Haggard dejó su huella de nuevo en Bogotá el pasado 19 de junio; sin dudas, un espectáculo que permanecerá en la memoria.
(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Rugidos Disidentes
Han pasado más o menos 14 años desde la primera vez que Haggard se presentó en Bogotá, en ese momento, en el Festival Rock Al Parque el 27 de junio de 2009 en el Escenario Plaza y más tarde en el Auditorio CUN el 19 de enero de 2022. Sin contar los demás rincones de Colombia que ha visitado.

Ahora devolvámonos a la realidad. La ansiedad y la emoción fueron los protagonistas por alrededor de una hora, mientras todos los asistentes llegaban al teatro y la banda estaba lista para presentar su show. Las luces del Teatro Jorge Eliecer Gaitán se apagarían para anunciarnos que por fin podríamos disfrutar de esta gran presentación.
El telón desaparece y vemos a la banda preparada para lo que sería una gran noche. Desbordando toda la energía posible, vemos a Claudio Quarta y a la banda tocando ‘In Fullmoon Procession’, esta fue la gran apertura de lo que todos sabíamos sería una noche cargada de metal sinfónico y perfecta sincronía en un solo escenario.
Luego de ‘In Fullmoon Procession’, llegaría: ‘The Sleeping Child’, ‘Of a Might Divine’ y ‘Tales Of Ithiria’, canciones que nos decían lo que se venía para una noche de absoluto sinfónico, Asis Nasseri saluda a Bogotá y dice que está muy contento de estar en nuestro país, recordando el momento de su presentación en Rock Al Parque 2019 y destacando que el público capitalino siempre ha sido sinónimo de alegría por su respeto y entusiasmo con que reciben a la banda.
Continuando con un show mágico, escucharíamos como Janika Groß hace explotar el teatro con un espectacular solo, ratificando una vez más la potencia de su voz y la razón por la cual trabaja de la mano de Asis. ‘La Terra Santa’, ‘The Observer’, ‘The Hidden Sign’ y ‘Per Aspera Ad Astra’, conformaron un set list perfecto para que el Teatro Jorge Eliecer Gaitán explotará en una sola voz, en un solo movimiento de cabezas, en la sincronía de muchas melenas metaleras que al compás de la larga cabellera de Janika y Claudio se coordinaron e hicieron que por un instante banda y publico fueran uno solo.
Luego de esta descarga de energía, se avecinaría la explosión de la noche, pues junto a ‘Prophecy Fulfilled’, los ánimos subirían un 1000%, dado que esta es una de las canciones del que hasta el momento es el mejor álbum de Haggard. La adrenalina, el sudor, la alegría, una sola voz, los coros y la sincronía entre público y banda nos anunciaban que lo que vendría como la mitad de un show increíble, sería para perder la cabeza de los hombros y dejarnos llevar por la magia de las cuerdas y unas voces espectaculares.
La unión de ‘Heavenly Damnation’ y ‘The Final Victory’ fueron el medio tiempo de una noche que creímos llegaría a su fin en ese momento. Asis, junto a Janika, le pide al público que les ayudemos con el coro de las canciones y antes de comenzar a tocar, nos preparan para esta descarga de metal, poco a poco la coincidencia entre banda y publico se hacía más agradable para este par de voces que tenían al público capitalino en lo más alto de la emoción y satisfacción.
Más tarde y luego de estar satisfechos por el juicio del público al responder tan bien con el coro de esta parte del concierto, nos deleitarían con las siguientes canciones: ‘Upon Fallen Autumn Leaves’, ‘Seven From Afar’, ‘Eppur si Muove’ y ‘Herr Mannelig’. En este punto se debe reconocer que el recorrido discográfico que se propuso Haggard fue asombroso, pues no dejaron álbum por fuera y, además de esto, las canciones y su orden parecía como si las hubieran escogido minuciosa y detalladamente.
Si usted querido lector es tan fan de estos alemanes como yo, comparte conmigo mi opinión cuando digo que cada una de las canciones es la que mejor representa cada uno de los álbumes y destaca a los artistas por la intervención de sus respectivos instrumentos.
Para ‘In A Pale Moon’s Shadow’ saldría Johannes, junto a su violonchelo, a entregarnos una pieza en solitario maravillosa que nos dejó boquiabiertos, pues era tal la concentración y perfección con la que se entregaba a su instrumento que en el teatro no se escuchaba más que el chelo. Luego de ver al público ovacionando una pieza tan bella, disfrutaríamos de algo que a muchos y espero a todos nos removería las fibras más sensibles del patriotismo.
Asis, se acercaría al micrófono para contarnos que dentro de Haggard, existe una política por respeto al público y es tocar el himno nacional del correspondiente país donde se encuentren, y nos piden que con júbilo cantemos nuestro himno nacional. Este fue un momento que obligatoriamente se debe guardar en el corazón, pues el respeto que la banda le profesó al país en esos minutos fue algo muy lindo y muy sentido. Si usted estuvo en ese concierto, espero que se haya sentido tan colombiano como quien acá está escribiendo esto, para que rememore o se imagine todo lo hermoso que fue este espectáculo.
El final de la noche se acercaba y junto a él llegaría la interpretación de ‘Hijo de la luna’. Esta canción fue el eclipse que coronaría la noche con una espectacular voz, donde todos cantamos una a una cada frase y coro de esta, que, desde siempre, ha sido una leyenda dentro de este género por su letra oscura y trágica.
Luego de esto Haggard se despide de Bogotá y todos los asistentes pedimos una última canción. Una que, claramente, debía ser tocada. Tenía que estar en el set list; sin embargo, todos se despidieron y Asis nos dice que por reglas del establecimiento su tiempo ha terminado y lastimosamente nos quedan debiendo la canción que tanto estábamos pidiendo… minutos más tarde se prenden las luces del escenario y acercándose al micrófono presenta uno a uno a todo el equipo y al finalizar con una sonrisa nos presenta ‘Awaking the Centuries’. Si durante toda la presentación: los gritos, aplausos, coros y headbanging fueron participes junto a todos los asistentes, en esta canción, todo esto fue un remolino de emociones, adrenalina y conmoción pura.
Los corazones brincaban al son de esta espectacular canción, muchos brincamos, coreamos, dejamos las cabelleras y garganta en el coro de esta obra maestra.
Así fue como Haggard una vez más se despidió de Bogotá, agradeciendo el calor, el respeto y el cariño con que siempre los recibimos, sobre todo, resaltó que para él y toda la banda es increíble la descarga de energía que siempre se vive en la capital colombiana.