(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Andrés Angulo Linares
Conversar con Aida es contagiarse de la emoción que trasmite a partir de sus historias –que no son pocas–, es hablar de un largo trayecto en el que lleva un poco más de 20 años, buscando para el rock nacional nuevas posibilidades para su crecimiento, fortalecimiento y comercialización.
El camino para Aida inició con el diseño modas, etapa que le permitió, como ella misma afirma:
—Explorar ese lado creativo libre; trabajar, conocer y conceptualizar el desarrollo de marca, de imagen… de concepción de colores.
Irreverencia, perseverancia y disciplina han identificado su vida desde muy joven, fueron estas premisas las que le permitieron desprenderse de ese esquema riguroso que se impone a los estudiantes aspirantes a grado.
—Me di el lujo de hacer una tesis sin ninguna norma, hice una revista sobre trajes de fantasía inspirados en las sirenas del mar. Hice un proceso de investigación bien amplio. Todo fue hecho a mano, duré un poco más de un año elaborando todos los vestidos con materiales muy económicos, pero muy trabajados. ¡Imagínate!, tuve la tesis laureada. Fue un proceso creativo muy interesante —explica Aida.
No obstante, el camino poco a poco le mostraría un sendero en el cual podría dedicarse a esa pasión que ha estado presente durante toda su vida: el rock, y más específicamente, el realizado en Colombia.
—Es trabajo, disciplina, pasión; es extremo, es un poco de demencia y de locura; es oscuro y también es luz —afirma Aida refiriéndose a lo que significa el rock para ella.
No hubo un momento preciso para sentir el llamado que la cultura le estaba haciendo; fue un proceso natural que se dio durante su desarrollo profesional y le permitió entender cómo el arte permea el alma de las personas, toca sentimientos y transmite emociones humanas a través de sus distintas expresiones.
La relación constante con los medios de comunicación, así como el trabajo que desarrolló en emisoras, le permitió avanzar en el ámbito cultural hasta dedicarse de lleno a ella hace más de 15 años.
El rock no tardaría en mostrarse como el derrotero que, poco a poco, definiría el sendero definitivo de su trayectoria profesional, uno en el cual podría dar rienda a su talento creativo y fortalecer sus habilidades en mercadeo, relaciones públicas y producción de eventos.
Sin comprenderlo en ese instante, ni visualizar hasta dónde habría de llevarle el rumbo del rock, Aida comenzaría a vivir sus primeras experiencias trabajando en beneficio de un movimiento que ha logrado mantenerse firme como expresión que se resiste a desaparecer.
—Te das cuenta de que estás empezando a hacer un camino, en la medida que empiezas a ver resultados tan bellos como poder haber desarrollado una gira de Rock al Parque (RAP), Rueda por Latinoamérica; de hacer unos conciertos filarmónicos en el Jorge Eliécer Gaitán con Elkin Ramírez (Kraken), poner un toque de arena diferencial cuando se hicieron los 20 años de RAP. —Recuerda con emoción algunas de las experiencias más significativas durante esta etapa.
Para llegar al lugar que hoy ocupa, Aida ha aprendido de los diferentes roles que hacen posible un evento masivo. Entre otras, la producción, el mercadeo y las alianzas estratégicas han sido las fortalezas más sobresalientes durante su trayectoria. Por supuesto, los errores no han estado ajenos a ella, convirtiéndose también en una fuente de aprendizaje valiosa.
Durante estos 20 años, los últimos nueve los ha dedicado exclusivamente al rock nacional; no obstante, el mismo la había seducido mucho tiempo atrás cuando tuvo la oportunidad de trabajar con Arcano, agrupación de la que formaba parte su novio de entonces.
—Mi primer evento con el rock lo hice cuando tenía 19 años. ¡Hijueputa!, hace ya casi 30 años. ¡Dios mío, qué bien! —recuerda con emoción.
Además de las innumerables anécdotas que tiene para contar, el trabajar por el rock nacional le ha permitido identificar las múltiples necesidades que el mismo presenta en nuestro país.
—Una necesidad imperativa: la preparación. El entender que no solamente se trata de tocar bien y llevar años de trayectoria, sino hacer que esto se mueva como industria, y una cosa que adolecemos que es impresionante es el trabajo en equipo —explica.
