Un beso de Dick

Yo apenas respiraba cuando Fernando Molano ganó el primer Concurso de Novela de la Cámara de Comercio de Medellín en 1992 -año en el que nací-. Veintiún  años después, en 2013, me crucé con Molano en la biblioteca, lo conocí en forma de libro porque el escritor bogotano murió a los 37 años en 1998 -cuando yo tenía seis-.

Molano se me apareció en la Biblioteca Julio Mario Santo Domingo una tarde mientras buscaba qué carajos leer y encontré la novela póstuma Vista desde una acera, que demoró años en publicarse luego de permanecer imperceptible en los archivos de la Biblioteca Luis Ángel Arango en el Centro de Bogotá.

Me llevé el libro a casa, lo devoré. No solo porque se trataba de una historia que me identificaba, que abordaba el amor homosexual, sino porque en la sencillez de su narración, pude explorar mis intereses a la hora de escribir. El libro permaneció en mi maleta por dos semanas, sentí que  no quería devolverlo pero tendría que hacerlo “ya casi tengo que devolverlo”, me decía.

Era un jueves mientras caminaba para llegar a una cita médica y una tormenta cayó de golpe. Diez cuadras para llegar, ni un solo lugar donde escampar a mitad de la Autopista, ese era el panorama; apenas unos minutos para llegar a tiempo, caminé rápido, con fuerza quizá con ritmo, y cuando llegué al destino me atendieron por pura compasión, estaba empapada, la maleta y lo que llevaba dentro también. El libro, Vista desde una acera de Fernando Molano, era papel y agua.

En efecto la biblioteca no quiso recibirlo aunque las hojas estuvieran secas días después. En un trámite normal, tuve que comprar un libro idéntico, llevarlo a la biblioteca y quedarme con el ejemplar que había dañado, que “usted se tiró” dijo el bibliotecario.

Fue el mejor regalo que me hice, me hicieron o me hizo –no sé exactamente a quién me refiero cuando digo: hizo–, conservo ese libro como una muestra de que la casualidad no existe, de que estamos destinados a quedarnos con las búsquedas que hacemos de nosotros mismos.

Entonces empecé a entenderlo todo, a entenderme cuando descubrí a Molano. Recién acabo de releer Un beso de Dick (que pueden descargar en el anterior enlace) y entonces siento que necesito esa lectura en estos momentos y además que: más que nunca se necesita esa lectura en esta sociedad pacata.

Un beso de Dick es la historia de Felipe y Leonardo, dos adolescentes que se enamoran en el colegio, las canchas, las duchas, las camas, los andenes, las montañas, los pupitres. La historia es intimista con un narrador en primera persona que no habla de ser gay, sino que habla del amor, del primer amor.

Yo creo que el valor de esta novela radica en la narración ingenua que revela el profundo deseo, la transparencia de lo verdadero, la belleza de la juventud. No creo; como muchos dicen, que sea una novela de culto, ni que se trate de una novela gay, porque me cuesta entender que las etiquetas completen los significados y nos impongan un mundo maniqueo.

Un beso de Dick es un regalo en el que uno sonríe con la espontaneidad de Felipe, en el que uno se pregunta por qué los papas actúan así, con esa violencia cuando un abrazo soluciona lo más complejo. Uno se pasea por el colegio, donde quiso y donde odio, creo que también se entiende, después de muchos años, por qué uno tomó las decisiones que tomó y para qué.

Un beso de Dick –título inspirado por un episodio de Oliver Twist de Dickens. Año 92. Que un marica ganara algo debió ser un golpe al establecimiento, sobre todo al establecimiento de la literatura, que nos dice qué leer y cómo –que recién premia la cantidad de lecturas de manera brusca y mercantil-. Por eso que un marica gane, que lo vean por la calle y lo feliciten porque hizo algo con su vida que ya todo el mundo ha sexualizado en sus mentes de santos, debió ser el momento, el momento para llevar el libro debajo del brazo, para hablar de él en los cambios de clase y frente a los profesores que nos pidieron que leyéramos libros, pero que ruegan que nadie sea un marica en clase, ni una loca, ni marimacho; pero yo apenas tenía meses de haber nacido y me tocó años después vivir ese momento, por eso traigo a este espacio –#AlBordeDeLaCalle– esta lectura que merece tiempo y ese orgullo de llevarla bajo el brazo, aunque las cosas hayan cambiado y uno lleve a Molano por las calles, en forma de PDF en el celular.

