“Caudillo”: Un homenaje a Gaitán desde las tablas

«No es hijo el que nace de tus entrañas, hijo es el que se lleva la mitad de tu alma al partir.» – Fragmento «Caudillo»

 

67 años sin Jorge Eliecer Gaitán y su partida quedó plasmada en la historia de nuestro país, junto con él, se esfumó también la esperanza de encontrar un mejor rumbo para Colombia. Hoy, 9 de abril de 2015, la Cumbre Mundial de Arte y Cultura por la Paz preparó un gran evento sin precedentes y, que ha captado gran parte de la atención mediatica. No obstante, no es el único escenario en el que se rendirá culto a esta fecha conmemorativa, en la calle 45 N° 27 – 19 2° piso, la magia del teatro se percibe desde afuera. Allí, Teatro Goyenechus, una expresión teatral disidente, realiza los últimos ensayos de Caudillo, una obra escrita, dirigida y protagonizada por Mauricio Goyeneche, un hombre delgado, sencillo y con gran sentido del humor. Él conversó con Rugidos Disidentes, y además de invitar a su obra, dedicada a la memoria de Jorge Eliecer Gaitán, nos contó más en detalle la intimidad de la misma.

La obra que tiene una duración de 1 hora, se presentará el próximo 17 de abril a las 8:00 p.m., las boletas tienen un costo de $ 15.000 y se podrá realizar las reservas en los teléfonos 304 79 38 o 311 267 22 45, o comprar las boletas en Teatro Goyenechus(Click para más información de Teatro Goyenechus)

 

Rugidos Disidentes – RD: Háblenos de Caudillo

Mauricio Goyeneche – MG: Caudillo es una obra que retoma el pensamiento de Jorge Eléicer Gaitán, lo contextualiza en nuestra epoca y le da una nueva vida. Es un Gaitán en la época que estamos viviendo, en la que ha cambiado el discurso que él manejaba en ese entonces… Eso es Caudillo, la búsqueda del actor que quiere rescatar el discurso gaitanista, ponerlo en contexto y seguir luchando por unas ideas totalmente sociales y libertarias, entendida la libertad como democracia y no como demagogia y desorden, que es un poco lo que defendió todo el tiempo Gaitán, que para hacer procesos sociales se debe educar al pueblo para que entienda de que se está hablando y que desde la educación se pueda llegar a concesos y guiar los nuevos rumbos de esta sociedad.

 

RD: ¿Cuánto tiempo ha invertido en Caudillo?

MG: Investigando diez, sobre lo que él significó para Colombia, su existencia, los procesos sociales, lo que significa la derecha, la izquierda y el centro dentro de los contextos politicos. Fue una investigación que tuvo mucho que ver con valores, ética y sociedad, todo llevado a una síntesis convertida a un homenaje a la existencia de Gaitán.

RD: ¿Qué tanto tiene Mauricio de Gaitán?

MG: Lo que más tengo de Gaitán es el educador, me la he jugado toda la vida por ser docente, de hecho, creo que una razón por la que no soy famoso, es que he dedicado demasiado tiempo a la escena, a las tablas y a enseñar; a formar actores, formar gente con contenido, no me gusta formar actores que quieran irse a la televisión a ser estrellas, me gustar formar hombres y mujeres que quieran ser actores de teatro para toda la vida, que quieran ser actores de televisión de cine, pero que entiendan la profesión como un oficio noble que requiere de educación, de formación y que además está muy relacionado con la parte social. Un pueblo sin teatro es un pueblo ciego. Un pueblo sin teatro es un pueblo que no se piensa. Un pueblo sin teatro es un pueblo que no comparte lo que está pensando y que le deja toda la responsabilidad a la letra escrita e infortunadamente la gente hoy en día no lee… La pelea de los educadores es tratar de que la gente se acerque de nuevo a la lectura y si es por medio del lenguaje visual y del teatro, mejor.

 

RD: ¿Cómo comenzó Caudillo?

