Es una mañana de sábado, tranquila, cálida, fresca. El recorrido por aquellas cuadras angostas del Centro de Bogotá, sobre la calle 22 arriba de la séptima, se hace acogedor. A diferencia de otros sectores de la ciudad, caminar por estas calles trae al transeúnte una experiencia muy ajena a la vivida en otras zonas. El Centro, de alguna manera, se las arregla para sobrevivir al cambio constante de una gran ciudad, que con el tiempo se hace inmensa para el afán constante de progreso y evolución, vistos desde las lógicas de mercado, y chica para los caminantes, todo tipo de caminantes.
Ya no es el Centro geográfico de la Capital, pero sí de la cultura y la diversidad, y permite para quienes llevan en su interior una vena artística, el florecimiento de la creatividad y de la inspiración.
El recorrido desde la 26 hacia el Sur, por la Carrera 4, hasta el taller ubicado en el segundo piso de una casa que como muchas otras del sector es bastante grande, es realmente breve. La cita, concertada para el medio día, no era más que un pretexto para buscar un acercamiento con ese concepto de arte, que en diversos escenarios, pareciera ser de uso exclusivo de una minoría de la población, aquella misma que muchos consideran más culta. El encargado de dicha aproximación es Jorge Enrique Magyaroff, que con sencillez, conversó con Rugidos Disidentes sobre su vida, su propuesta artística y lo que para él significa el arte.
En esta primera entrega nos habló de sus primeros acercamientos con el arte, su formación académica y su trabajo actual.
Rugidos Disidentes: ¿Por qué un bogotano, de nacimiento, tiene el apellido Magyaroff?
Jorge Magyaroff: Mi abuelo era yugoslavo, entró al continente por Brasil, estuvo en Uruguay, Paraguay, Chile Ecuador, Bolivia. Se recorrió todo Suramérica, la idea de él era llegar al Norte… inevitablemente tenía que hacer su paso por Colombia y cuando llegó… cayó en la trampa… y bueno acá estamos…
«Fue algo que quise hacer y nunca tuve dudas de ello»
RD: ¿Cómo se dieron esos acercamientos con el arte?
JM: … Desde muy pequeño era para mí emocionante, pasar mi tiempo o dibujando o construyendo cosas. Tuve una ventaja, durante la infancia viví con mis abuelos. Mi abuelo tenía una microempresa de ensamblado de juegos de mesa en la casa, que el mismo había construido. Había un espacio grandísimo en el que él guardaba todo el material de reciclaje que le sobraba. Yo tenía todo ese material a la mano, había también herramientas; bisturís, cintas, adhesivos y una gran cantidad de cosas, no me ponían ninguna limitación. Imagínate, un niño de 5 o 6 años en un espacio de 80 metros cuadrados lleno de material, era muy emocionante y estuve siempre motivado a crear cosas con mis propias manos… Fue algo que quise hacer y nunca tuve dudas de ello.
RD: Hablemos ahora de su formación académica. ¿Qué tan distinta fue la academia a esa experiencia vivida que usted ya tenía?
JM: En mi caso personal hubo un estrellón, pensaba que cuando llegara a estudiar arte, aprendería a pintar bodegones bonitos y paisajes hermosos, que son una idea clásica. Cuando llegué, me encontré con otro tipo de manifestaciones artísticas más contemporáneas. Fue muy difícil, pero valió la pena.
RD: ¿Luego de terminar su formación profesional a qué tipo de manifestaciones artísticas se dedica?
JM: Mi trabajo en un principio fue de instalación. La instalación tiene un problema, necesitas de un espacio muy grande para presentar la obra, y por otro lado, comercialmente no es viable.
RD: Debo interrumpirlo ¿Qué es una instalación?
JM:La instalación es la adecuación de un espacio. Su concepto es el mismo de la escultura, en la cual tú estás como espectador dentro de ella. Si ves el David, por ejemplo, la escultura en mármol, tú estás frente a ella, la ves, la recorres, ves cada uno de sus detalles, ese es el concepto de clásico de escultura. En la instalación tú estás dentro de esa escultura. Yo tomo, por ejemplo, este espacio y empiezo a adecuarlo, pongo ciertos objetos, lo puedo intervenir con luces, con sonido, con diferentes medios para que la persona, cuando entre a esa escultura, por cuanto es tridimensional, se sienta dentro de un ambiente. Tú ya no recorres la obra, sino que ella te envuelve.
JM: … trabajaba con instalación, pero era muy complejo, pues la técnica en este tipo de obra no es nada sencillo, después ¿cómo la vendes?, pasa, se ha dado, pero no es nada sencillo. Entonces, ante eso y el lamentable llamado del dinero, empecé a trabajar dictando talleres de arte, trabajé con el ICBF en unos centros de rehabilitación, con menores de edad infractores, les enseñaba pintura, incluso moldeado con materiales como la plastilina o la arcilla. Fue muy bonito ese encuentro con realidades tan diferentes a las que uno ha vivido. Estuve ahí unos 3 años… Recuerdo que en una exposición me encontré con un artista que fue profesor mío, me dijo que necesitaba un asistente en el taller, pero que no podía pagarme, sentí que debía tomar esa opción, ahora lo pienso y fue un poco irracional. Arranqué a trabajar como asistente de este escultor, en un principio sin pago, después de un mes empecé a ganar por hora trabajada, luego por prestación de servicios.
