Cuando llegué al bar donde me citó, estaba sentado junto a la barra, con una cerveza en la mano y hablando por celular. Tardé unos minutos en encontrarlo, pues había mucha gente en el lugar. Le pregunté a la mesera si había visto a Óscar, el de la banda y ella, sabiendo muy bien a quien me refería, me dirigió hasta él. Es un hombre grande, de barba espesa y tez blanca, tenía varios tatuajes en los brazos, vestía de negro de pies a cabeza y, pese al calor infernal que asediaba el lugar, llevaba puesto un gorro. El ambiente era propicio para entablar una conversación con un cantante, pues la música se escuchaba por todos lados, las personas hablaban y se reían a carcajadas, el espacio, aunque un poco pequeño, era perfecto para sentir esa unión de la que después me hablaría.
Actualmente, The Hall Effect es una de las bandas de rock más importantes de Bogotá. Para lograr tal reconocimiento se necesita, como dice Óscar Correa, de mucha paciencia. “Es lo primordial, paciencia y constancia. Mínimo se necesita 10 años para madurar el sonido de una banda. […] Hay que empezar fuerte y trabajando duro”. Gracias a dicha dedicación, en el año 2007, la banda fue nominada a los MTV Musical Award como Mejor artista independiente y, aunque no ganaron, este acontecimiento les permitió explorar los sonidos latinoamericanos ya que, para ese entonces, la agrupación sólo producía música en inglés debido a sus influencias británicas. Un par de años después y con ayuda su antiguo manager, Julio Correal, la banda tuvo la oportunidad de conocer al famoso productor Phil Manzanera, quien más tarde produciría su álbum de debut internacional, el disco homónimo “The Hall Effect”. Como consecuencia de los buenos resultados del disco, los muchachos realización su primera gira por Europa de la mano con la banda internacional Fiction Plane. Aquí, en Colombia, la agrupación hizo parte de la banda sonora de la película “Póker” y sus directores produjeron el video de la canción. Adicionalmente, la banda estuvo presente en la versión número 21 de Rock al Parque.
¿Qué tuvieron que hacer para estar dentro del repertorio de Rock al Parque?
En el 2007 y en el 2010 nos invitaron, pero esta vez, como queríamos tocar en Rock al Parque, decidimos audicionar como cualquier banda lo puede hacer. Pasamos los papeles que se requerían, nos seleccionaron para la audición, la aprobamos y luego nos dijeron que podíamos tocar. La grata sorpresa fue que, de todas las bandas que se presentaron, quedamos de segundo en el puntaje final y que nos dieron un buen horario, o lo que uno podía pensar que era un buen horario […] Mucha gente fue a vernos, fue muy bonito ver los comentarios en las redes sociales y algo aún más sorprendente fue ver que después de nosotros, a la banda iba a cerrar asistieron menos personas. Ahí entendimos que a esa tarima va la gente que nos quiere ver, la gente que nos ha apoyado desde el principio y por eso les agradezco mucho.
Pero, ¿por qué se presentaron por convocatoria distrital teniendo en cuenta su trayectoria de más de 10 años?
Uno como artista depende de lo que el festival quiera invitar. Pero si uno quiere tocar sin estar esperando a que lo llamen, la única solución es ir, presentarse y dejar el ego a un lado. Nosotros, como queríamos tocar en este evento, decidimos hacerlo. La convocatoria se hizo a pulso, reinventando la banda y buscando nuevos sonidos. Si en otra ocasión nos quieren invitar, súper bien. La cuestión es que si quieres que las cosas pasen, no esperes a que te llamen, toma la iniciativa y llama tú.
Para este evento se plateó la idea: “cultura de paz” ¿cómo logra el rock ser cultura para la paz?
Eso depende mucho de la banda, si yo soy una banda que me paro en el escenario a decir que todo es una mierda, a putiar a todo el mundo y después me pongo a criticar a todas las bandas, pues no estoy proyectando esa cultura. Un artista debe estar abierto a experimentar cosas nuevas, a tolerar otros estilos musicales, a estar en contacto con otros y a invitar a la gente a estar unida. Yo creo que ese es el primer mensaje que podemos dar, pasarla rico, gozarnos todos juntos este viaje que se llama vida y dejar de criticar. Tampoco debemos creernos la fama, los que trabajamos en la industria musical lo hacemos por gusto personal, por esta razón, siempre estaremos dispuestos para nuestros fans y para la gente que nos quiera escuchar, como ustedes.
Hablemos sobre la banda. Para usted ¿qué fue lo mejor de la gira por Europa?
Pues, fue una experiencia increíble porque era viajar por varias ciudades dando a conocer nuestra música, en un bus de gira, despertándonos cada día en una cuidad diferente y sintiendo como la gente se conectaba con lo que hacíamos. Lo más chévere fue empezar a ganar fans en Francia, lograr que nos firmara una disquera y que distribuyeran nuestro CD en varias dicotiendas.
Pero así como ha habido momentos buenos, ¿Cuál ha sido la mayor dificultad que han tenido en estos 10 años de trayectoria?
La primera cosa fuerte fue vivir por fuera del país, dejando a nuestros seres queridos a nuestro país. La segunda, yo creo que es cuando cerró la disquera en Francia porque habíamos trabajado mucho por esto y queríamos que funcionara. Y la tercera, la más reciente para mí como vocalista, fue tratar de hacer canciones que me gustaran en español, ya que estaba acostumbrado a hacer cosas en inglés durante casi toda mi vida.
Pero ese tema ya lo superó ¿Cómo lo logró?
Claro, lo logré aplicando el mismo ejercicio que hice con el francés, metiéndole todo el corazón, conociendo personas expertas en el rock en español e intentando hacer canciones que no fueran cursis. Ese es el problema del español, que tenemos tanto para decir que debemos escoger muy bien las palabras que queremos transmitir; en cambio, el inglés muchas veces es más directo y todo suena bien.
Después de reinventarse como banda ¿qué futuro le espera a The Hall Effect?
Bueno, ahora estamos promocionando los nuevos sencillos de lo que va a ser el nuevo álbum, ya lanzamos dos canciones en inglés, una que es My red headed woman y Superstatic. Antes de estas, quedaron canciones muy recordadas por nuestro público como Yo quiero “coolear”, como Tú sabes lo que quieres, como Te espero, entre otras. Todo esto, mezclado con el Rock and Roll nuevo, es para donde va The Hall Effect, queremos hacer canciones en varios idiomas, siendo el Rock la columna vertebral, pero de repente podemos experimentar aquí o allá y tenemos el derecho a hacerlo, porque somos latinos, somos mezcla de muchas cosas.
Muchas personas practican la misma filosofía de Oscar, son personas que viven el presente intensamente, no miran al pasado pero no cometen los mismos errores y tampoco visualizan un futuro concreto pero están preparados para lo que destino tenga preparado para ellos. The Hall Effect es una de esas bandas a las que no les importa si suenan en radio o no, si venden discos o no “Un día todos te conocen y al otro nadie sabe quién eres”. Estos jóvenes artistas aman lo hacen sin importar lo que piensen los demás, porque cómo nos dijo Correa cuando terminó la entrevista: “El rock más que un género musical, es un estilo de vida. ¡Que viva el rock!”
Sebastián Ortegón
juansebas2517@hotmail.com