MG: Caudillo nació hace 13 años ya, cuando la escribí inicialmente me asocié con Edgardo Roman, él interpretaba al Caudillo, estuve con él 8 años, pero el tema que nos dividió fue que pese a que yo escribía, dirigía y actuaba, la prensa le daba el crédito a él, quedaba como si él hubiese hecho todo y yo quedaba en segundo lugar. Pasó mucho tiempo hasta que me cansé y le dije un día me voy a hacer mi propio camino.

 

RD: -Después de la separación que usted menciona con Edgardo Román ¿Cuánto tardó en interpretar el personaje de Jorge Eliécer Gaitán?

MG: Yo empecé a representar al Caudillo hace tres años, no lo había querido retomar… como estaba tan “pollo” no tenía la fuerza actoral para interpretar al personaje y yo lo reconocía. Después de darme cuenta que tenía casi 40 años de edad, buena experiencia, que ya había hecho mucho teatro, muchos cortometrajes… yo ya estaba en la capacidad de hacerlo.

 

RD: ¿Qué tanto les puede afectar que Caudillo se presente el mismo día en que se lleva a cabo la Cumbre Mundial de Arte y Cultura por la Paz?

MG: Eso siempre afecta, además que la Alcaldía está trabajando sobre una línea que yo no comparto que es la gratuidad, creo que lo que mata la Industria Cultural en Colombia es la gratuidad de los espectáculos, se esconde detrás de un proteccionismo social asqueroso. Si el Estado otorga un millón de pesos para que un grupo se presente, entonces ya se está pagando al grupo y la gente va gratis, eso es un crimen contra la formación de publicos… después nadie querra ir a ver una obra en la que le toque pagar, va a estar esperando que se subsidien esas obras para que sean vistas gratis, también los grupos que se acostumbran a recibir el milloncito de pesos por la función no querran hacer Industria Cultural, entonces, ¿Cuál será el futuro de la Industria Cultural si sigue ese proteccionismo?… ¿Cuál será el futuro de la fomacion de publicos, que es una responsabilidad social muy grande?

 

 
Andrés Angulo Linares
andresangulo@rugidosdisidentes.co
@olugnaelgato

Construyendo paz desde el acto creativo

 
Cumbre Arte y Cultura para la Paz
 
 
 

«Los artistas tienen el derecho y el deber de movilizar los espíritus, los cuerpos y las mentes alrededor de distintos significados y sentidos sociales, y creo que la paz hoy es uno de los más importantes. Y si bien se han gastado miles de millones de pesos en armamento y logística para alimentar esta guerra, yo creo que gastar 1800 millones de pesos para que los artistas vivan, sientan y contagien a la gente de ese anhelo de paz, no es nada»– Santiago Trujillo.

A pocos días de la Cumbre de Arte y Cultura para la Paz, Rugidos Disidentes habló con Santiago Trujillo, director de IDARTES, sobre los objetivos de la cumbre, sus percepciones personales frente a la cultura como herramienta constructora de paz y posconflicto, eventos destacados entre el 6 y 12 abril, el costo de la Cumbre vs. el costo de la guerra y polémicas alrededor del evento cultural que quiere no sólo incidir en las negociaciones de la Habana, sino «contagiar a miles de colombianos que no se han dejado tocar por el anhelo de paz».

La Cumbre de Arte y Cultura para la Paz contará con 150 eventos, 109 invitados internacionales, 354 invitados nacionales, 10.000 asistentes acreditados y muchos más que podrán asistir gratuitamente a otras de las actividades abiertas al público.

 

 

Descargar programación completa de la Cumbre Mundial Arte Cultura y Paz 

 

Ana Puentes
anapuentes@rugidosdisidentes.co

A la orden, ¿qué libro busca?

Libreros en Bogotá

En la Calle 16, entre 7ª y 9ª, el comercio de libros tiene todos los impresos, historias, locales, conflictos y formas posibles. Fabio García es uno de los rostros de este universo de tres cuadras.

