Escribir una composición que hable de amor, desde el optimismo, podría interpretarse como un gesto revolucionario.
(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Olugna
Finalizaba la década de los 90’s. Sobre los pupitres rayados había un pequeño espacio para los nombres y fragmentos de letras de esas canciones de rock en español que llegaron de la mano de las emisoras juveniles y de los casetes cuyas carátulas enlistaban las agrupaciones más reconocidas del momento. Fue una época inolvidable que le abrió las puertas del rock n’ roll foráneo –y de algunas bandas nacionales– a muchos desprevenidos que por aquel entonces navegábamos por diversas expresiones musicales.
Era el rock que hablaba en nuestro idioma. Éramos adolescentes y con más curiosidad que con convicción nos acercábamos a esas agrupaciones, quizás con el fin de expresar nuestra rebeldía; pero, también, con el ánimo de encontrar esa banda sonora ideal que fuera capaz de capturar esas vivencias de recreos, fútbol callejero, maquinitas y de amores pasajeros.
En una época donde afiches con letra de vallenatos colgaban en las paredes, dedicar una canción de rock, bien podría haberse definido como un acto vanguardista. Algunos –quizás muchos– decidimos que esos sonidos serían un sendero que, definitivamente, habríamos de recorrer por toda la vida.
Un poco más de dos décadas han pasado, la cantidad de agrupaciones colombianas dedicadas al rock es demasiado amplia, las posibilidades de acceder a ellas están ahí, inundado los muros de Facebook, paseándose entre millones de propuestas en YouTube, Spotify y un gran número de otras plataformas musicales.
Un par de semanas atrás una agrupación bogotana presentó su sencillo más reciente, una canción que recoge esos sonidos limpios del rock e invita, a través de una lírica romántica y optimista, a expresar ese sentimiento que en la adolescencia resultaba mágico y en la vida adulta, en una gran cantidad historias, termina siendo atravesado por el dolor, por la toxicidad.
Atravesar la agresividad de los sonidos más extremos con una balada rock, podría ser visto como un gesto transgresor; escribir una composición que hable de amor, desde el optimismo, podría interpretarse como un gesto revolucionario. Fundada apenas hace dos años, Verssek, agrupación bogotana que define su propuesta como new age, en ‘Mi Revolución’, invita a reconciliarnos con el lado bello del amor y a responder a ese impulso que nos hace pensar que enamorarse es posible.
Antecedida por ‘A quién tratas de engañar’ (canción que superó las 100 mil reproducciones en YouTube), ‘Volver a Empezar’, ‘A Pasitos de Tortuga’ y ‘El brillo de tus ojos’, ‘Mi Revolución’ es una canción con la Verssek muestra su versión más rockera y permite percibir la versatilidad de su sonido y la capacidad de adaptarse a otras posibilidades sin arriesgar la identidad musical del proyecto.
Verssek | Redes Sociales