 

Por, Yulieth Mora

Directora de Todas Mis Declaraciones

https://todasmisdeclaraciones.wordpress.com/

@LaMaquinaCol
 

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Publicado originalmente en Todas mis declaraciones

 
Imagen tomada de Internet: Lectulandia

Minambiente se equivoca en darle visto bueno al fracking

Activistas solicitan que se aplique el principio de precaución de la cumbre de Río y una reevaluación ante el daño que significa el fracking para el país.

Luego de conocerse que el Ministerio de Ambiente dio luz verde al fracturamiento hidráulico y promover los yacimientos no convencionales, a pesar del conocimiento de la  afectación que este procedimiento tiene en el  ambiente y en la salud humana, resulta  decepcionante.

Claramente se desconocen las recomendaciones de académicos y expertos pero además no se cuenta con estudios de línea de base. Todo indica que la política energética del gobierno Santos se está alineando con la del mandato del presidente Trump. Mientras países como Alemania, Francia y el estado de New York prohíben el fracking, Colombia lo avala.

Según Camilo Prieto, vocero oficial de la ONG Movimiento Ambientalista Colombiano, a pesar de todos los pronunciamientos de la academia y las ONGs ambientales con respecto al daño que causaría la aprobación del fracking en Colombia, el Ministerio de Ambiente aprobó los yacimientos no convencionales en el país.

El MADS emitió hoy el anuncio en el que comunica que ya le dio el visto bueno a este tipo de explotación de hidrocarburos para un desarrollo sostenible, no  obstante, hace cinco meses en la más reciente reunión con ambientalistas y ante los medios de comunicación, el mismo Gobierno declaró que Colombia no está preparada para el fracking y que ni siquiera se tenían estudios de base para establecer los patrones de seguridad de esta técnica frente a la hidrogeología del país, lo que denota una clara contradicción.

“Esta decisión de aceptar el fracking, de seguirle apostando a los yacimientos no convencionales y a las energías extremas dilata por completo de manera irresponsable la transición hacia energías renovables, nos hace menos competitivos en el mercado de producción energética puesto a que la tendencia mundial es hacia otro tipo de tecnologías que sí son amigables con el medio ambiente”, expone el ambientalista Prieto.

El Movimiento Ambientalista Colombiano menciona que la política energética de Colombia, contrario a los esfuerzos de países como China y la Unión Europea, parece alinearse con la perspectiva que tiene el presidente Trump frente al cambio climático: “Promover los yacimientos no convencionales a pesar del conocimiento de la afectación  para el medio ambiente y el rechazo de las organizaciones ambientales resulta no solamente ser una decepción sino también una burla a los Acuerdos de París”.

Colombia sería el primer país del mundo en efectuar extracción de yacimientos no convencionales en áreas de cordillera e incluso en cercanías a los páramos como lo han denunciado en varias ocasiones los ecologistas. Ante el anuncio de Minambiente, los activistas ambientales solicitan que se aplique el principio de precaución de la cumbre de Río y piden una detención prudente debido a la incertidumbre ambiental y en materia de salud pública que significa el fracking para el país.

Por su parte, se conoció que el Gobierno Nacional mediante la sentencia C- 035/16 ordenó una protección real y efectiva de los páramos de Colombia, además anunció la delimitación de los páramos, sin embargo la aceptación del fracking en el país y dar vía libre a la explotación en territorio cercano a páramos, estaría en oposición a la sentencia.