Fabio García, desplazado por la violencia y librero del centro de Bogotá, Foto de Ana María Puentes

 

Fabio García es librero del Centro Cultural del Libro hace 25 años, desplazado por la violencia en Puerto Berrío (Antioquia) en 1981, padre de tres hijos y un trabajador comprometido, como buen paisa. Pero, sobre todo, es un lector de clásicos empedernido y un defensor de la buena literatura.

“Llegué a Bogotá con un blue jean y una camiseta. Tan pronto como pude busqué un sitio donde jugaran ajedrez –en la 7 con 22–,  el 90% de mis amistades han sido ajedrecistas y yo jugué ajedrez en mi juventud. Entonces, lo encontréy ahí me ponía jugar para ganarme 5 o 10 pesos y dormía en la 13 con 22, en unas pocilgas”, cuenta Fabio, en una entrevista el lunes pasado en su librería Libros: El Búho.

Ese mismo año, se encontró con Ramón Castaño, un amigo de Antioquia; juntos empezaron a trabajar en una fábrica de tapetes, montaron empresa y en menos de tres años ya tenían cincuenta empleados. Sin embargo, la prosperidad terminó en los casinos. “De un momento a otro empezamos a retroceder. Mi amigo cayó en el juego, entonces, partí con él y seguí trabajando solo”.

Se reencontraron poco después y pudo más la amistad, (don) Fabio le prestó plata para una caseta en la  calle 19, nunca le pagó. Castaño fue desalojado, la caseta terminó en San Victorino en la 14 y luego, el Distrito la trasladó al nuevo Centro Cultural del Libro a finales de 1989. Por esos días, a Fabio García le mataron el papá en la finca y enfermó; tuvo que vender la fábrica, tomar sus propios libros y trasladarse a su nuevo local. Entre sus libros y otros que compró a editoriales empezó Libros: El Búho. “Tuve un principio fabuloso”, sonríe.

Sus clientes más frecuentes son profesores y estudiantes de las universidades. Cada vez que alguien se acerca al local, contesta con un “A la orden, ¿qué libro busca?”, oye el título y responde con un sí o un no. Cuando se le pregunta cómo logra recordar un libro entre los cientos que tiene apilados en estantes, cajas y sillas, respondeapuntado a su cabeza: “Una de las ventajas que yo tengo es que desde muy pequeño jugué ajedrez, entonces no dejo nada en el aire, todo lo tengo acá”.

Andrés Estupiñán, ingeniero industrial, es cliente hace 6 años. En esta ocasión llegó con una lista de más de 20 libros para que don Fabio los vaya trayendo poco a poco. Compra en El Búho por varias razones, por una parte, don Fabio tiene buenas ediciones, le consigue libros en papel biblia, opaco y de fina textura, y pasta dura y ambos comparten un gran gusto por Faulkner; por otra parte, compra libros usados porque le encanta pensar que ese libro ha pasado por varias manos y lleva la huella de sus dueños en forma de separadores, anotaciones y papeles personales.

Sin embargo, hoy, el negocio no es tan próspero, don Fabio apenas gana un mínimo. Asegura que, en los últimos 5 años, las ventas han bajado alrededor de 80%. Dice, por una parte, que la piratería a las afueras del edificio los perjudica y, además, las editoriales dejaron de venderles creyendo que venden copias piratas.

Como si fuera poco, las fotocopiadoras también les han arrebatado los clientes, los profesores universitarios escogen lo necesario y lo fotocopian para las clases. Y sentencia la causa final: “nuestra cultura no es de leer, los colombianos aún consideramos que el libro es una mercancía y el libro no es una mercancía. Si nosotros somos algo en la vida, lo somos es porque leemos, no podemos ser grandes desconociendo los clásicos. Pero eso es lo que hacen las universidades y los colegios”.

Se estremece de pensar que “los pilos” ahora leen “crónicas vampíricas” y “50 sombras”, y se niega a venderlos, reconociendo que podría ganar mucho con ellos.

