El miedo reencarna generación tras generación, se adapta con facilidad a los nuevos tiempos y buscar regarse por la sociedad con mayor facilidad y efectividad, no se detiene, no claudica, sólo cambia su forma y las maneras que usa para cobrar protagonismo.
Por, Rugidos Disidentes
“… El miedo es el mensaje por tranquilidad, el miedo es el mensaje para vivir en paz, soy el otro, pero temo al otro. Soy el extranjero, pero temo al extranjero…”
Estados Alterados acertó y de qué manera, ocho años después de haber lanzado Romances Científicos, su quinto álbum, nos vuelve a sorprender con un trabajo discográfico Lumisphera, del cual forma parte Miedo, canción que fue dada a conocer el pasado 2 de marzo.
“… Tengo que desinfectarme, tengo que ir a esconderme, tengo que pagar por seguridad, el miedo es el mensaje por tranquilidad, el miedo es el mensaje para poder vivir en paz…”
Una letra oportuna que hace de esta canción la banda sonora perfecta para la coyuntura actual, en la que el miedo se ha hecho protagonista demostrando su versatilidad para adquirir simultáneamente diferentes formas y buscando nuevos canales para dejar su mensaje.
El miedo reencarna generación tras generación, se adapta con facilidad a los nuevos tiempos y buscar regarse por la sociedad con mayor facilidad y efectividad, no se detiene, no claudica, sólo cambia su forma y las maneras que usa para cobrar protagonismo.
El miedo camina rampante por las grandes ciudades, por los pueblos, por los parques. Lo vemos en la tele, lo oímos en la radio, lo leemos en la prensa e interactuamos con él en las redes sociales.
Tememos al habitante de calle, al vendedor ambulante, al extraño que no sabe una dirección; aunque no tengamos razón para ello. Tememos, con toda justificación, al ladronzuelo, al sicario, al paramilitar, al guerrillero, al abusador, al político corrupto; tememos porque así nos enseñaron, porque no había más opción. Miedo al narcotráfico, a los paramilitares, a la guerrilla, a las bacrim, al castrochavismo, al comunismo. Miedo a convertirnos en otro país, miedo al extranjero (Llámese en este caso venezolano).
El 11 de marzo es la primera de tres contiendas electorales del 2018, y el miedo ha sido el factor determinante para hacer propaganda política y para decidir por quién votar. Se firmó un acuerdo con el grupo guerrillero más antiguo del continente, con esto un miedo se apagaba, el miedo de la muerte, de la sangre, de la guerra. Pero, casi automáticamente, nació otro, el miedo de dejar en los pies de las FARC el futuro del país y lo que parecía un pataleo de un sector político del país, se convirtió en eslogan de campaña y ahora es un argumento, con el cual muchos decidirán en los comicios.
No sabemos qué es socialismo, no sabemos qué es izquierda, no sabemos, no recordamos, o nos vale huevo el exterminio del que fueron víctimas la Unión Patriótica, otros sectores de izquierda, líderes sociales, periodistas, exguerrilleros, entre muchos más, lo único que importa es que Santos, el paria ése, nos dejó de rodillas frente a los criminales y dejó el país a las expensas de la consigna comunista inspirada, para no irnos tan atrás, por Fidel Castro y Hugo Chávez.
El miedo que sentimos no es aquel que nos invita a ser mejores, todo lo contrario, es aquel que nos llama al odio, el que nos incita a lanzar dardos venenosos al contradictor, el que no nos deja pensar con claridad y al que, en verdad, nos estamos arrodillando.
El miedo nos está golpeando desde hace mucho y se alimenta del odio. Son tiempos difíciles, pero aún tenemos cómo defendernos de él, lo hacemos cuando somos solidarios, cuando entendemos que hay diferentes formas de ver el mundo, cuando nos atrevemos a cambiar, cuando decidimos salirnos de la fila.
El futuro es incierto y desesperanzador en ocasiones, pero cada grano de arena que aportemos desde nuestro diario vivir, será un golpe que damos al miedo y a sus propagadores.
Estados Alterados, pioneros en incluir sonidos electrónicos en el rock en Colombia, abrirán el próximo 16 de marzo el concierto de Depeche Mode y allí interpretarán su canción Miedo, no podría ser de otra manera, con esto la agrupación paisa, dará otro paso firme en sus 31 años de historia.