Trascendencia del nu metal

Trascendencia del nu metal: el corazón extremo de los noventeros

Parte II


Por: La Cabra


El nu metal estaba tan de moda que Hollywood no dudó en utilizar su auge para películas como Matrix, La Reina de los Condenados, la primera versión de Resident Evil y Misión Imposible 2. Las bandas sonoras eran simples recopilaciones de canciones representativas del género. Como era «novedoso y llamativo», algunas de estas agrupaciones se presentaron en vivo en programas de prime time.  Tras este boom, las compañías discográficas se dieron cuenta de que este sería, en definitiva, un buen negocio, ya que para el público adolescente estas eras sus soundtracks. Fue así cómo se dieron a la tarea de encontrar a todos los artistas que hacían este tipo de música. Algo extraño, pues 10 años atrás el metal no vendía tanto.

Sin más ni más, todo esto fue una explosión que daría paso a que diversas bandas de nu metal (o con sonidos similares) fueran apoyadas por sellos disqueros solo porque el género estaba de moda. Entre otras, las afortunadas fueron Static-x, Incubus, Clawfinger, Taproot, Spineshank, Drowning Pool, Staind, Soil, Soulfly, Dope, Cold, Twisted Method, Guano Apes, Audioslave, Alien ant Farm, Ill Niño, Hed PE, Sevendust, Flylesf, P.O.D, Paddle of Mudd, Godsmack, Soil, Rob Zombie, White Zombie, Evanescense, Saliva y Skillet.


En un abrir y cerrar de ojos, todos estos grupos estaban teniendo gran proyección internacional con solo uno o dos años de transformación. No era raro, pues se adaptaron a lo que el mercado quería de ellos. Muchos de ellos contaban con una carrera extensa, pero al no ser reconocidos, optaron por cambiar su manera de hacer música.

Cuando Pantera se disolvió, los hermanos Darrell crearon Damageplan y publicaron el álbum ‘New Found Power’ que, obviamente, no tenía el sonido de su extinta agrupación, sino que muchas de sus canciones sonaban exactamente igual a Slipknot. Esto fue un disparo al corazón para los más puristas y no solo de forma simbólica: a Dimebag le dispararía uno de sus fans durante un concierto en 2004.

Otra agrupación que también se dejaría llevar por el furor del momento fue Machine Head, que después de hacer groove, se inclinaría por el nu metal. Sin embargo, lo que en un principio parecía una gran jugada, al final no sería así, ya que produjo los dos peores álbumes de su carrera en 1999 y 2000. Incluso Slayer incómodo a sus seguidores con el ‘Diabolus in Musica’ de 1998, al tener cierto acercamiento a este sonido más simple y menos frenético. Metallica también haría una apuesta por este estilo en ‘St. Anger’, que no tuvo solos de guitarra y la batería sonaba particularmente descuidada, algo que, a consideración de sus fans, sería el peor trabajo de su discografía, sin tener en cuenta a ‘Lulu’, disco que había trabajado en colaboración con Lou Reed.

Otro que quiso andar por esos mismos pasos sería Peter Tägtgren, cantante y guitarrista de Hypocrisy, quien fundaría a Pain, agrupación que sonaba más a industrial con gótico, pero que entraría en la definición del género. De hecho, Coal Chamber, siendo uno de los grandes exponentes del nu metal, que estaba dirigido por Dez Fafara, luego de sacar tres álbumes, y después de que pasara la fiebre, dejó todo y se puso a hacer lo que realmente quería: una mezcla de thrash metal y death melódico en el proyecto DevilDriver, con el que ha estado desde entonces y posee más de 10 álbumes, muchos de ellos memorables y superiores a lo que produjo antes.


Es decir, entre 1994 y 2004, lo que estaba dando la vuelta al mundo era el nu metal y todo, según los medios de comunicación mainstream, sonaba al género; respuesta a la gran influencia de Estados Unidos, aunque en el resto del globo no causó tanto impacto, pues se seguía escuchando el heavy y el rock de toda la vida: Dickinson volvería a Iron Maiden y publicaría un álbum espectacular y lo mismo pasaría con Judas Priest.  El power metal, tendría un renacimiento con bandas como Stratovarius, Sonata Arctica, Avantasia, Blind Guardian entre las más destacadas y vendidas en Europa.

Aunque lo común fuera relacionar a las bandas de nu metal con Estados Unidos, en Francia se crearía AqMe; en Italia, por su parte, Línea 77 ya era muy reconocida y en España, sobresalían Hamlet y Def con Dos, agrupación de rap que pondría a su música guitarras eléctricas. Esa era la moda y así lo harían muchos artistas más.

Pero con tanta sobreoferta de nu metal, el mercado terminó saturado de más de lo mismo: bandas que no aportaban nada nuevo, que carecían de originalidad y que solo eran una copia de la copia, convirtiéndose en agrupaciones de un «solo éxito» como Crazy Town con su álbum ‘The Gift of Game’ de 1999, cuya canción ‘Butterfly’ la haría saltar a la fama y pasada la moda del nu, regresaría al rap, que era lo que realmente quería hacer. Mudvayne con la placa ‘L.D. 50’, se lograría colar entre los 100 discos más vendidos en el 2000 con la canción ‘Dig’; mucho de esto sería gracias a un meme.