 

El Centro Cultural del Libro, un lugar histórico

El local de don Fabio es sólo uno de los 209 que componen el Centro Cultural del Libro, un edificio con 67 años de historia. Allí mismo, en 1948, la familia Temel (judíos austríacos que huían del régimen Nazi), abrió la segunda sede de su popular Restaurante Temel cuyos clientes incluían altos funcionarios del gobierno, políticos, empresarios y periodistas). El negocio cerró en 1962, cuando la familia Temel volvió a su lugar de origen, y estuvo abandonado hasta que el Distrito compró el edificio para reubicar a los libreros informales de la calle 19 e inauguró el Centro Cultural en noviembre de 1989.

Diana Reyna administra el edificio desde sus inicios y habla con alegría sobre esos tiempos de prosperidad, pero se preocupa por el presente y el futuro del lugar. Según ella, las últimas tres alcaldías han hecho poco por el Centro Cultural, no han trabajado por la seguridad del sector ni han tomado medidas contra la piratería y con la peatonalización de lacarrera Séptima que, incrementando los niveles de ventas ambulantes e inseguridad, ha reducido sus ventas considerablemente. “Los que están aún, lo hacen de valientes”, afirma.

Marta Escobar, librera de otro local del Centro Cultural, agrega su punto de vista. “El gran cáncer de este lugar es la envidia”, dice. Cuenta que no ha sido posible formar un grupo unido entre los libreros del edificio, por tanto, la competencia es el pan de cada día.

Ella, por su parte, trata de sacar un libro bajo el brazo del cliente, busca por todas partes o lo manda a otro local para atarlo al Centro. Así lo confirma Efidio, fotógrafo y cliente: “Yo no vengo acá por lo barato, ni hago distinción entre libro pirata y original, yo sólo estoy aquí porque sé que no lo encontraría en ningún otro sitio”, dice. Mientras tanto, Marta Escobar insiste en que afuera, los vendedores de libros piratas sí son un grupo consolidado y les están ganando la batalla.

 

El mundo de afuera

Olga Lucía Giraldo llega a las 8:30 a su esquina de siempre, la calle 16 con 8ª, pone en la mesa copias piratas de los libros del momento y cuelga de una malla los códigos penales. Entre ejemplares de William Ospina, Paulo Coelho, 50 sombras de Grey y Bajo la misma estrella, habla de sus finanzas. Gana en promedio entre $600.000 y $700.000 mensuales, a cada libro “le saca” $1.000 o $2.000 pesos (teniendo en consideración que ninguno de sus productos se vende por más de $20.000 pesos). Vive de este negocio hace un año y mantiene dos hijos. Sin embargo, es consciente de los riesgos: jueves y viernes son los días que más pasa la policía recogiendo la mercancía con el camión e, incluso, se lleva a los vendedores a la UPJ.

Juan Carlos Ortiz, otro librero pirata sobre la carrera Séptima (junto al Museo del Oro), lleva 17 años en un negocio de familia. Vende 50 sombras de Grey a $25.000, cuando en la Librería Nacional está a $51.000 y El olvido que seremos a $8.000, que original cuesta $46.000, y así mismo con otros títulos. Reconoce que viola los derechos de autor, pero insiste en que pocos se pueden dar el lujo de comprar originales: “Hay mucho lector que no tiene para comprar tan caro. Entonces, viene acá”. También afirma que la peatonalización de la Séptima afectó el negocio y debe lograr el producido con estudiantes, profesores y oficinistas del centro de Bogotá.

 

Norma cumple la norma: Original y nuevo

Rosa Rubio y Yaneth Gómez son coordinadoras de venta de Editorial Norma y abogan por entregar a sus clientes, estudiantes de colegios, el material adecuado para su formación. Ambas trabajan una modalidad común por estos días, venden directamente en las instituciones textos escolares y literatura. Ofrecen descuentos de hasta el 20% y han explorado un nuevo formato, el libro digital. Cuando el estudiante compra el libro, adquiere también un PIN o contraseña que le da acceso a recursos multimedia en la red y, con esto, tanto el niño como la editorial ganan.

