Bogotá es una ciudad con casi 7 millones de habitantes y una gran diversidad cultural. Entre sus calles hay personas que combinan su vida regular con una pasión: jugar a disfrazarse. Este es el movimiento cosplay, una práctica que se ha venido consolidando en la capital desde principios de la primera década del 2000 y hoy se posiciona como una de las mejores de Latinoamérica.
Sin embargo, cosplay es más que jugar a disfrazarse, es un movimiento bastante complejo que es hobbie, profesión, negocio, forma de ayudar y un espacio de socialización bastante particular
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