Por ejemplo, muchas personas solo conocen una canción de Papa Roach, pues fueron eclipsados por ‘Last resort’. Igualmente, fue para Disturbed que tiene a ‘Down with the sickness’; Drowning Pool a ‘Bodies’, que logró poner al público de un programa de talentos de pie por ser cantada por un abuelo, o Evanescence con su ‘Bring Me to Life’. En definitiva, el nu metal murió por una catastrófica sobredosis, muy pocas bandas lograron evolucionar y encontrar un sonido propio y diferente que fuera un sello característico.

Así lo hicieron algunas bandas como Slipknot y System of a Down, que se convirtieron en los más grandes del mismo género, pero en términos generales, el nu metal era bastante repetitivo y todo terminó sonando a Deftones; incluso lo de ahora. Tanta exposición de lo mismo llevaría a que los nuevos adolescentes explorarán nuevas expresiones, llevando al brillo de la fama a la música emo, muy popular entre el 2005 al 2012 y al metal core. Sin embargo, su fugaz aparición se desvanecería prontamente. Después de todo el furor, muchas bandas retomaron el camino que realmente querían: las que querían hacer rap, empezaron a hacer rap; las que querían hacer rock, empezaron a hacer rock y así sucesivamente.


El hecho de que fuera un género tan artificial, obviamente, no le gustó a los metaleros de toda la vida. Se reconocía que había un tinte de metal muy crudo, pero esto no distaba de que estuviera más cerca del pop. Era un estilo que gustaba y a sus fanáticos no les importaba si era o no verdadero, pues se sentían cómodos al escucharlo. De nuevo, en este momento, estaba la policía del metal criticando este «producto pre fabricado» y para apoyar esta idea, solo había que ver que muchas de estas bandas publicaron álbumes con el éxito de una sola canción, dejando a las demás relegadas por ser en demasía repetitivas o simplemente algo sin importancia.

En 2005 Linkin Park sería la manzana de la discordia, ya que se decía que era una banda creada por una disquera y que su nombre había sido elegido estratégicamente para estar al lado de Limp Bizkit en las tiendas de música y así generar más ventas. De esta manera, los metaleros más metaleros, salieron a decir que el metal debía ser contestario e incomodar porque esa era su naturaleza y veían que muchas de las bandas de nu metal, estaban haciendo su parte: se revelaban, pero sin disgustar a las disqueras y manteniendo el mercado adolescente activo.

Musicalmente al nu también se le criticaba, pues se decía que no hacía música por el gusto de crear y expandir las fronteras, sino para unirse a la moda: no habían solos de guitarra en sus canciones, nadie tocaba rápido, no había nada progresivo y tras del hecho sus integrantes usaban sudaderas que estaban bien vistas para el deporte, pero no para el metal.

Sumado a que todos los medios especializados solo hablaban de nu metal, olvidándose de todo lo anterior, dedicando su tiempo solo a este género, cosa que no ha cambiado mucho en nuestros días con sus titulares sensacionalistas. Obviamente, era una relación donde se necesitaban mutuamente, pero la ventaja la tenían los medios porque era lo que estaba en auge. A ciencia cierta todas estas críticas pecan de exageración, porque si a uno no le gusta algo, ¿para qué prestarle atención?

Pese a las críticas el nu metal ha tenido gran impacto, fue la puerta de entrada al metal de muchos adolescentes, hizo que millones de jóvenes se interesarán por esta música llegando así a millones de oídos como no había pasado antes. Hay muchas personas que conocen a Linkin Park, pero no les interesa que pasa con el metal en general. El nu salvó el mercado de los sonidos duros del rock por un tiempo, pues muchos que no tenían nada que ver con el género se interesaron en comprar álbumes.


Al principio, obviamente, querían hacer algo diferente con una gran variedad de Influencias musicales cuando se percibió que el metal se estaba estancando. Hoy por hoy, las agrupaciones que se consideran metal alternativo ―hijas del nu―, también está muy bien que exploraran letras más íntimas para dejar de hablar tanto de groupies, fiestas extremas, historias épicas, reivindicaciones política y aceptar así otros puntos de vista, donde se hablara de los miedos y problemas, algo con lo que se identificarían muchos en todo el mundo. Por otro lado, era genial que existiera un género interesado en darle protagonismo al bajo.

Ha llegado el momento de melancolía con el nu metal. Han pasado 20 años y aquellos adolescentes que lo escuchaban ya tienen hijos y festivales como el Sick New World en Las Vegas traen todo ese aire de los 90. Es realmente apreciado, porque este género los influyó de manera positiva. Grupos nuevos como Blind Channel, que suena a Linkin Park; Tetrarch que se acerca a Korn; Vended, hija de Slipknot ya que, literalmente, está conforman dos hijos de diferentes miembros de la banda o Bloodywood, que ha sido un éxito por la gran producción en sus videos en la India.

Cualquier género del metal que invite a la gente a acercarse a escucharlo es bienvenido, está para transmitir emociones, libertades y pensamientos, no para estar peleando por pendejadas.


La Cabra

Bajista que encontró en la fotografía y la escritura dos maneras de hacer catarsis, acompañada de metal, boleros y salsa, traspasando cualquier línea de lo under y la falsa moral. Siempre vestida de negro y mala-carosa también.


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