Visite la página oficial del Movimiento Ambientalista Colombiano –MAC

Por, Fay Buitrago

Movimiento Ambientalista Colombiano –MAC
Oficina de prensa Mabel Castillo comunicación y estrategia

 

 
Imagen tomada de Internet: Colombia Plural

Camino al olvido

Es un camino oscuro,

bajo un cielo desolado,

una angosta senda de ripio

y astillas de sueños rotos.

Es un camino que atraviesa

los frondosos bosques de la angustia y la

desesperación; 

que bordea el lago de las tristezas

y escala las montañas de las dudas. 

Es un camino gélido…

el camino donde me voy

olvidando de vos.

 

Por, Carlos Falótico

Chivilcoy (Buenos Aires, Argentina)

 

Reseña del Autor

Carlos Falótico, nacido en la ciudad de chivilcoy Buenos Aires Argentina el 27 de octubre de 1987.

Obras publicadas: «El observador» antología creación joven literario. Editorial Chivilcoy.

Revisó: Erika Molina Gallego (Editora Narraciones Transeúntes)

“La profundidad siempre es más importante que la extensión, la belleza de la escritura está en poder transmitir miles de emociones en muy pocas palabras”.

 

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Los esclavos del Status Quo

Hoy que podríamos poner a la banca y las grandes corporaciones de rodillas, elegimos arrodillarnos ante ellos; agachar la cabeza y lo único que se nos ocurre es seguir programando marchas y protestas indignadas en redes sociales. Hoy que tenemos acceso a una inagotable fuente de libros y documentales de sociedades que nos dan ejemplo de emancipación moderna, seguimos leyendo y escuchando a los mismos que fracasaron décadas atrás.

Sí, probablemente soy un antiacadémico; reconozco que me aburre la estrechez esquemática de quien siempre busca ser aprobado, refrendado, certificado por alguien. En un mundo de software libre, de tantas oportunidades, me aburre tener que escribir bajo el yugo de las normas APA, me aburre estudiar para que me den un título, me harta de sobremanera no expresar lo que me venga en gana sin que me exijan citar una frase que también se me ocurrió a mí.

Todos quieren ser reconocidos, aceptados, aprobados; “oye ven, apruébame, certifícame, dile a mi patrón que ya estoy preparado, que me estoy preparando”. La academia no sólo es aburrida y obsoleta sino anacrónica. En un mundo donde si quieres un micrófono para expresarte al mundo, ahí lo tienes; si quieres escribir, ahí lo tienes; quieres cantar, ahí lo tienes, quieres inventar, crear…. El cielo es el límite. Pero no, vayamos a que nos certifiquen, a que nos den permiso para pensar, para expresarnos. Alimentemos la mafia del sistema “educativo”; Es increíble por ejemplo, que quienes quieran aprender cualquier idioma aún crean genuinamente que necesitan de una institución (quieren ser certificados); que aún crean que para aprender LO QUE SEA necesitan matricularse en algún sitio. La sobreoferta de estos sitios deberían ser un indicador claro pero pues…

Me aburren también esas discusiones informales donde empiezan a citar filósofos, psicólogos, científicos para justificar sus propias creencias. Porque pues, si Sócrates lo dijo, entonces es verdad… Qué autoestima tan famélica, todavía necesitando la aprobación de un profesor, de un cura, de un pastor, de un filósofo para pensar. El sistema escolar ha hecho su tarea: Crear criaturitas llenas de miedo y culpa, condicionadas para consumir, consumir y consumir; consumir ideas y patrones de izquierda y de derecha. La única diferencia en esta programación es… No, de hecho no hay; los unos han sido programados para combatir, agredir y acabar con los otros, sus  hermanos.

La mayor virtud de los intelectualoides de salón es su capacidad para memorizar fechas, nombres de libros, frases “profundas”, películas del cine independiente, como todo nerdo del salón. Se comprometen con todo lo que vaya “en contra del sistema” ignorando que son parte exponencial del Status Quo; hablar mal del país, de los políticos es considerado como señal de refinamiento y sofisticación. Enarbolan libros y frases de cajón como banderas de sus postulados pero nunca producen nada por sí mismos, no se arriesgan a equivocarse y a ser disidentes dentro de sus pequeñas y engreídas comunidades de “filósofos rebeldes”. Qué aburrido encontrarse con estos pequeños burgueses-anti-burgueses. También quieren, buscan desesperadamente encajar dentro de sus pequeñas y aburridas colonias de apóstatas de la libertad.

