Cádiz tiene magia, los gaditanos también, sus playas son únicas, sus noches alegres y festivas y sus atardeceres únicos. Sus playas no son sólo el escenario de bronceo o paseo de muchos, sino el espacio donde el amor, la paz y la tranquilidad son los principales protagonistas.
Frente a mis ojos ‘La Habana Española’ por primera vez
Aún recuerdo mi primera visita a Cádiz el otoño pasado, cuando por error o azar, visité sin planear uno de los tantos hermosos lugares de Andalucía. Aquella mañana el recorrido inició desde Málaga camino a Gibraltar; los comentarios, las fotos con monos y la historia de aquel rincón británico en España, despertaron mi interés por acércame a conocer aquel lugar que tanto me recordaba las clases de geografía en primaria.
Luego de una breve parada para desayunar en Marbella –una ciudad que sin ser la capital de Andalucía es la mas cosmopolita y quizá más moderna de todas– y un recorrido en carro por cerca de una hora, tenía frente a mí el imponente Peñón y puerto de Gibraltar, el cual aprecié y fotografié desde la distancia. (Es importante, que quienes deseen visitar este lugar tengan presente contar con el visado de Reino Unido, porque como lo indiqué unas líneas atrás, éste es territorio británico).
Los colores del mar de Gibraltar son tan diversos, que luego de visitarlo en verano estoy convencida que tiene uno de los colores más hermosos del mediterráneo.
Gibraltar en Otoño
Gibraltar en Verano
Tras un par de horas, el camino nos lleva a la capital de Cádiz, la provincia española conocida por el carisma de su gente, sus playas y su envidiable ubicación, que la sitúa a solo 14 kilómetros de África, limitando con el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo.
Cadíz, la Costa de la Luz o la ‘Tacita de plata’ con casi 300 kilómetros de costa, ofrece a sus visitantes una amplia gama de playas, pueblos, gastronomía, deportes acuáticos, amaneceres y puestas de sol inigualables. La Habana Española, como también se le conoce, pero con “más salero”, como dice la canción Habaneras de Cádiz de Carlos Cano, es una ciudad que con cerca de 120 mil habitantes y una tasa de desempleo que supera el 35% (según cifras del Instituto Nacional de Estadística de España – INE), centra su economía en las actividades portuarias y en el turismo, y que se destaca no sólo en Andalucía sino a nivel nacional por tener la gente más maja, alegre y feliz.
Esta primera visita a Cádiz, me llevó a dar un paseo por sus principales callecitas, su playa, a recorrer sus castillos y despeinarme una y otra vez por sus fuertes vientos, vientos que permiten a muchos turistas y aficionados de los deportes acuáticos disfrutar del windsurf y el kitesurf durante el año.
Cádiz no solo ha sufrido el impacto del desempleo, también ha experimentado las consecuencias del terremoto de Lisboa que, con 9 grados en la escala de Richter, ocasionó un maremoto que arrasó con gran parte de la costa y calles gaditanas el 1 de noviembre de 1755. Un extraño retroceso de las grandes y amenazantes olas, atribuye a sus patronas intervenciones ‘divinas’ que hoy hacen referencia a la virgen de Nuestra Señora del Rosario y a la virgen de la Palma como las salvadoras de su ciudad.
Aún recuerdo mis caminatas por Playa Caleta con la marea baja, para luego adentrarme varios metros entre balsas de pesca, algas y barro, cosa que no podría hacer ni disfrutar de la misma manera en verano o con otra marea.
Cádiz, el regreso
Mi segunda visita a Cádiz, esta vez en verano, tenía como objetivo principal disfrutar de un par de días de sol, allí, en el Hostal Paris, ubicado en San Fernando. Un chico español muy amable y atento, nos sugirió en un mapa una ruta de playas para visitar… y definitivamente, no se equivocó. El Palmar, Zahora y Caños de Meca nos brindaron un mar lleno de azules, arenas suaves y claras, sus fuertes e infaltables vientos y ‘chiringuitos’ con comida deliciosa.
Cádiz tiene magia, los gaditanos también, sus playas son únicas, sus noches alegres y festivas y sus atardeceres únicos. Sus playas no son sólo el escenario de bronceo o paseo de muchos, sino el espacio donde el amor, la paz y la tranquilidad son los principales protagonistas.
La magia de Cádiz está en su historia, en su gente, en sus atardeceres. Atardeceres, que a diferencia de otros lugares, permiten a muchos acudir a una cita permanente frente a la playa para despedir el sol en uno de los mejores espectáculos, en primera fila y con aplausos. ¡Esto es Cádiz!
Galería Fotográfica
Por, Sheila Giraldo