Por, Aleks Gofuk
(Mosquera, Cundinamarca, Colombia)
El ser humano durante toda su existencia está supeditado a las relaciones, de diferentes tipos y también en distintos ámbitos, entre ellos, el sentimental. Quizá este último al mencionarlo es uno de los más complejos, ya que requiere tolerancia y respeto ante las diferencias de carácter y de estados emocionales, entre otras situaciones, definidas desde la personalidad del ser.
Para muchos es placentero tener una relación sentimental, aunque la elección no sea buena, pero tal vez se torna interesante cuando se sobrepasan “límites” y se llega al momento íntimo, en pareja, donde las sensaciones son variadas, dependiendo de la experiencia y el momento, que debería ser agradable cuando de amor se trata.
Y bueno, en este punto aclaro que esto, no es un relato de amor, es todo lo contrario a ello, incluso cuando llegamos a momentos espirituales, y casi sublimes.
Lo normal es que se tengan relaciones placenteras con seres humanos, pero cuando son aquellos que se encuentran en otro plano, la situación cambia, drástica y peligrosamente.
Podría mencionar que su actuar en ese momento, es similar al de una persona, refiriéndome en este caso, puntualmente a las mujeres, esas hermosas y encantadoras criaturas que nos inspiran pasión y amor; pero, aunque con forma de mujer, comento que durante casi 10 años, me visitó, especialmente al amanecer, un ser bastante desagradable cuando logré verle físicamente.
Si una mujer a uno mismo lo deja encantado, un Súcubus logra dejar a su amante, petrificado, estupefacto, y literalmente paralizado.
Sus visitas iniciaron a través de dos sueños, de esos que llaman “mojados”, donde mientras se duerme, la sensación es de tener una relación sexual con una mujer, en mi caso, uno de esos fue con una vecina, y el otro sueño, con una pareja del pasado. Y es tanta la sensación de placer, que fueron reales sus movimientos encima de mi cuerpo, con diferentes ritmos hasta llegar a la meseta y clímax, para terminar en un completo y generoso orgasmo.
Hasta ahí todo estaría bien, pero la situación se tornó preocupante cuando sentí eyacular, y tal sensación hizo que retornara a mi realidad, la de darme cuenta que era un “sueño”, el cual produjo que la ropa interior fuese el indicador, de que realmente había experimentado un acto sexual, esta vez, con un ser extraño, y del más allá.
En su tercera visita a mi habitación, sin permiso ni autorización alguna, la sentí llegar, pues fue muy fuerte su caída sobre mi pelvis, lo que ocasionó que yo abriera los ojos, y sin lograr mover alguna parte de mi cuerpo, tanto así, que mi capacidad de pensamiento se bloqueó al ver una silueta femenina y delicada encima de mí.
Pude ver cómo se movía, sintiéndose excitada, deseada y llena de lujuria, porque es lo que también se percibe. Muchas veces fueron así sus ataques de deseo. Esperaba a que yo entrara en el sueño profundo y que mi cuerpo estuviera totalmente extendido boca arriba, para dar el zarpazo.
Casi una década, en la que presencié una y otra vez sus momentos depravados de intimidad forzada hacia mí, donde sus caricias y susurros forman parte de la apología al horror, pero no de ver un fantasma, sino de luchar contra un demonio (que existe) que su único objetivo es robarte el alma, a través del placer.
Y esta exigua situación logró salvarme, el no sentir placer, ni en su más intenso movimiento, donde le hice creer que yo era ese ser que no sabía que un insensato Súcubus trabajaba para apoderarse de su espíritu y de su alma.
Por primera y última vez se dio cuenta que yo siempre lo observé, y que yo entendía que eso era real, que aunque su silueta se tornara delicada y femenina, su aspecto era el de un ser condenado, servidor de las tinieblas, porque una noche de tantas, llegó a cumplir con su objetivo, para nuevamente posarse encima y empezar con sus actos, para sentirme y sentirse placentera, pero por esta vez, deteniéndose para cortar mi respiración, pues la vi, por única vez, materializada.
Mientras ella disfrutaba en el acto, su cabello largo caía sobre su rostro, y ensimismada no notaba que podía verle ese tono verde oscuro con tintes grises, hasta que una pausa me permitió verle el rostro, cuando, sin pensarlo y desconcentrada, decidió levantar la mirada.
En seguida, su cabello que tenía una división en la mitad de la cabeza, se abrió por completo, ubicando sus mechones a los lados de su escaso rostro, y mirándome fijamente, aunque suene irónico, su mirada era vacía, porque no tenía ojos, era una calavera, con tono marrón y negro.
Aquella figura era aterradora, mucho más cuando su poder para evitar cualquiera de mis movimientos tenía cualquier control sobre mi ser.
Entonces, al mirarme no supo qué hacer, vaciló y decidió atacarme con sus manos, que eran huesos con uñas de color verde, similar al de su cabello, no sé si era porque gustaba cuidar de la estética y el buen gusto a la hora de combinar su aspecto.
Acercó también su cabeza a mi rostro, y abrió su boca para morderlo, tratando de consumirme en su putrefacción, pero por el reflejo natural que tenemos todos los seres humanos, cerré mis párpados y me encomendé a Dios, el supremo salvador que siempre llegó a mi rescate cuando podía recuperar la capacidad de pensar o invocarlo mentalmente.
Han pasado casi 7 años desde su último intento fallido de regresar, aunque estoy seguro que en cada intento, su regreso está más lleno de fuerza y deseo, a tan gran escala, que logro sentirla, incluso, en este mismo instante en el que intento cerrar este relato.
Posiblemente no vuelva, pero no debo confiarme, ya que después de haber sido rescatado del agnosticismo, un mensajero de Dios me hizo saber que esos ataques fueron ocasionados por un acto de brujería y espiritismo, que alguna mujer de corazón resentido y lleno de odio quiso de alguna u otra manera, poseerme. Por eso, cada día soy más selectivo y sensato con las personas que me involucro sentimentalmente.
si creo que tu historia es real y no solo ocurre por un corazon resentido, sino tambien les ocurre a personas que no tienen pareja sentimental ; como pudiste renunciar a todo esto? y liberarte de algo que deseabas hacer?….
Elizabeth, ¡gracias por tu comentario! Bueno, no fue principalmente una renuncia a todo esto, puesto que nunca lo quise, pero en algún momento como que era resignación o costumbrismo para terminar con esto, ya que tiene relación con la contaminación espiritual. Y liberarme solamente se logró después de mi conversión, con la ayuda de Dios.
muchas gracias por tu respuesta .