“Nosotros aseguramos la venta, evitamos la piratería y el re-uso, y se garantiza que por lo menos el 80% de estudiantes compren el libro”, dice Gómez, en las oficinas de Carvajal S.A sobre el Portal el Dorado, y agrega,“el libro virtual ha permitido que los chicos que son nativos digitales se entusiasmen por usar estos nuevos formatos. Captamos nuevos lectores y les aseguramos una buena educación”.

Del fenómeno de la piratería reconoce que detrás de cada vendedor hay una familia y una forma de sustento pero indica que detrás de un libro original hay muchas familias, la del escritor que invirtió esfuerzo en su redacción y la de los trabajadores de las editoriales que hacen posible la publicación de la obra, una cadena que se desconoce cuando alguien compra un libro pirata.

El panorama no es alentador ni para los libreros ni para los editoriales que enfrentan los desafíos de la tecnología con sus libros electrónicos y de la piratería con las falsificaciones baratas, en un trono de inseguridad callejera que ahuyenta a los compradores. Pero todos coinciden en que los libros sobrevivirán a esta crisis. “Los libros no se van a acabar nunca” es la advertencia contundente de Fabio García, pero admite que las formas de comercialización pueden cambiar: “Veremos que será de nosotros los libreros”.

 
Ana Puentes
anapuentes@rugidosdisidentes.co

 

 

Séptima Edición

La cultura: motor generador de opinión pública

El motor transformador de la cultura es tan amplio como diverso, en ella logran converger distintas formas de entender el mundo. Posiciones antagónicas, pueden hallarse coincidentes, por ejemplo, en un encuentro musical, en una exhibición de arte o en una obra de teatro. Los argumentos políticos que separan a dos personas, puede ser fronteras invisibles al momento de disfrutar una pieza musical, cualquiera que esta sea, pues el poder transformador de la cultura permite descubrir e interpretar el mundo más allá de los paradigmas que supone a un individuo el estar adscrito a alguna ideología.

Desde una expresión artística el ser humano puede salvar su propia existencia, en ella puede encontrar una catarsis emocional que le permita abstraerse del mundo y entenderlo de modo tal, que su interpretación no suponga una anulación de su ser. Por medio de las artes, puede lograr también un desciframiento de su propia identidad, darse un lugar en la sociedad y hallar los vestigios de una memoria histórica en la que pueda descubrir los misterios de su origen. Es entonces la cultura, la reivindicación de muchos factores que le permiten a un grupo humano ser reconocido y entendido como un conjunto conformado por individuos sujetos de derecho, independientemente de su origen.

Gracias a sus huellas culturales,una sociedad logra dibujar uno a uno los trazos de su historia y permanecer intacta, aunque con el tiempo, no necesariamente vigente. Es entonces, la cultura: identidad, memoria y transformación. También, método de estudio que permite la comprensión del pasado de una sociedad y ante todo, permite identificar las causas que determinaron su presente y han de definir su futuro.

Debemos pensar en la cultura, no como un eje secundario en el que se permiten ciertos espacios para el esparcimiento a través de múltiples expresiones, sino como un factor transversal e inherente a cualquier actividad humana, desde el cual se proponen nuevos escenarios de discusión pública en los que la confrontación de ideas es fundamental para la construcción de una democracia, entendida no como el resultado de un ejercicio matemático para legitimar una mayoría, sino el reconocimiento del pensamiento disidente como un aporte valioso sobre el cual edificar una nueva sociedad.

Entre los retos propuestos este año para  Rugidos Disidentes, precisamente y sin descuidar nuestro objeto social principal que es la reivindicacióncultural, está el de ofrecer un escenario de debate que permita, a través del contraste de opiniones, la construcción de esa tan anhelada opinión pública, basada en el respeto por las diferencias y en el peso de los argumentos.

