«Soy de mar, soy de viento; las montañas son las curvas de mi cuerpo»
BRUJA (CONY CAMELO)
Es un ritual que danza entre la estética y el concepto; una ceremonia que se desenvuelve en un espacio ―para muchos― sórdido, pero que encierra simbólicamente los prejuicios de una sociedad que ha llevado sobre sí misma el peso de una historia que ha privilegiado la obediencia y la moral, al tiempo que ha condenado al exilio, al encierro y ―por qué no― a la muerte, a todo individuo que ha profanado sus antiguos preceptos, mismos que aún persisten y se manifiestan ―algunas veces de manera directa, en otras disfrazada― en diversos escenarios.
Dos chicas danzan entre sí, alrededor de un altar cubierto por sábanas blancas; quizás, son el símbolo de aquellas mujeres que fueron quemadas por una estructura ―social, política y religiosa― en la que no hay cabida para la rebeldía, mucho menos para libertad. Ellas, ― mujeres anónimas―, se expresan a través de sus cuerpos, de sus ideas, desde esa conexión sagrada que las une con la naturaleza, con la existencia. Ellas ―brujas sin miedo―, que en medio de un espacio turbio ―retrato de una sociedad caótica―, se reivindican y reconocen a sí mismas, como esa fuerza creadora que hace posible la vida, que hace realidad el arte que habita en el universo etéreo de las ideas.
No es una producción convencional, eso queda en evidencia desde el primer instante. El video de ‘Bruja’, lanzamiento presentado el 21 de octubre por la artista colombiana Cony Camelo, es una recreación simbólica del poder femenino, una reconciliación con el extenso ―y complejo significado― que encierra la palabra mujer. Cada fotografía, cada elemento, cada palabra, cada armonía, que forma parte de la canción, cumple una misión y corresponde al objetivo con el cual fue concebida: rendir «un homenaje a todas esas sanadoras que quemaron hace siglos».
Recogiendo las palabras de Cony Camelo, ‘Bruja’, también «es un llamado de la propia naturaleza a las mujeres, para despertar su poder y dar un giro al camino de evolución de la especie».
Dirigido por Kathy Gómez, el video de ‘Bruja’ se inspira en el trabajo de Floria Sigismondi, artista visual italiana, quien, en su amplia trayectoria, ha dejado una huella en las industrias del cine, la fotografía y la música, una mujer transgresora que ha recorrido el mundo con un «lenguaje cinematográfico que va a contracorriente y desafía las convenciones».
Detenerse en la pieza audiovisual de ‘Bruja’, es transportarse a la década de los 90´s donde el Rock y el Pop entregaban producciones audiovisuales transgresoras que rompieron esquemas, desafiaron estándares, tentaron a la censura en diferentes sociedades y no hacían caso de la corrección política. Es un video que cuestiona la historia, que pone en duda el estigma.
No obstante, el video de la canción, compuesta durante la pandemia, es apenas uno de los elementos que dan forma al concepto que Cony Camelo desarrolla en ´Bruja’ y se transmite a través de un sonido contemporáneo que se desenvuelve entre las influencias del Trip Hop y el Dubstep fusionados con ritmos latinos, los cuales son la esencia principal de un género que la prensa especializada ha definido como Electrodrama. Lírica, fotografía y música, dan lugar a un ritual simbólico recreado a través de las posibilidades estéticas que ofrece el arte en sus diferentes expresiones.
La letra ―no podría ser de otra manera―, es una declaración metafórica que no se compadece, sino que se reconoce y se reivindica en cada frase, en cada palabra. La voz limpia de Cony Camelo se rasga en el instante preciso, para dar fuerza a una narración que juega con la literatura y la sensibilidad de la memoria: «Todas somos brujas, todas tenemos poder. para eso hay que asumir nuestra divinidad y nuestra oscuridad».
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