(Bogotá D.C, Colombia)
Por, Eduardo Márquez G.
Hoy domingo, a las 2:20 de la tarde, un grupo de ricos uribistas vestidos de blanco, acompañados de sus escoltas, en vehículos de alta gama, intentaron impedir el paso de un camión con provisiones para los miembros de la Minga Indígena que acompaña al pueblo caleño desde el comienzo del Paro Nacional. Se produjo un forcejeo en medio del cual los acaudalados dispararon contra los indígenas y uno de sus vehículos atropelló un guardia, dejando un saldo de 9 mingueros heridos.
Este es el tercer ataque con el mismo modus operandi. El viernes desde un carro de gama alta dispararon contra un grupo de manifestantes, dejando tres heridos, uno de ellos con pronóstico reservado. Ayer sucedió lo mismo en la Universidad del Valle. Estos ataques criminales se realizan de dos o tres simultáneamente.
La Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, ACIN, expidió el siguiente comunicado:
«A las 2:20 de la tarde de este domingo 9 de mayo se presenta una delicada situación de agresión con armas de fuego a la minga que se encontraba desplazándose por la zona de Jamundí. Los mingueros fueron atacados por una turba uribista al pie de la vía, quienes pretenden retirar el bloqueo en el punto. Hasta el momento se reportan varios comuneros heridos con impactos de bala por este ataque».
- Puede Interesarle: Ataque a la Minga Indígena en Cali
El ataque a mano armada del día de hoy, se produce justo el día anterior a que delegados de los manifestantes se sentarían a dialogar con un gobierno que ha estado esquivo a las exigencias ciudadanas en las calles. Hasta el momento el tal «dialogo» nacional se ha realizado con la élite, los aliados políticos y la institucionalidad.
El movimiento ciudadano del Paro Nacional debe estar alerta a estas provocaciones porque seguramente hacen parte de un libreto para declarar el Estado de Conmoción Interior, como se rumoraba sucedería el pasado miércoles. Las marchas pacíficas, festivas, animadas por actos culturales, le quietaron legitimidad a cualquier acción de fuerza como esperaban el criminal Álvaro Uribe y su pelele en el Palacio de Nariño.