Su labor en entidades públicas le ha permitido entender los procesos que se llevan a cabo dentro de las mismas para promover el trabajo realizado en beneficio del movimiento rockero nacional.
—Lo más fácil es sentarse a criticar, cuestionar y fregar sobre todo lo que pasa; pero creo que las oportunidades están dadas también en lo público. —Explica y agrega—. Creo que lo que hace falta es trabajo. Hace falta tener esa voluntad de acercarse a las instituciones.
De Día de Rock Colombia a Hodson Entretenimiento
Día de Rock Colombia es una iniciativa de Don Tetto, agrupación que celebra 18 años de trayectoria, en coproducción con Aida. Hizo su debut el 12 de agosto de 2017 y contó con la participación de 31 bandas y con una asistencia de más de 12 mil espectadores.
Las cuatro versiones de Día de Rock Colombia han traído consigo nuevos retos y, por supuesto, grandes satisfacciones para sus productores. En el caso de Aida, cada edición ha significado un aprendizaje definitivo.
—La primera versión, expectativa; la segunda, aprendizaje; la tercera, realidad. Y la cuarta, que fue el Día de Rock Colombia 3.0, Proyección —define.
Un evento de tal magnitud supone grandes dificultades para su realización, reconocimiento y sostenimiento. Una de las más fuertes es la financiación: inversiones de largo aliento, deudas, pago a proveedores, saldos en rojo, entre otras más, son obstáculos que Sonora Entretenimiento y Aida Hodson han debido afrontar para sostener el evento. Aun así, el amor por el rock es más fuerte y Día de Rock Colombia se mantiene vigente pese a las dificultades.
Las satisfacciones que conllevan trabajar por pasión por lo que sea ama, no son posibles de medir desde la retribución económica.
—Ver cómo se reactiva parte de la escena, cómo bandas emergentes llegan a una tarima de rock; cómo las marcas comerciales le empiezan a apostar a un segmento rockero, que antes era inimaginable; ver la unión de los medios; ver una industria moviéndose —agrega.
Hodson Entretenimiento, Emergente–Convergente y otras historias de emprendimiento
«Emprender es no quedarme solo con el talento, sino volverlo industria, emprender es poner al uso y al servicio de los demás un talento con el que yo vivo»
Aida Hodson.
El emprendimiento ha sido pieza clave en la vida de Aida. Aprender a monetizar el talento para poder vivir de una pasión, es un aprendizaje que ha compartido desde Hodson Entretenimiento, proyecto en el cual ha acompañado a más de 50 agrupaciones a la profesionalización de su labor, y a través de la pedagogía hace cinco años gracias a su ejercicio como docente.
Su hijo ha sido la mano de derecha de Aida en Hodson Entretenimiento; ha sido su inspiración y su motivo de orgullo. Al igual que ella, Frank manifiesta una gran pasión por la cultura y el arte.
—He visto cómo ha crecido, cómo ha entendido el tema de los eventos, cómo se ha permeado. Es mi mano derecha, está a cargo de la producción de campo, está con los restaurantes, con los patrocinadores. Para mí es muy importante resaltar y exaltar el gran trabajo y gran aporte que para mí ha sido, como madre, tener a mi hijo de la mano —señala.
En la actualidad la empresa está trabajando con 17 bandas, cada una de ellas representa un proceso diferente que la marca ha acompañado. YIDI, Blas D lezo, Crew 90, Camargo, Gato Loko, entre otras, tienen una historia para contar. En cada una, el sello Hodson ha estado presente.
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Emergente–Convergente, proyecto abanderado por Hodson Entrenimiento que fue lanzado recientemente, es un término que busca posicionarse en la industria como programa formativo y una vitrina en la que las agrupaciones emergentes tendrán la oportunidad de recibir talleres, circular por diferentes bares de la ciudad y obtener visibilidad en medios de comunicación alternativos.
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Resumir dos décadas de trayectoria por el fortalecimiento de la industria cultural y más de tres a una vida entregada al amor por el rock en media de hora entrevista, es un ejercicio en el que, necesariamente, quedan por fuera muchas anécdotas y lecciones; sin embargo, son las acciones las que se afianzan en la memoria, evidencian un proceso y permiten construir un legado.
—El no se puede, no se hizo y me siento a llorar, para mí no existe. —Finaliza.