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‘At Folsom Prison’ y el éxito rotundo de Johnny Cash
‘At Folsom Prison’ y la conexión de Johnny Cash con las personas privadas de la libertad iban más allá de un afán comercial
Por: Sebastián González Z.
El sábado 13 de enero de 1968, Johnny Cash realizó dos presentaciones frente a más de 2.000 reos en la Prisión Estatal de Folsom, en California; conciertos grabados y posteriormente lanzados por Columbia Records en un mismo álbum el 6 de mayo del mismo año. Esta fue la primera placa discográfica grabada en vivo por el talentoso músico de Arkansas.

En dicha presentación, el reconocido “Hombre de Negro” empezó con su habitual saludo: «Hello, I’m Johnny Cash» y posteriormente ejecutó un sinnúmero de hits con su agrupación The Tennessee Three. En esta producción se incluyeron 15 canciones de la primera presentación y dos del segundo concierto, en el que también contó con la colaboración de artistas como June Carter (su esposa) y Carl Perkins.
Entre los datos de interés que no son menores, se destaca que Cash incluyó en su setlist la canción ‘Greystone Chapel’, escrita por un prisionero de la cárcel llamado Glen Sherley, la cual quedó registrada en el álbum. Este tema tiene un significado especial: la noche anterior a los conciertos, el sacerdote de la prisión, se acercó a Johnny y le mostró la composición interpretada por Sherley, lo que llevó a que fuera incluida en la presentación.
Sobre ‘Greystone Chapel’, podemos relatar lo que se vivió en el momento en que Johnny anunció el tema, justo cuando el concierto se aproximaba a su fin. “El Hombre de Negro” se preparó para presentar la última canción, compartiendo las siguientes palabras:
«Muchas gracias. La próxima canción ha sido escrita por un hombre aquí, en la prisión de Folsom. Anoche canté esta canción por primera vez. Bueno, esta canción fue escrita por un amigo, Glen Sherley. Umm… Espero que hagamos justicia a tu canción, Glen. Lo haremos lo mejor posible».
Sherley expresa la sensación de esperanza y redención que siente al acudir a la iglesia de la prisión, un espacio que le ofrece consuelo y fe en medio de su dura realidad carcelaria. La canción también refleja el dolor y la lucha interna de los reclusos, pero al mismo tiempo destaca la importancia de la fe y la oración como formas de encontrar paz en un lugar marcado por la violencia y la desesperación, basándose en pasajes de la Biblia, como Hebreos 13:3, donde se expresa:
«Acordaos de los prisioneros como si estuvieseis en el mismo cuerpo».
Esto se refleja en su letra, corta como una navaja recién afilada, donde habla sobre la capilla de granito de la Prisión Estatal de Folsom, en la que, según Glen, Dios «ha salvado el alma de muchos hombres perdidos».
Esta no fue la primera vez que Cash tocó en una prisión. Ya se había presentado en 1957 en la Prisión Estatal de Huntsville, Texas, y al año siguiente en la Prisión de San Quentin, California, en la víspera de Año Nuevo.

El interés de Cash por tocar frente a los presos siempre fue más allá de lo comercial, según lo dicho por su hermano, Tommy Cash, quien en una entrevista expresó:
«Johnny se identificó siempre con los desvalidos. Con los prisioneros, porque muchos han cumplido su condena y se rehabilitaron, pero en otros casos, se quedaron allí por el resto de sus vidas. Por esto les tenía empatía».

Han pasado 57 años desde entonces. Esta producción catapultó a Cash al éxito, llevándolo al número uno en el ranking country y sentando bases para otros géneros, como el rock y el reggae, entre otros.
“El Hombre de Negro” se inmortalizó dejando frases, líricas y versos que aún se escuchan hasta el día de hoy.
Sebastián González Zuluaga es un cuyabro de pura cepa, rockero de corazón y futbolero de pasión. Estudiante de último semestre de derecho en la UGCA de Armenia y director de Tendencia Rocker, combina su amor por la música con una visión crítica del mundo. Siempre entre el ruido de las guitarras y el debate, busca dejar su huella en la cultura y el derecho.

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‘Néctar’ (Car3sucio ft. Gecko RBM): Un brindis al alma del HipHop
‘Néctar’ es un homenaje nostálgico al HipHop de barrio, donde Car3sucio y Gecko RBM conectan Cali, Medellín y Boston con crudeza y pasión
El HipHop siempre ha sido más que música. Es una declaración, un manifiesto, una forma de vida que emerge desde las esquinas más recónditas de los barrios para convertirse en un eco universal. En ‘Néctar’, Car3sucio y Gecko RBM nos entregan un homenaje que no solo rinde tributo a la nostalgia del género, sino que revitaliza su esencia con una mirada cruda y profundamente humana.
Desde su gestación en el “sótano mágico” de Gecko en Massachusetts, este tema encapsula la simbiosis perfecta entre las vivencias del barrio y el espíritu migrante de quienes llevan consigo las raíces de Cali y Medellín. En un contexto donde el HipHop puede parecer atrapado entre la superficialidad y el mercado, ‘Néctar’ nos recuerda que el género sigue siendo un refugio para quienes buscan algo más: la autenticidad.

La narrativa detrás de la canción evoca no solo las raíces del rap colombiano, sino también el impacto de la diáspora cultural. En palabras del Car3sucio, este sencillo es una «mirada nostálgica y cruda» hacia los primeros encuentros con el HipHop, aquellos días en los que los cuadernos escolares se llenaban de grafitis y los beats improvisados se convertían en bandas sonoras de vidas aún por definirse. Gecko, desde su perspectiva, añade una capa colectiva a este homenaje, recordando cómo el género los unió no solo en lo musical, sino también en lo humano.
El título, ‘Néctar’, parece un guiño poético a lo esencial. En la mitología griega, el néctar era la bebida de los dioses, un símbolo de lo eterno y sublime. En el contexto de esta canción, se transforma en la esencia del HipHop, esa chispa que, desde las esquinas de Cali hasta los sótanos de Boston, ha mantenido vivo el fuego del género a pesar de las adversidades.
Musicalmente, la producción se aleja de las fórmulas comerciales. El beat, trabajado con la Roland SP de Car3sucio, es crudo y directo, una base ideal para la lírica introspectiva de Gecko RBM. Juntos, logran un balance entre la sofisticación instrumental y la visceralidad narrativa, demostrando que el HipHop no necesita adornos cuando se trata de contar verdades.

Pero ‘Néctar’ no solo se queda en el plano musical. Es un puente entre generaciones y geografías. Habla de una Medellín que aún respira las vibraciones de su historia hiphopera, de una Cali donde las narrativas urbanas se enraízan en los barrios, y de un Boston que se convierte en el punto de encuentro de dos artistas que no conocen fronteras creativas.
La canción, con su beat intenso y su lírica impregnada de historia, podría ser el soundtrack de una crónica urbana escrita por Eduardo Galeano: fragmentos de historias pequeñas que, juntas, crean un mosaico de humanidad. Es un recordatorio de que el HipHop sigue siendo un arte vivencial, una forma de expresión para quienes encuentran en el género un refugio y una bandera.
Con ‘Néctar’, Car3sucio y Gecko RBM no solo reivindican el pasado del HipHop, sino que también abren un camino hacia su futuro, llevando consigo la nostalgia, la crudeza y la pasión que hacen del género un arte eterno.