 
Rugidos Disidentes
tuopinion@rugidosdisidentes.co
Facebook: Proyecto Rugidos Disidentes
@RDisidentes

 

Imagen tomada de Internet: http://www.taringa.net/posts/imagenes/16499524/Atenas-Grecia-Fotos-Propias.html

La política en escena: melodrama y actuación en la Opinión Pública mediatizada

«Los protagonistas: los pobres, los antagonistas, pueden ser las Farc, las Bacrim, la delincuencia común.  El drama: el asesinato de cuatro niños en un pueblo pobre, de los tantos que hay en Colombia. La escena es perfecta para la coartada» – Armando Ramírez

Como una “invitada especial”,  la comunicación política ha entrado con sus luces de encantamiento mediatizado a transformar el panorama de la Opinión pública. Su  ámbito en tiempos de  Modernidad era el de la deliberación y la participación discursiva.  Hoy su legitimidad, ya no se encuentra en la persistencia discursiva,  por mucho que Habermas se esfuerce en ofrecer modelos de acción comunicativa. Su lugar,  naturalizado en tiempos de transmedia es el melodrama, que sirve como coartada perfecta para que el hombre público político gestione su aparición (Thompson, 1998) en roles actanciales que lo visibilizan a él, como héroe,  mártir, o mesías, mientras a su oponente como un canalla.

¿Recuerdan ustedes al recién electo presidente Santos uno en casa de Nariño, el cinco de agosto de 2010 declarando al entonces  saliente Uribe, como “El segundo gran libertador de Colombia”? ¿Y recuerdan también a ese segundo prócer mediatizado, meses después gritándole “canalla” a su sucesor declarante, cuando ya se sentía traicionado, porque este lo había llamado “rufián de esquina”? http://www.caracol.com.co/noticias/actualidad/juan-manuel-santos-asegura-que-el-presidente-alvaro-uribe-es-el-segundo-libertador/20100805/nota/1337216.aspx

En la opinión pública clásica que se recitaba en los manuales de ciencia política, el disenso tenía pretensión de solidez y durabilidad. Ahora asistimos a una legitimidad política basada en el carácter, fugaz,  impactante y moldeable de acuerdo con las circunstancias. Porque más que generar consensos sobre referentes en la diversidad de opiniones, se trata mejor de construir un cierto grado de acuerdo, sobre un hecho puntual.

Sin embargo, el fenómeno no es nuevo, ni propio de la mediásfera televisiva. Vamos a la prensa francesa de finales del siglo XIX y encontramos el caso Dreyfus, que produjo un alinderamiento entre trúhanes y canallas,  (dreyfusianos y antidreifusianos), hasta los casos más pintorescos de la política colombiana que dan hasta para lanzar al ciberespacio un twitter como el  de la senadora Paloma valencia en el que “Propongo un referendo o una consulta para que el departamento del Cauca se divida en dos. Un departamento indígena y otro para los mestizos”.

A pesar de ello, hay una gran diferencia. La polémica en la Francia de 1989, permitió a escritores como Émile Zola avivar la discusión sobre la crisis política. Esta estuvo alimentada por intelectuales, que en el disenso promovían la opinión entorno a la libertad de expresión,  la decencia política, el estado de justicia. El twitter de hoy replica de modo acrítico las barbaridades atrabiliarias de un estado colonial, feudal. La Francia de Dreyfus polemizaba hacia adelante, la Colombia de Paloma Valencia propone un regreso a la feudalización de la sociedad. No es lo mismo ser escritor metido a político, que ganadero uribista, metido a filósofo.

Balandier, en “El poder en escenas” (1994, p. 163) señala a propósito de la mediatización de lo político: “Lo político responde a una escenología […] Siempre ha sido así, sólo que las técnicas de comunicación actuales desatan una progresión continua de la intensidad dramática, una capacidad creciente para calcular y dominar los efectos, y de desviarlos así en función de los intereses en juego”.