RD: ¿Cómo fue esta experiencia?
JM: Fue una labor increíble, la escuela comenzó realmente ahí, tuve la oportunidad de aprender cosas que no te enseñan cuando estás estudiando arte. Por ejemplo, lamentablemente hay que decirlo, las dinámicas del mercado, que si tu quieres vender tu obra, tienes que tener ciertos conocimientos de cómo vender una obra de arte. Todo eso lo aprendí con este escultor, el manejo con el público, lo visitaba mucha gente; coleccionistas, galeristas, otros artistas… yo estuve ahí, aprendiendo, viendo. También de procesos técnicos de escultura, yo era más pintor que escultor, aunque ya había hecho varias instalaciones. Luego empecé un nuevo camino y estoy en el desde el 2014.
«se trata de renunciar al ego de artista que se considera el erudito que tiene la última palabra y la genialidad. Se trata de renunciar a esa idea, que me parece una mentira»
RD: ¿Cómo asistente se tiene la posibilidad también de crear, o solo se trabaja en función de la obra del artista?
JM: Es algo bien chévere, yo trabajo ahorita con un chico que me ayuda y me he dado cuenta, desde mi posición de “jefe”, que hay una dinámica que no entendía tan claramente cuando yo estaba como asistente: no puede el artista pretender, no puede creer, que todo lo hace él y todo el producto de su obra es el resultado de su genialidad y de sus ideas. Siempre hay una sinergia, hay un ir, hay un devenir. Fue inevitable que mi obra, como asistente, no se viera afectada por la obra del artista, igualmente, la obra de él se veía afectada por la mía. Es una malla que permea de aquí para allá, de allá para acá, entonces la obra de él empezó a concebir nuevas cualidades que antes no tenía y eso era evidente para la gente de afuera. Le decían “su obra ha cambiado, esto es diferente, ¿qué ha pasado?”, tuve el presentimiento que era por esto que te comento. Lo mismo pasó conmigo, adquirí ciertas cosas de la obra de él y esto es súper importante, se trata de renunciar al ego de artista que se considera el erudito que tiene la última palabra y la genialidad. Se trata de renunciar a esa idea, que me parece una mentira. El producto de mi obra es el resultado de muchos otros factores y de muchas otras personas que intervienen dentro del proceso de creación.
RD: ¿Cómo podemos clasificar dentro del arte su obra actual?
JM: Mi interés se ha centrado en los últimos tres años en lograr encontrar puntos comunes o generar fusiones entre pintura y escultura. Una vez dejé las instalaciones empecé a trabajar pintura tradicional y al tiempo que trabajaba la parte escultórica, tuve la necesidad de trabajar la escultura hasta llegar un punto, en el que sentí que debía encontrar un punto medio entre las dos. Describo mi trabajo actual, o bien como Escultura Pictórica o como Pintura Escultórica. Son pinturas objetuales, son objetos, pero a su vez manejan principios básicos de la pintura: la mancha, el color, la composición, cuando digo composición, me refiero a la manera en que organizo los objetos.
RD:¿Hay antecedentes de la pintura escultórica?
JM: Sí, hay unos referentes, incluso muy contemporáneos de cosas que se están haciendo. Nació de una necesidad personal, pero no soy el único, eso también es uno de esos clichés que me gusta romper y es la cuestión de la originalidad del artista, que no es más que una fantasía. Yo llegué a esto gracias Carlos Blanco, gracias a mi asistente, gracias a mi amigo Miller, a Rodrigo Echeverri, a mi mamá. Gracias al que un día iba pasando y dejó un tarro de pintura botado. Esto no es un producto genial o un momento de iluminación. ¡No!, la musa no está.
RD: Ahora bien, ¿Cómo fue la experiencia de participar en la pasada Feria Internacional de Arte de Bogotá?
JM:No había estado antes en alguna versión de ARTBO. Estuve antes en una feria de arte de bodegón, que es paralela a ARTBO mucho más pequeña. Colombia está en la mira a nivel artístico, es el país de Latinoamérica que todo el mundo está volteando a ver para saber que está pasando a nivel cultural… Fue una experiencia enriquecedora, por esto mismo fue muy propicia para aprender cómo es la dinámica de una feria grande de arte y me trajo algo interesante: fui seleccionado para participar en la Feria Internacional de Arte de Madrid – ARCO 2015, que se celebrará el 25 febrero.
Jorge es una de los 20 artistas colombianos que participará en la edición 34 de ARCO 2015, una de las ferias de arte contemporáneo más importantes del mundo. La segunda parte de esta entrevista se publicará en la siguiente edición de Rugidos Disidentes.
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Andrés Angulo Linares
andresangulo@rugidosdisidentes.co
@olugnaelgato
Imágenes suministradas por el artista