El mundo, todo cambió; vivimos en la era de las más grandes oportunidades de expansión mental, espiritual, tecnológica, económica que se ha conocido jamás en la historia de la humanidad. Pero, elegimos vivir aún bajo el yugo colonizador de nuestros aprobadores. Hoy más que nunca, que tenemos acceso a la hiperbólica carretera de la información privilegiada, donde el límite se diluye entre lo legal y lo ilegal, nos comprometemos con lo más seguro, con lo mismos lugares comunes del pasado. Hoy que podríamos poner a la banca y las grandes corporaciones de rodillas, elegimos arrodillarnos ante ellos; agachar la cabeza y lo único que se nos ocurre es seguir programando marchas y protestas indignadas en redes sociales. Hoy que tenemos acceso a una inagotable fuente de libros y documentales de sociedades que nos dan ejemplo de emancipación moderna, seguimos leyendo y escuchando a los mismos que fracasaron décadas atrás. Hoy que podemos coordinar acciones de cambios verdaderos, elegimos la acción irrelevante y superficial. Es imperdonable porque la élite ya no puede ocultar esa información, pero como los perros de Pavlov, sólo reaccionamos cuando Ellos chasquean sus delicados dedos y reaccionamos como ellos esperan que lo hagamos.

Por eso y por mucho más me aburre la academia y el mal llamado “sistema educativo”, que no es otra cosa que el máximo reconocimiento a los principales defensores del Status Quo, el botón a mostrar: La Clase Intelectual. Miden la inteligencia con diplomas y diplomas, expedidos por las entidades que después los alimentan; porque si de pensar se tratara, no sería ningún reto intelectual particularmente difícil, darse cuenta de que los amos de la industria de la “educación”, son los mismos dueños de los medios masivos de “comunicación”, y los mismos dueños de la Banca en donde inexorablemente van a ir a vender su alma después. Pero están ocupados estudiando y aprendiendo a duplicar el sistema como para pensar por sí mismos.

Amén.

By, Zê Valdo*

 

Seudónimo: Zê Valdo

Licenciado en Lenguas Modernas, Psicólogo (No graduado, por supuesto)

 

 

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Imagen libre de derechos, tomada de https://pixabay.com

Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos

La cuarta edición del Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos se llevará a cabo del 11 al 18 de agosto en las ciudades de Bogotá, Cartagena, Medellín, Barranquilla y los municipios de Puerto Colombia y Soacha.  Descargue la programación aquí

Este Festival visibiliza las producciones audiovisuales en la defensa y promoción de los Derechos Humanos, la construcción de paz y la reconciliación de los colombianos.

70 películas de 25 países hacen parte de la selección oficial, además de la agenda académica y cultural que nos demostrará “por qué #ElCineNosUne”.  Cabe destacar la convocatoria realizada a nuevos realizadores, que cuenta con el apoyo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde se invitan a productores, activistas y organizaciones a evidenciar el proceso de la migración en sus territorios. Para más información puede consultar los términos y condiciones aquí

Este Festival es organizado por Impulsos Films, cuenta con el apoyo de la Unidad para la Atención y Reparación Integral para las Víctimas, el programa de Estado de Derecho para Latinoamérica de la Fundación Konrad Adenauer, la Universidad Central, la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el periódico El Espectador, es su medio aliado.

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Festival de Cortos Psicoactivos 2017

 

 

Moira

Podría encontrarme tan desolado como Travis Bickle… y podría recurrir a hundirme en el resentimiento de no saber a dónde ir…

Podría sentirme tan desaforadamente exhausto después de una rutinaria lucha con el ayer… y es que el recuerdo se convirtió en algo tan triste, y la incapacidad que tengo para olvidar me produce tanto asco de mi ser.