En efecto, para el escritor Zola, la discusión del caso de espionaje del que se acusaba al capitán Alfred Dreyfus debía someterse a la fuerza de la razón. Para la senadora Valencia, la dramatización del hecho debe aparecer como actuación en una escena en la que los colonos terratenientes sean las víctimas del despojo de unos indígenas.

Largas discusiones, abundante tinta y mucha prensa alimentaron el debate Dreyfus. Hoy basta con 140 caracteres. La fuerza está en la intensidad del rol que el poder quiera posicionar. Así paloma Valencia, los Chaux, los Mosquera, los Iragorri, pasan al panteón de los mártires por haber sido desplazados por esa “Invasión violenta que fue la de los indígenas”.

Encontramos, que en la Opinión pública mediatizada, el debate se troca por una escena en la que  se pueden hacer combinaciones de afinidades electivas entre los distintos modos de tramar la narración. Ella se utilizará para conseguir un efecto determinado. Al igual que en la obra La metahistoria escrita por Hayden White (1992, p. 38), podemos decir que “esas afinidades electivas se basan en las homologías estructurales que pueden discernirse entre los posibles modos de tramar”; y, decimos nosotros también, entre los roles actanciales y la finalidad de clima de opinión pública.

De este modo, los roles actanciales minan la capacidad crítica de los tiempos de la Opinión pública en la ciencia política. Ahora la Comunicación política la convierte en un entramado en el que se equivocan la división de poderes, se perfilan roles, se impacta con frasecitas de spot publicitario, como cuando el presidente Santos ordenó capturar a los asesinos de cuatro niños en el Caquetá, olvidando que el presidente, por muy presidente es el jefe del ejecutivo y que sus funciones no son judiciales, pues quien ordena capturas es un juez, quien investiga es un fiscal, quien ordena el caos en este caso es el poder judicial. Pero el entramado es perfecto, para crear una escena en la que el político aparezca como el héroe, el redentor de las víctimas http://www.noticiascaracol.com/colombia/asesinos-de-4-ninos-en-caqueta-deben-ser-capturados-antes-del-domingo-santos Los protagonistas: los pobres, los antagonistas, pueden ser las Farc, las Bacrim, la delincuencia común.  El drama: el asesinato de cuatro niños en un pueblo pobre, de los tantos que hay en Colombia. La escena es perfecta para la coartada. En efecto, por orden del presidente en ese fin de semana se capturaron a los supuestos responsables. Los capítulos del novelón presidencial incluyeron insólitos testimonios de los inculpados y de las víctimas.

Igual sucedió con la entrega de 1.580 tabletas para escolares en el colegio Integrado Juan Atalaya, de Cúcuta. El presidente Santos entrega frente a las cámaras de la televisión los dispositivos electrónicos, pero cuando la televisión se va, los estudiantes deben devolver los equipos, no así el presidente quien queda en la memoria como el mesías lleno de generosidad.

http://noticiasunolaredindependiente.com/2015/03/08/noticias/llegaron-a-cucuta-las-tabletas-del-ministerio/ El mismo melodrama de Opinión en el escenificado rifirrafe entre el gobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossain y el presidente Santos, al inaugurar tardíamente un puente en Arjona al norte del departamento. “Hace cincuenta años Rojas Pinilla no necesitaba tener un director de un Fondo de adaptación para tomar decisiones, que generaran desarrollo para la región. Usted tampoco lo necesita” A lo que Santos protagonista, responde al gobernador antagonista “Decía que hace cincuenta años Rojas Pinilla daba una orden y esta se cumplía… pero es que hay una gran diferencia: Él era dictador, yo soy demócrata”. http://www.noticiascaracol.com/colombia/polemica-en-publico-entre-presidente-y-gobernador-de-bolivar

Así la política se convierte como dice Félix Ortega, (2011. P. 51) en la dramaturgia de las declaraciones, que hace el quite a las explicaciones, al accountability. Prima en ella el acontecimiento espectacular, trátese éste de un crimen, unos computadores para educar o un puente para transitar, el show mediático privilegia al actor frente a la memoria histórica.

