Al asistir a este Thrash La Union 7.0 se podía sentir como un concierto de los pletóricos y fantásticos años de 80’s frente a esas bandas incipientes, mejor dicho, frente al Heavy Metal Underground puro.
Thrash La Unión 7.0
Por allá al finalizar los años sesenta apareció bajo el auspicio de Andy Warhol y su proyecto de la factoría, la banda Veltvet Underground asociando por primera vez el término subterráneo al mundo musical del rock, determinando cierta postura de los músicos a realizar una propuesta alejada de los convencionalismos de la música pop y del mainstream rockero, claramente tal situación no duró mucho, maxime porque en sus filas encontrábamos a un joven Lou Reed que no tardaría en convertirse en una súper estrella principalmente en la década de los setenta, y quien se destacó como uno de los grandes compositores del siglo XX asociado a otras grandes figuras como David Bowie, Iggy Pop y ya casi al final de sus días con los propios Metallica, quienes a su vez y sin duda hoy por hoy son todo, menos una banda under, y pésele a quien le pese tampoco es una banda de Thrash.
Pero así son las conexiones históricas en el rock, donde todo lo improbable pasa y como en la teoría de Nietzsche el tiempo gira en un eterno retorno. Por eso, cuando apenas surgía el movimiento Thrash Metal y todo el Metal Extremo en sí, a finales de los setenta y principios de los ochenta, se hablaba del movimiento underground, ya que por esa época cuando la explosión del punk ingles se contenía y en Norteamérica los sonidos mas relajados del A.O.R o la peluquería Hair Metal y Glam lideraban la escena, no solo del rock sino la mayoría del mercado musical mundial, quienes no pertenecían a las disqueras reconocidas se publicitaban por medio de la autogestión, la publicación de fanzines, grabaciones en casetes, pintando sus propios afiches y sobretodo tocando en locales donde 4 o 5 bandas con amigos entre sí, alborotaban al público con música estridente, rebelde, veloz, muy veloz, y con líricas que denunciaban la llegada de un mundo en guerra total, post nuclear y bizarro –contexto de ultima década de la guerra fría– claro está, mientras se vendía buena cerveza y como no, todo ese material manufacturado.
De hay surgen precisamente unos Metallica, Megadeth y Slayer desde los Ángeles, Exodus, Testament y Dead Angel de la bahía de San Francisco en California, y finalmente Overkilly y Antrax de la costa este (principalmente Nueva York) bandas que en su mayoría además utilizaron como forma de difusión la participación en recopilatorios o como le llamamos en estas tierras, los compilados, entre los cuales se destacan especialmente las producciones de Metal Blade Recordsdenominadas Metal Massacre y el trabajo de patrocino de Megaforce Records, responsables de producir los primeros trabajos de los Four Horsemen por ejemplo y muchas más que no alcanzaron las ventas millonarias de dichas bandas, siendo a la vez un claro ejemplo de lo que se podía entender como underground por aquella época, básicamente disqueras independientes, reunión de artistas jóvenes, intercambio de material mano a mano y colaboración mutua.
¿Y toda esta historia por qué? Bien, porque al asistir a este Thrash La Union 7.0 se podía sentir como un concierto de los pletóricos y fantásticos años de 80’s frente a esas bandas incipientes, mejor dicho, frente al Heavy Metal Underground en estado puro. Empezando desde el cartel, el lugar, el público y la organización destilaban un ambiente de cercanía y entusiasmo que caracteriza al que hoy por hoy se le puede llamar movimiento subterráneo del metal en Colombia, aclarando que no tiene que ver con la falta de comercialización del producto, sino más a la manera en que se gestan y se movilizan estos eventos. No hay que confundirse, esto no es un concierto multitudinario, esto es un toque entre amigos, fanáticos acérrimos y jóvenes iniciados o entusiastas.
Básicamente el cartel se conformó por bandas que exploran diferentes formas de hacer Thrash. Sí, diferentes porque éste no es un sonido uniforme y ‘clichesudo’, por el contario, es posible, pese a ciertas reglas, la experimentación con diferentes conceptos desde la sonoridad hasta las líricas, algunos mas rápidos otros más políticos y como en el caso de los visitantes norteamericanos, mucho más apegados al heavy técnico tradicional, ese típico sonido que emparentaba las influencias del NWOBHM con la rabia del naciente género en EE.UU que apenas se daba en llamar Speed.