Pero no, justo ahora la oscuridad y demencia que se observa en el horizonte deja ver algo bello; un recuerdo que sana y purifica almas, ese alguien que no se va de mi mente no porque no pueda irse, sino, porque yo no quiero que se vaya. Éste ser que permanecía con una divinidad característica de lo inexplicable y parecía no tocarla el tiempo.

Un nombre que gritaba destino a su paso, con la hermosura de Elena de Troya, la inteligencia de Atenea y la versatilidad en las palabras de los sofistas; recuerdo su viva imagen como un niño recuerda a su héroe más querido y me reprimo de querer olvidar como sus palabras solían transportarme desde una realidad vacía al ensueño que brindan las letras. La lírica de su voz y las guerras en sus ojos dejaban un sentimiento amargo algunos días, pero sabía que podía contar con ella si me encontraba solo y perdido en Comala y que encontraría seguridad en sus expresiones.

A veces en estos tiempos de profundas soledades, me veo como Teodoro y la recuerdo a ella como el maestro que intentó alejarlo del sufrir que genera entregarse a amar. Pero, ¿qué sentido tiene rememorar al ayer distante con muestras de gratitud si ella no está aquí? tal vez este hilando destinos de otras personas como yo, y tal vez haya borrado de su mente mi nombre, pero no, yo nunca podría olvidarla, porque aunque he estado en la más profunda miseria, ella me brindó el mejor refugio que alguien podría darme…

…ella guio mi camino a las letras.

Muchas madrugadas melancólicas quisieran tener la intromisión de ella, para alegrar un poco los corazones rotos, para hacer que las almas no vaguen fuera de cualquier futuro probable o dirigidas a una perdición excesiva y desamparada donde no te reconoces y crees que el mundo te escupe en el rostro, y te crees basura, y te sientes como Dante, perdido en el infierno del no saber qué hacer; su presencia sería el Virgilio, guía en el camino del sufrimiento para encontrar una salida. ¡Oh Capitán! ¡Mi capitán! Si lee estas letras y sonríe, mi objetivo se habrá cumplido, y si el nombre del joven M. Ludwig resuena en su cabeza con algún sentimiento de cariño, y si las noches que hacen que las personas olviden no han hecho efecto en su ser, y si aún conserva esa mirada desafiante y esa tierna voz… ¡Gracias mi querida Moira!

Por, Brando Cifuentes

 

 

Reseña del Autor

Mi nombre es Brandon Cifuentes, un aspirante a escritor de 15 años, nacido en Bogotá y amante de la historia, al que le encanta escribir historias tristes y le cuesta hablar de amor… que se identifica fácilmente con una canción melancólica y le cuesta superar las cosas, oh sí… yo creo en el ayer.

 

¡Anímate a participar de nuestra Convocatoria Narraciones Transeúntes!

Revisó: Erika Molina Gallego ( Editora Narraciones Transeúntes)

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Festival de Cortos Psicoactivos 2017

Del 17 al 19 de agosto en la Cinemateca Distrital se llevará a cabo el Festival de Cortos Psicoactivos 2017, que este año llevará a las pantallas el debate de las guerras de las drogas.

Festival de Cortos PsicoactivosEl Festival de Cortos Psicoactivos es el único espacio audiovisual de Colombia que le da voz a las víctimas, a los consumidores, a las familias y los expertos para abordar un debate que es pertinente y del que, aún, nos falta mucho por aprender.

Su objetivo es de promover e incentivar la creación y difusión –desde un enfoque pedagógico, científico y artístico-, de trabajos audiovisuales sobre nuevas formas de abordar el fenómeno de las drogas legales e ilegales en una sociedad que pide cambios.

En esta versión que se realizará en Bogotá los días 17, 18 y 19 de agosto de 2017 en la Cinemateca Distrital; contaremos con el apoyo de la Corporación Audiovisual El Espejo y el Colectivo Audiovisual Cinelibertad como jurados para la selección de los ganadores, los reconocimientos especiales y las menciones honoríficas.

