterciopelados; Sergio Lozano, quien formó parte de Pasaporte y Chato Rivas, exbajista de La Derecha quien, además, ha colaborado con Shakira, Maia, entre otros y que en este trabajó también participó como productor.
La pandemia provocó una ruptura en la dinámica de producción y grabación que venía adelantado Xavier, quien logró adaptarse a sus compañeros de agrupación y a ese nuevo esquema de trabajo, para así continuar con la labor hasta el momento realizada.
Brebaje Segunda Mitad, es la otra parte del EP inicial, la cual explora con otras posibilidades, pero al mismo tiempo conserva el concepto que identifica la música de Xavier.
—Es la misma esencia de lo que soy yo, pero hay muchos más sonidos, mucho juego de voces. Es una producción mucho más grande. También es conjunción de ideas transmitidas a la distancia.
Al igual que la primera parte, Brebaje Segunda Mitad cuenta con la participación de grandes exponentes del rock nacional. En esta producción, además de la compañía de los músicos anteriores, Xavier invitó a Alfredo Neira, quien intervino como ingeniero de sonido y productor.
Si bien Xavier no lo menciona directamente, ni en la composición musical es un factor evidente, Brebaje Vol. ½ y Brebaje Segunda Mitad, son trabajos que pueden interpretarse como conceptuales, teniendo en cuenta que entre ellos hay un hilo conector que ha dado inspiración a cada una de las canciones, las cuales retratan momentos significativos en la vida del artista.
Xavier, de esta manera, continúa con un proceso musical que inició hace más de 20 años y que a hoy es la materialización de un sueño a través del rock.