 

Referencias

 

Balandier, G. (1994). El poder en escenas. De la representación del poder al poder de la representación. Barcelona, España: Paidós Ibérica.
Ortega, F. (2011). La política mediatizada. Madrid, España. Alianza editorial.
Thompson, J. (1998). Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación. Barcelona, España: Paidós Ibérica.

 

 
Armando Ramírez
Docente universitario
Comunicador social
Magister en Comunicación

Revocatoria: un insulto para todos

Qué tardecita la del pasado 17 de marzo, al medio día el Consejo de Estado anulaba el recurso de la Procuraduría que pretendía eliminar las medidas cautelares de la CIDH a Gustavo Petro y que éste volviera a ser destituido.

Todo parecía indicar, como se pensaba desde el año pasado, que Petro se mantendría en el cargo hasta el 31 de diciembre del presente año, fecha en la que acaba su gobierno. Pero en la tarde noche de ese mismo día, la Corte Constitucional falló la ponencia hecha por la magistrada Gloria Ortiz y revivió la revocatoria contra el Alcalde de Bogotá.

Estas contradicciones solo suceden en Colombia. De inmediato las reacciones no se hicieron esperar, la mayoría de ellas en contra de la revocatoria. Pero no, no por estar a favor de Petro, sino porque hacer una consulta popular para echar a un alcalde al cual le falta menos de un año para que se termine su gobierno es totalmente absurdo.

Sin embargo la Corte Constitucional piensa igual al abogado defensor de su antiguo Presidente, el señor Abelardo de la Espriella, quien contestó de la siguiente manera respondiendo a las grabaciones en las que se ve involucrado su cliente, el expresidente la Corte Constitucional, Jorge Pretelt, “La ética no tiene nada que ver con el derecho”.

¿A qué persona, con una moral aceptable, se le ocurre hacer este derroche de dinero? ¿Cuántas obras no se podrían construir con los recursos de dicha revocatoria? Y en el caso de que se hiciera, ¿Cuántas personas asistirían a esta revocatoria?

Para analizar la barbaridad que va a ocurrir en Bogotá hay que verla desde  distintas perspectivas:

Primero, si Petro es un gobernante que se ha caracterizado por tener buenas ideas, pero han sido mal aplicadas o lo que llamarían otros, improvisadas; tendría mucho menos tiempo para encargarse de los retos que le quedan en su recta final como alcalde pues estaría en el balcón del Palacio Lievano defendiéndose.

Segundo, al excombatiente del M-19 le queda menos de un año para terminar su mandato y si a esto le sumamos que, según el Registrador General, Carlo Ariel Sánchez, la revocatoria sería en junio, le quedaría poco más de seis meses en el puesto.

Tercero, los bogotanos están cansados de esta novela y realmente la mayoría sólo esperan a que acabe el periodo del Alcalde.

Cuarto, el dinero de la revocatoria sería mejor utilizado si se emplea en el mejoramiento de la malla vial de la capital, ésa que tanto ha sido criticada.

Quinto, en el caso de que echaran a Petro, el alcalde encargado tendría seis meses en el puesto, muy poco tiempo para hacer bien las cosas.  

Sexto, Gustavo Petro volvió a la Alcaldía en mayo del año pasado y hasta ahora la Corte Constitucional revivió la revocatoria, un perfecto croquis de lo que pasa en Colombia, todo proceso donde se vea involucrado un ente gubernamental dura mucho tiempo.

En conclusión, esta revocatoria es totalmente innecesaria e inaceptable. Como lo dijo el señor Miguel Gómez, promotor de la revocatoria, “me parece una burla que la Corte reviva la revocatoria de Petro”. 

 

Juan Esteban Cisneros
Estudiante de Comunicación Social
Fundación Universitaria UNINPAHU