Con la etiqueta #PreparaTuCinta los participantes, medios de comunicación y seguidores podrán mantenerse al tanto en las redes sociales de Échele cabeza y Acción Técnica Social sobre las convocatorias, selección oficial y desarrollo del evento en tiempo real. La convocatoria y recepción de material audiovisual estará abierta hasta el próximo 6 de agosto de 2017

¿Cómo participar?

  1. Ingrese a la página echelecabeza.com
  2. Lea las bases y condiciones del concurso.
  3. Descargue la lista de documentación a presentar.
  4. Si usted desea presentar su trabajo como independiente (persona natural) descargue el formulario único para persona natural, si es una persona jurídica o sea que tiene cámara de comercio; descargue el formulario único de inscripción para persona jurídica. Si por el contrario usted y su colectivo desean participar como una agrupación descargue el formulario único para agrupación o colectivo.
  5. Verifique la categoría en la que desea participar y selecciónela: acción, video clip, animación, documental.
  6. Si en su trabajo audiovisual usted cuenta la participación de algún menor de edad, por favor diligenciar el formulario de autorización para menores de edad.
  7. Por último, revise con frecuencia nuestra página para que esté al tanto de todas las noticias sobre el festival, cambios o ajuste de la agenda oficial del evento.

¿Quiénes pueden participar?

Esta convocatoria está abierta para todos nuestros seguidores, personas naturales o personas jurídicas sin ánimo de lucro, agrupaciones o colectivos, estudiantes, realizadores, productores, aficionados y público en general que desee participar.

Recibiremos trabajos audiovisuales de diferentes ciudades y países alrededor del mundo

Paneles de discusión:

El Festival contará con tres paneles de discusión; uno para cada día orientado a las diferentes temáticas del evento.

Actividades complementarias:

  • Exposición artística.
  • Ceremonia de cierre (Premiación a los artistas ganadores, invitado sorpresa).

Convocatoria:

Se recibirán exploraciones basadas en cualquier formato técnico disponible, dentro de las categorías de ficción, documental, animación y videoclip.

Para la evaluación de los cortometrajes se tendrán en cuenta criterios de calidad (pertinencia del contenido), originalidad (particularidad o singularidad del contenido) y destreza (habilidad con el uso de técnicas de aproximación al contenido), presentes en el desarrollo narrativo de la obra y que den cuenta de maneras innovadoras de abordar la relación de las drogas en las siguientes temáticas:

Cultura (Ejemplo: Experiencias psicoactivas, educación y pedagogía, manifestaciones del arte y estéticas psiconáuticas, usos y saberes ancestrales y prácticas industriales).

Salud (Ejemplo: Usos y abusos de sustancias psicoactivas legales o ilegales, estrategias medicinales, farmacología, salud mental, estrategias de reducción de riesgo y daño, prevención y tratamientos alternativos en el consumo de sustancias psicoactivas -SPA-, usos medicinales de plantas sagradas).

Política (Ejemplo: Activismo, legalización y regulación, estigmatización, legislación, persecución, represión social, políticas de drogas, fin de la guerra contra las drogas).

Para la versión del Festival de Cortos Psicoactivos 2017 contaremos con una temática especial llamada COCA y/o COCAÍNA, como parte de la estrategia para visibilizar el proyecto #CocaReguladaPazGarantizada liderado por nuestra organización Acción Técnica Social. Esta temática será premiada con un estímulo adicional por un millón de pesos.

De acuerdo con lo anterior, queremos involucrar trabajos audiovisuales en cualquier tipo de formato en donde se aborde tema de la COCA y/o COCAÍNA (Ejemplo: Usos medicinales, terapéuticos, industriales, nutricionales, ancestrales, usos de cocaína, usos recreativos, abuso, dependencia, medio ambiente, violencia y narcotráfico).