El Thrash La Union 7.0 ocurrió el pasado 29 de agosto, cerca de las 8 pm en un local llamado Subterráneo Coffe Club, realmente un sótano en la esquina nororiental de la Plazoleta del Rosario, en pleno centro de la capital, un espacio más que propicio por su nombre y ubicación a tono con el evento, a pesar de algunas columnas que obstaculizaban la visión.
Adentro se podía encontrar cerveza, venta de merchandising, con casetes, CD, afiches, camisetas y como no, parches, muchos parches, muy propios de la estética Thrash.
Entrando en materia, por Colombia se presentaron en primer lugar –y con poca audiencia como también es normal y lastimosamente aun en nuestra escena local– los bogotanos Regnvm x7, quienes no defraudaron con su propuesta Sci Fi, muy eficientes y contundentes, quienes además ya llevan buen tiempo en el circuito local.
Regnvm X7
Posteriormente, con algo más de público hizo su aparición War Thrashed, banda que viene rotando desde el 2007 con una propuesta más cruda. Cuentan con el EP Metal Attak y el full Into the Nightmare of Violence de 2013 del que podemos ver el video Combatir
Siguieron como banda power trio, los agresivos Thrashgresion, recuperando lo más duro del Thrash de vieja escuela, lanzaron el EP 10 años de metal y agresión el pasado 2014, con criticas políticas y una alineación nueva que da cuenta de cambios constantes en la misma.
Terminando el cartel nacional se presentó MassdestructioN, bogotanos que se definen como Thrash Power, desde el 2009, compartiendo sangre joven como las demás bandas, cuentan con el demo tape Destrucción Masiva y el video de este año Mass Destruction.
El plato fuerte de la noche iniciaba con los chilenos Dekapited formados en el 2006 y que derrocharon potencia, velocidad y hasta un coreado “chichichile” de un público ya en pleno y entusiasmado, que siguió con euforia y con el clásico ‘pogo’ los demás temas del demo Contra la Iglesia y Estado y el Full Nacidos del odio. La banda tocó con tal afinidad, que parecía estaban en su propia casa y así fueron recibidos, fue común verlos interactuar entre el público y se ‘soyaron’ varios temas del repertorio de bandas nacionales. Una actuación más que destacada.
El cierre completo estuvo a cargo de las leyendas norteamericanas, los dinosaurios del Thrash ToxiK originarios de Westchester a mediados de los 80’s, quienes se reformaron apenas en el 2013 tras un largo lapso de quietud desde los noventa y tras sus dos joyas: el World Circus de 1987 y Think This del 89. Realmente una banda clásica y de culto con un sonido filoso y speed, que antes de subir al escenario posaron para un sinfín de fotos con el venerable –sobretodo jóvenes de unos 15 años hacia arriba– y no dudaron en cruzar palabras, firmar autógrafos y hasta beber en agradable complicidad varias enlatadas de nuestro fermento nacional.
De los Toxik se destacó todo, la voz del veterano Mike Sanders, que aun sube al infinito y logra recordar que en el género las voces también pueden ser limpias sin perder fuerza y ataque, así como la guitarra del muy de buen humor Josh Christian –ataviado con una camiseta de Dekapited – puntero con estilo propio, eficaz, virtuoso, el frontman más notable de la banda, claro está, no se queda atrás la sección rítmica con Bill Bodily al bajo, el enorme bataca Jim DeMaria, quien fue el que más interactuó con el público y llamaba la atención con su cámara Go-pro al pecho, ¿Que serán de esas imagines para el recuerdo?
Así se terminó la noche, con un repaso por los trabajos de esta formidable banda que parecía no le han pasado los años y como si fuera una máquina del tiempo, hacia recordar como se formó realmente el metal, como eran esos conciertos primigenios de las muchas bandas que se fueron perdiendo en el tiempo y aquellas que aún, por desgracia en cuanto a dinero, pero por fortuna para los fanáticos, sobreviven en el bajo mundo del llamado movimiento Underground. La próxima cita será el 31 de Octubre, cuando Thrash La Unión nos convoque con la presentación de otras leyendas vivas, los Diamond Head de Brian Tatler.
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