Don’t let me drown in this ocean (I can tear them apart if I go). Drag me to open fields a new beginning»
One By One
(Santiago de Chile)
Por, Andrés Angulo Linares
Han pasado solo unos instantes. A su alrededor todo es una gran incógnita. Ante sus ojos, sensibles a los reflejos de la luz, se dibujan los primeros trazos de un mundo que hasta unos instantes ni siquiera sabía que existía. Sus funciones señalan que ha sido un parto exitoso. El milagro de la existencia se ha expresado a través de su pequeño y delicado cuerpo. La fragilidad de la memoria no permitirá que ese neonato, que segundos atrás dejara la comodidad del útero de su madre, recuerde ese primer contacto con lo que lo que será ese lienzo en blanco que le ha sido asignado para que recree sobre él su propia historia.
La vida, más allá del alcance de las definiciones otorgadas por la ciencia, la filosofía o la religión, es –en sí misma– la manifestación de una fuerza que excede a la comprensión humana. Quizás por ello, sea mejor interpretarla como un lienzo en blanco, sobre el cual una obra de arte habrá de dejar su mejor expresión a lo largo del tiempo.
«Llegué al mundo como un lienzo blanco. Poco a poco comenzó a llenarse de información de otros y dejé de reconocerme». Señala Frank’s White Canvas en su presentación.
«I’m sick of myself repeating over and over again, I don’t know why I wake up in the morning, I don’t have a clue but I’m still here»
SLEEP, WORK, EAT
El ser humano, descifrado como el creador de su propia historia, es un artista que intentará hacer de su paso por el mundo una obra de arte –si se quiere– infinita, que dejará su propia huella. No obstante, la vida no es un lienzo fácil. La sociedad, con sus prejuicios y desigualdades, lamentablemente, no hará de esa hoja en blanco un lugar amigable para crear en libertad. Aun así, vale la pena correr el riesgo de vivir.
«Decido cuestionar lo que está sobre mí y borrar. El acto de borrar como un duelo. Enfrentar el dolor y sanarlo». Agrega.
«You make us feel so powerless, “no one by themselves can make a change“. I decide to break the leash, rebel to apathy, I destroy, to start again»
EASY TO FORGET
Karin finalizaba, por aquel entonces, su secundaria; Francisca, por su parte, un poco más joven, cursaba unos grados atrás en la misma escuela. Con un talento innato por la música cada una había formado parte de diferentes proyectos musicales; sin embargo, no habían encontrado en ellos la conexión que requerían para sentirse identificadas.
Ese lienzo que es la vida –algunas veces impredecible y caprichoso en otras–, se encarga de ubicar las historias en el lugar adecuado. Fue así como la música juntaría los pasos de las dos jóvenes, para que pudieran entregarse con libertad absoluta a un concepto, que desde el mismo nombre, interpretara sus propias emociones: Frank’s White Canvas.
—La música fue lo primero que nos miró directo a la cara y entendió lo que sentíamos, eso nos salvó la vida—. Afirma Karin Aguilera, vocalista y guitarrista.

Karin tenía 23 años, Francisca 17. Sobre un lienzo que ya guardaba las memorias de las cicatrices que el tiempo había dejado en cada una de ellas, dibujaban, entre las dos, el primer trazo de una creación que en siete años de trayectoria les ha permitido encontrar, a través de sus composiciones, la catarsis en las que sus emociones más profundas y complejas son liberadas.
—El pasado deja cicatrices, pero siempre estará disponible un lienzo blanco donde puedes crear un nuevo camino—. Agrega Francisca Torés, baterista.
Con la rebeldía propia del rock, la fuerza de sus integrantes y con la entrega que exige todo que busca dejar huella, Frank’s White Canvas ha recorrido un camino que ha supuesto para los dos integrantes, enfrentarse a la exigencia de tarimas de Lollapalooza en Chile o el Mad Cool Festival en España; aceptar el llamado de importantes medios como Rockaxis o CNN; y a no perder la esencia que las define en medio de las nominaciones y reconocimientos otorgados por Premios Musa, Escuchar Awards, Mad Cool Talent, entre otros.

Sencillas y auténticas, Karin y Francisca –de pelo rojo y violeta respectivamente– afirman que la música les salvó la vida; que esta, a su vez, ha sido un lienzo que ha retratado sus momentos más sensibles y que Frank’s White Canvas es una extensión de su propia identidad.
Sus canciones, al igual que su vida, están escritas bajo la base de la honestidad. Karin y Francisca no se limitan a la interpretación de un solo instrumento; libres, como ellas mismas se definen, tampoco, se rigen a un solo espectro musical, sus canciones pueden transitar por los sonidos más extremos, para luego descansar en la calma de ritmos más tranquilos.
My Life, My Canvas, álbum grabado en 2020, es un trabajo conceptual que recoge los siete años recorridos hasta el momento por Frank’s White Canvas; también, retrata a través de las nueve canciones que lo conforman, tres etapas definitivas que bien podrían encerrar el concepto de la vida misma: crear sobre un lienzo en blanco; destruir para empezar de nuevo; extender uno nuevo sobre las cicatrices.

Conversar con ellas permite descubrir ese universo de emociones retratadas a través de su música; también, acercarse a un ejercicio en el que la coherencia ideológica es fundamental; entender, además, que la vida para ellas, definitivamente, no pasa desapercibida y que cada momento es un trazo que deja su huella en ese complejo, pero fascinante lienzo de la existencia.
«Don’t let me drown in this ocean (I can tear them apart if I go). Drag me to open fields a new beginning»
ONE BY ONE
Frank’s White Canvas, visitará por primera vez territorio colombiano en el marco del Unirock Alternativo FIURA, el cual se llevará cabo en la ciudad entre el 22 y 23 de octubre.