Fotografías: Camila Guzmán y José Robles
«Piensa en mí, cuando ella te haga sufrir, cuando no te quiera oír, cuando te mires al espejo y no encuentres tu reflejo»
(PIENSA EN MÍ)
(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Olugna
«Indie rock en su mejor expresión», fue la definición más oportuna que encontré para describir el momento que estaba presenciando. En una tarima de seis metros cuadrados ―quizás más, quizás menos―, una colombiana, en compañía de cuatro músicos y una corista, dejaba todo de ella en una presentación que, seguramente, será el primer vestigio en el país que la vio nacer. Grace de Gier ―una boyacense que se atrevió a despegar en tierras europeas― conquistaba a un público que dedicó la noche del sábado para verla, escucharla y compartir de una manera más cercana con ella.
La grandeza de una tarima no se mide en sus dimensiones, sino en la cantidad de recuerdos que los músicos dejan sobre ella. Grace de Gier cerraba con ´Piensa en mí’, una breve gira por la capital colombiana que comenzó el día anterior en Ozzy Company y finalizaba la noche del 19 de noviembre en Leo Cocina & Rock, un escenario acogedor que abre sus puertas la Rock nacional, ese que ha aprendido a abrirse camino entre las calles y a dejar su huella en cada bar, en cada persona, en cada concierto.
La cercanía de los artistas con los asistentes, hace de Leo Cocina & Rock un escenario propicio para ese diálogo íntimo y simbólico que se genera entre un músico y su público. La proximidad con las mesas, hace posible una experiencia en la que no hay distancias, ni intermediarios. Todo concierto es la expresión más sensible, genuina y humana del Rock ‘n’ Roll; la noche de 19 de noviembre no fue la excepción.
Fue una semana intensa, el itinerario de Grace Salazar, desde su llegada a Colombia el 14 de noviembre, también lo fue. Entre Bogotá y Sogamoso, no hubo mayor tiempo para dormir ni descansar; pero, la música es así, una musa que lo quiere todo, que demanda tiempo, energía y, por supuesto, exige mucho amor. La cantautora colombiana, radicada hace más de 13 años, así lo sabe y ha asumido el reto de ser esposa, madre, hija, hermana y una artista que encontró en el rock un camino en el que ha dejado una huella desde 2019.
Más allá del repaso por un repertorio que viaja en el tiempo para encontrarse con los sonidos del Rock de los 80’s y 90´s, los dos conciertos de Grace de Gier en Bogotá, fueron un encuentro con la nostalgia, el recuerdo de su adolescencia en tierras boyacenses y el sentimiento de presentarse al frente de su padre, otros familiares, amigos de la infancia y periodistas que estábamos allí, recorriendo con ella sus canciones, reparando en cada detalle sobre la tarima, meneando la cabeza o tocando guitarras imaginarias.
Queríamos formar parte de la experiencia, ser testigos y protagonistas de un instante en la historia de una mujer colombiana que ha logrado conquistar emisoras europeas, llamar la atención de promotores internacionales, recibir importantes reconocimientos y formar un público que, alrededor de su propuesta, cada vez se hace más amplio.
Cada composición de Grace de Gier es antecedida por una vivencia real. Cada canción que formó parte del setlist preparado por la artista, fue el reflejo de la intensidad que se experimentó durante el sábado desde horas de la mañana: la entrevista con Oscura Radio tv a las cuatro de la tarde; la exigente prueba de sonido y los preparativos previos; la espera de invitados y convocatoria de periodistas; los aplausos, los abrazos, la despedida.
La espera, quizás, fue larga. Conforme avanzaban las horas, la expectativa se hacía más fuerte; sin embargo, una experiencia definitiva saber aguardar el instante preciso para hacer su aspiración. Había llegado el momento: los acordes iniciales de ´Dime’, primera canción del concierto, daban la bienvenida de Grace de Gier a la tarima.
La noche fue cubierta, desde momento, por una atmósfera de indie rock. Riffs de guitarras, las pulsaciones del bajo, el golpeteo de la batería y la voz de la artista, capaz de rasgarse en la frase indicaba, dejaron ver la fuerza de sus canciones. La estética del lugar, el ambiente que se respiraba y cada una de las canciones, me transportaron a escenarios ajenos para mí. Por instantes, me sentí en pub anglosajón, siendo testigo del poder de la música. Sin embargo, era Grace de Gier que se cerraba en Leo Cocina y Rock una corta gira ―la primera de muchas― en tarimas colombianas.
Se acercaba el cierre. La vida es así, los mejores momentos suele ser breves, pero intensos en emociones. En la tarima, los cuatros músicos que la acompañaron durante su paso por Colombia, se dejaban ir en un segmento instrumental que se extendió cerca de dos minutos. Era ‘Piensa en mí’, Grace de Gier terminaba su concierto.
No obstante, la noche no terminaría allí. Mientras compartimos entre los asistentes la experiencia del concierto, Grace de Gier interpretaba para su amiga la versión a capela de ‘Dime’.
No importa cuantos conciertos finalicen, cuantos aplausos le digan “hasta pronto”, Grace de Gier, sabe que siempre habrá una tarima esperando por ella.
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