Se incita especialmente la creación de cortometrajes inéditos a razón de esta convocatoria, aunque también es admisible toda pieza audiovisual original de fecha de producción anterior, que no haya concursado en la 1ra. Muestra de cortos psicoactivos 2014, ni en el Festival de Cortos Psicoactivos 2015.

Categorías

Mejor cortometraje ficción

Mejor cortometraje documental

Mejor cortometraje animación

Mejor cortometraje videoclip

Premios

  1. Un millón de pesos para el ganador en cada una de las categorías.
  2. Cuatro becas cuatro becas de cursos libres a los cuatro cortometrajes ganadores de las menciones honorificas en las categorías respectivas junto con su galardón. Adicional a esto recibirá un kit psicoactivo compuesto por libro, folletos, camisetas, afiches y pegatinas de Échele Cabeza. Las becas para los cursos libres serán anunciadas durante el proceso de convocatoria del Festival.
  3. cuatro galardones a los cuatro cortometrajes ganadores de los reconocimientos especiales en las categorías respectivas. Adicional a esto recibirá un kit psicoactivo compuesto por libro, folletos, camisetas, afiches y pegatinas de Échele Cabeza.

Fechas importantes

Cierre de convocatoria

6 de agosto de 2017

Anuncio selección oficial

8 al 12 de agosto de 2017

Agenda del festival

15 de agosto de 2017

Mayor información

Échele Cabeza

Redes sociales

Twitter: @echelecabeza

Facebook: Échele cabeza cuando se dé en la cabeza

La culpa es de los pobres

Los fines de semana caminamos los centros comerciales con la seguridad que ofrece una tarjeta de crédito. Lo debemos todo, qué importa, vivimos «bien». En Creeps, en Beers, en Wok o en Andrés Carnes de Res nadie se siente pobre.

Según cifras del DANE de 2015 había en el país un 27.8% de personas en situación de pobreza, un 8.1% en pobreza extrema; es decir, un 35.9% de la población que subsistía para entonces con un ingreso inferior a 894.522 pesos era considerada pobre, quedando por fuera de esta circunstancia, según la medición oficial, los hogares cuyo ingreso superara esta cifra, aunque en la práctica sus ingresos no fueron suficientes para suplir las necesidades básicas en su totalidad ni con la calidad debida. Así mismo, un estudio realizado por la firma especializada en mediciones de consumo, RADDAR CKG, señala que el 79.2% de la población colombiana se encuentra ubicada entre los estratos 1, 2 y 3 ( un poco más de la tercera parte del país).

Frías estadísticas que reflejan una verdad incontrovertible: Los pobres somos más. El silencio que desde hace mucho tiempo nos ha acompañado, como también las nefastas decisiones que hemos tomado como sociedad, cuando por fin vencemos a la tentación de la pereza y salimos a votar, son los dos factores que nos tienen a los pobres –la inmensa mayoría del país– más pobres. El primero nos hace indiferentes ante la realidad que otros colombianos viven a diario en campos y ciudades, incluso hace que desviemos la mirada de nuestro propio entorno y callemos esa voz interna por diversas razones. Bien reza la sabiduría popular cuando afirma que el silencio otorga y en el caso colombiano, no sólo permite que nuestros derechos nos sean vulnerados, también nos hace pensar que no tenemos opción, que igual todo permanecerá estático y los ricos y poderosos cada vez lo serán más, mientras que los pobres no tenemos más alternativa que la de resignarnos a nuestra desgracia.

El segundo nos pasa factura después de cada elección, cual si fuéramos la novia masoquista que es golpeada todos los días por su pareja, seguimos dándoles una última –eterna– oportunidad a los rufianes que rigen el destino de la nación a su acomodo, mientras que nosotros, los pobres, recibimos los azotes de nuestro voto. La culpa es de nosotros, los pobres. A diario, en las mañanas, rumbo a nuestra labor, en muchos casos remunerada miserablemente, descargamos la furia interna que nos acompaña, con esos otros pobres que, como nosotros, salen a ganarse el pan para sus familias o a buscarse un mejor futuro en un aula universitaria. Los empujamos con tal de ganarles una deseada silla roja en un bus, los insultamos, los maltratamos. Somos la mayoría y aun así somos incapaces de solidarizarnos con ese otro que se parece tanto a nosotros y que vive y sufre circunstancias muy similares a las nuestras.

