El Viajero - Ocaso 7

‘Ocaso’, de El Viajero: una cartografía de amor, memoria y vida


Por: Olugna


La ciudad se torna diferente cuando una carretera espera por nosotros para mostrarnos un escape a esa hiperactividad que hace los días más cortos y reduce la existencia a migajas de tiempo. A medida que el bus se aleja de la urbe, el paisaje brusco de asfalto, ladrillo y esmog se transforma en un escenario diferente. No hay prisa y la quietud toma el lugar de la ansiedad. A través de la ventana, el horizonte ―estático e inalcanzable― es un telón profanado únicamente por el color del cielo: el amarillo de la mañana, el degradé del atardecer, la oscuridad de la noche.

El reflejo de nosotros mismos que golpea en la ventana es una imagen cargada de pensamientos que resumen el trasegar por la existencia: las huellas del pasado, las cargas del presente, las expectativas del mañana. Ese tiempo en carretera que nos separa de un destino que ―conocido o incierto― habrá de recibirnos, es la representación a escala de la vida: abrimos los ojos, nos levantamos, sentimos el peso del día, reflexionamos en el ocaso y nos despedimos. Si la muerte no nos sorprende, al día siguiente repetiremos el ciclo.  

Sin agregar más imágenes, la vida es la carretera y nosotros el viajero que decide dónde abordará el bus hacia la siguiente estación, en qué lugar permanecerá por un tiempo y ―con algo de suerte―, en qué noche enamorarse. No es un viaje predecible. En el camino, ese ajetreado morral que llamamos memoria se irá llenando con vivencias que se convertirán en recuerdos con la misma rapidez con la que respiramos. Nadie contará nuestra historia. Seremos nosotros los cronistas de esa travesía que sabemos cómo empezó, pero ignoramos ―por razones obvias― cómo terminará.


De poco nos servirá un mapa que nos señale un destino. Lo importante, siempre será aquello que pasa a través de la ventana. Solo nos queda disfrutar del recorrido. Al final «todos somos viajeros», eso afirma una agrupación nacida en la Cordillera Oriental que nos invita a recorrer la vida con la inquietud de un cronista que quiere narrar su propia historia, en esta ocasión, en compañía de seis canciones que han sido recopiladas bajo el nombre de ‘Ocaso’.

El Viajero, banda que nos presenta este trabajo ―un Live Session grabado en una terraza―, nació en El Carmen del Viboral. Su intención, aunque ambiciosa, persigue una misión necesaria: hacer memoria a través de la música, de la poesía, de aquellas huellas no plasmadas.


―Es un recopilado de canciones que yo había creado en esos 20 años de música; estaban en las libretas y nunca las grabé―, nos explica Alejandro Trujillo, el primer viajero que dio forma al proyecto nacido en 2020.

‘El Viajero’, canción que abre ‘Ocaso’, define el comienzo del viaje. Narrada en primera persona, nos cuenta quién es ese andariego que en su mochila guarda los vestigios de cada lugar ―físico y simbólico― que ha recorrido y que quiere mostrarnos a través de las posibilidades del reggae moderno y el pop.


Ese viajero que nos canta desde una terraza es un cuerpo formado, además, por Wilmar Trujillo, Wilson y Wilmar, Jonathan Gómez, Carolina Gómez, Daniela López y Carlos Daniel Ossa, los siete viajeros que sumaron sus pasos a los de Alejandro. El nombre de la agrupación, también, es un retrato simbólico de lo que somos cada uno de nosotros desde las raíces de nuestros abuelos, hasta las expectativas que nos guían.

‘La Hoguera’, desde el capricho arbitrario de esta reseña, es el segundo peaje del recorrido: una canción que hace de la poesía un homenaje a la pasión, a la sensualidad. La estación ideal para un viajero que descansa de su travesía en los instantes fugaces del amor.


‘Hechicera’, tercera parada de ‘Ocaso’, representa un homenaje a la selva, a ese paisaje inhóspito e intimidante que conserva los secretos del origen de la vida. Su lírica, al igual que las demás canciones, se la juega entre metáforas y elementos simbólicos que extienden su significado. A través de los sonidos tranquilos de percusiones, vientos y cuerdas, es un tema que rinde homenaje a la fuerza de la mujer y a su don creador.


‘Volarán’, la cuarta canción a explorar, representa esa parada que nos permite extrañar, al tiempo que nos ofrece la oportunidad de extender la mirada a esos paisajes que cubren a Latinoamérica. Es ese momento que nos detiene en la cima de la montaña con un fin: observar qué tan amplio es el mundo que la ciudad nos impide ver.


Nos falta una estación antes de llegar al ‘Ocaso’. Es momento de descansar el cuerpo y activar la mente para reflexionar.  ‘Son del Monte’ es la postal de nuestras raíces. Con una inclusión sutil del vallenato, es una canción que simboliza la diversidad de Colombia, el calor de su gente y la exuberancia de sus montañas.


El ‘Ocaso’ estuvo esperando por nosotros. La canción que da nombre al Live Session es la reconciliación con nuestra soledad. Es la última parada de la travesía propuesta por El Viajero; una estación propicia para mirar hacia atrás y acariciar las huellas que hemos dejado en el camino. Podría ser la despedida o, simplemente, una oportunidad para dormir. No lo sabremos.


Sobre Olugna

Cada crónica es un ritual. Quizás suene demasiado romántico, pero así es. Así soy yo, complejo y trascendental; sensitivo y melancólico, pero entregado a una labor que, después de algunos años, me ha abierto la posibilidad de vivir de mis dos grandes pasiones: la escritura y la música. A la primera me acerqué como creador, a la segunda –con un talento negado para ejecutarla– como espectador

Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *