Tras el lanzamiento de ‘Morrison Hotel’, The Doors nunca volvió a sonar igual como banda
Por: Sebastián González Z.
En febrero de 1970, The Doors presentó su quinto álbum de estudio, ‘Morrison Hotel’, marcando su regreso a la cima del rock. Este lanzamiento significó un resurgir para la banda californiana, luego de que su trabajo anterior, ‘The Soft Parade’, no lograra el éxito esperado. Además, este placa reflejó una introspección más profunda en las letras de su líder y frontman, Jim Morrison.
‘Morrison Hotel’ es un álbum conceptual que refleja los pasajes más oscuros de la vida del Rey Lagarto. Durante este período, Jim Morrison se volvía cada vez más dependiente de los alucinógenos y el alcohol, lo que lo llevó a protagonizar varios escándalos. Uno de los más recordados es el famoso “incidente de Miami”: durante un concierto en Florida, subió al escenario ebrio y comenzó a desvestirse, lo que resultó en su arresto y condena al pago de una multa (que nunca llegó a cumplir, ya que falleció antes). Además, en las sesiones de grabación del disco, el productor Paul Rothchild reveló su terrible adicción a la cocaína, lo que influiría en el músico para probar la droga, agravando aún más su estado.
En contraste con lo mencionado anteriormente, tras el lanzamiento de ‘Morrison Hotel’, The Doors nunca volvió a sonar igual como banda. Fue una paradoja, una bella disonancia. Morrison y Krieger, como principales compositores, incorporaron en su música los signos fatales de la sociedad de los años sesenta: el Clan Manson, la escalada de la guerra en Vietnam y los presagios del infierno en Altamont. La agrupación tomó todos estos elementos y los convirtió en el combustible que encendió la chispa de tan magno álbum, una fusión vibrante de blues, rock and roll, jazz y raga.
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Además, aparecieron figuras salidas de cómics, errantes, como vagabundos por las calles de Los Ángeles. Entre ellos, ‘La Dama de las Cenizas’ y ‘El Tigre Ciego’, quienes huyeron del Edén perdido, dirigiéndose hacia el mar en busca de una brisa, mientras aguardaban el amanecer.
El álbum tiene un carácter conceptual, con una clara diferencia entre sus dos lados. La cara A, titulada ‘Hard Rock Cafe’, que parte de ‘Roadhouse Blues’ y se extiende hasta ‘Ship of Fools’; mientras que la cara B, ‘Morrison Hotel’, inicia con ‘Land Ho!’ y finaliza con ‘Maggie M’Gill’.
El nombre de la cara A del álbum sirvió de inspiración para la famosa cadena de restaurantes Hard Rock Cafe. En esta sección, destacan las contribuciones de los bajistas Ray Neopolitan y Lonnie Mack en ‘Roadhouse Blues’, así como la participación de John Sebastian, quien colaboró bajo el alias G. Puglese.
Por su parte, Ray Manzarek desplegó un amplio arsenal de teclados analógicos, incluyendo un Gibson G-101, un Wurlitzer 140B, un Fender Rhodes, un Hammond, un Moog, un RMI Electra Piano, el icónico piano de Good Vibrations y su característico Vox Continental. Mientras tanto, Robby Krieger sorprendió con una serie de riffs magistrales, y John Densmore optó por un enfoque más contenido en la percusión, cediendo protagonismo al ritmo general de la banda.
Comercialmente ‘Morrison Hotel’ fue un éxito, alcanzando el puesto número 4 en el Billboard 200 y el número 5 en las listas del Reino Unido según la Official Charts Company.
Aunque el único sencillo del álbum (‘You Make Me Real’ / ‘Roadhouse Blues’) no tuvo el impacto esperado, con el tiempo varias de sus canciones se convirtieron en himnos y favoritas entre los seguidores de la banda.
‘Morrison Hotel’ esconde varias curiosidades en su historia. La canción ‘Waiting for the Sun’ fue grabada originalmente durante las sesiones del álbum homónimo en 1968, el enigmático “agujero negro” del tercer disco de The Doors. Por su parte, ‘Indian Summer’ es un outtake del trabajo debut de 1967, lo que le otorga un aire nostálgico y atemporal dentro del repertorio.
Para celebrar el 50.º aniversario del álbum, en 2021 se publicó la novela gráfica Morrison Hotel, con guion de Leah Moore e ilustraciones de reconocidos artistas del cómic como Tony Parker, John Pearson, Michael Oeming, Marguerite Sauvage y Sebastian Piriz.
Un año después, se lanzó la edición en español del libro, que incluye el prólogo original del guitarrista Robby Krieger, así como una introducción del crítico musical y escritor Kike Babas, quien también estuvo a cargo de la traducción.
En cuanto al icónico lugar que da nombre al disco, el albergue Morrison Hotel fue descubierto por Ray Manzarek mientras paseaba por las afueras de Los Ángeles. Ubicado en el 1246 South Hope Street, Manzarek y su esposa tropezaron con él mientras buscaban un sitio interesante para la sesión de fotos del álbum.
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Lamentablemente, este emblemático sitio fue consumido por un incendio masivo el pasado 27 de diciembre en la ciudad californiana. Tras la conflagración, el edificio fue declarado inhabitable.
El fotógrafo estadounidense Henry Diltz ―mismo que capturará la fachada de Morrison Hotel para la portada de la emblemática placa de The Doors―, dejaría una sentidas palabras para la CBS News Los Angeles: «Estoy muy triste al ver este lugar tan dañado. Espero que alguien lo reconstruya».
Sebastián González Zuluaga es un cuyabro de pura cepa, rockero de corazón y futbolero de pasión. Estudiante de último semestre de derecho en la UGCA de Armenia y director de Tendencia Rocker, combina su amor por la música con una visión crítica del mundo. Siempre entre el ruido de las guitarras y el debate, busca dejar su huella en la cultura y el derecho.
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