En las noches distraemos la desgracia de salir todos los días a producir montañas de dinero para otro, al frente de una pantalla plana de 48 pulgadas que pagamos, «sin sentirla», con el recibo de la luz y que nos da un sorbo de alivio al dibujarnos un imaginario en el que ya no somos pobres, sino pertenecientes a una clase media, que no sabemos bien dónde comienza ni de qué forma es clasificada. Los fines de semana caminamos los centros comerciales con la seguridad que ofrece una tarjeta de crédito. Lo debemos todo, qué importa, vivimos «bien». En Creeps, en Beers, en Wok o en Andrés Carnes de Res nadie se siente pobre.

Nosotros, los pobres, somos culpables. Somos honestos, es cierto. También competentes, creativos y luchadores, aun así, permitimos que una gran empresa nos pague limosnas, nos irrespete los tiempos de descanso y nos compre con prebendas ridículas. Somos culpables, también, porque si tenemos un negocio propio, somos desleales al momento de competir con nuestro vecino, regalamos nuestro trabajo con tal de ganar una venta, qué más da, si mañana estamos en quiebra por esa decisión.

… representan una reducida minoría que encontró una forma económica y política de controlarnos: El miedo a morir de hambre, el miedo a seguir hundidos en la pobreza. Somos culpables por vivir arrodillados y resignados a la obediencia.

Somos la inmensa mayoría, es cierto. Sin embargo aprendimos a callar y decidimos dejar nuestro destino en manos de ellos, los de siempre: los Lleras, los Santos, los Santo Domingo, los Ardila Lulle, los López y otros cuantos poderosos, que igual representan una reducida minoría que encontró una forma económica y política de controlarnos: El miedo a morir de hambre, el miedo a seguir hundidos en la pobreza. Somos culpables por vivir arrodillados y resignados a la obediencia. Somos la inmensa mayoría, acostumbrados desde chicos a que la lucha es la base de la esperanza, pero cuando debemos reaccionar masivamente no lo hacemos, preferimos el confort que ofrece un Smart tv que el desespero de una sociedad que sabe y que desea un cambio, pero que es incapaz de movilizarse por un sueño colectivo. Somos culpables cuando permitimos que a causa de nuestra ignorancia, aquellos que se hacen llamar doctores –sin serlo– nos deslumbren con espejos y promesas de ciudades futuristas, cuando estamos anclados en el subdesarrollo, cuando permitimos que ellos –los elegidos– diseñen, desde un escritorio, nuestro destino o saqueen el erario, para que ellos puedan seguir siendo, de esta manera, cada vez más ricos.

Cuando no hacemos una fila, cuando aprovechamos «la papaya» o cuando sacamos beneficio de un subsidio al que no tenemos derecho, somos iguales a esa minoría que por años ha sido ama y señora del país y, si se quiere también, de nuestras vidas. Cuando permitimos que nuestra fe sea usada para servir a otros fines diferentes a los espirituales, cuando le damos licencia a un pastor para que nos diga por quién votar, cuando además, con nuestro dinero, hacemos de ese «mensajero de Dios» otro rico, cuya fortuna construye con dedicación culto tras culto.

Para qué quejarnos, si nosotros mismos, los pobres, hemos sido los tejedores de nuestra derrota en un sistema que devora al más débil. Aún no despertamos y quizás nunca lo hagamos. Lástima, porque Colombia sería un mejor país, si fuera gobernado por nosotros, los pobres, si asumiéramos con seriedad esa mayoría a la que pertenecemos y nos comprometiéramos, de verdad, por un mejor país.  

Por, Andrés Angulo Linares

@OlugnaElGato

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Columna de Opinión publicada originalmente en http://www.eldiabloviejo.com/content/posts/id/757
Imagen tomada de Internet: UNIMINUTO Radio