(Medellín, Antioquia, Colombia)
Por, Olugna
Son diez canciones, pequeños sorbos que se dan a una taza de café preparado en estufa de leña a las seis de la mañana en una cocina de campo; diez conversaciones cortas con nuestros abuelos, que transportan a sus años de juventud y que procuran, a través de la riqueza de sus palabras ―muchas veces alejadas a la sofisticación impuesta por la academia―, llevarnos a esos recuerdos que han permanecido intactos en su memoria. Un diálogo de media hora que rinde culto a la memoria, al recuerdo y a la nostalgia.
Un primer vistazo a las canciones que forman parte de ‘Perlas’, producción discográfica grabada por la artista colombiana María Mar, me llevan a detenerme en ‘Las Acacias’, poema escrito por un español, Vicente Medina Tomás; adaptado por Jorge Molina Cano para que tomará forma de pasillo en el año 1916 e interpretado por diversos grupos de antaño, siendo Silva y Villalba, el dueto que hiciera, quizás, la versión más popular de la composición.
No es casualidad, ‘Las Acacias fue la canción que despidiera a mi padre el día de su funeral. Yo era bebé aún; pero, el rostro de mi mamá aún se transforma cuando la escucha. Hoy, al escuchar la interpretación de María Mar, su reacción fue la misma. La conexión simbólica entre ella y la composición aún permanece intacta en su memoria, como también, los recuerdos de su infancia cuando mi abuelita cantaba pasillos, bambucos y demás músicas tradicionales de esa Colombia campesina que se ha ido desvaneciendo a lo largo de su conmocionada historia.
‘Las Acacias’, quinta canción de ‘Perlas’, es el primer sorbo de ese café saborizado por la voz de María Mar. A medida que continúo con las demás canciones elegidas por la artista nacida en Medellín, escucho las anécdotas que mi mamá ha guardado celosamente a través de los años. El objetivo que persigue la artista en el álbum, lanzado el 31 de marzo, se ha cumplido: «acercarnos al pasado y […] saber lo que escuchaban nuestros padres y abuelos».
Como también lo afirma María Mar, cada canción es «un pretexto para volver a ellos porque nosotros somos también parte de esa historia». No se equivoca. Cada canción que escucho en compañía de mi mamá, abre las puertas a un recuerdo de tristeza o de dolor, de sonrisas o de llanto, de amor o melancolía; básicamente, a un instante de su vida.
A las canciones elegidas por Mónica María Zuluaga Moreno, quien desde 2020 inició su proyecto bajo el nombre de María Mar, las une ―ante todo― la sensibilidad de sus líricas; breves poemas que expresan, desde la belleza del lenguaje que usaban nuestros padres y abuelos, sentimientos intensos, dolores eternos o amores incomparables.
«Pienso en mi novia y en sus ojos tristes; pequeños diamantinos y muy bellos, donde he visto también, algunas veces silenciosas, rodar gotas de fuego»
‘COLLAR DE LÁGRIMAS’
Cada una de las composiciones que forman parte de la placa discográfica, es antecedida por un recuerdo particular de la cantautora. ‘Collar de Lágrimas´, por ejemplo, era cantada constantemente por su abuelita, quien encontraba en la composición de autor desconocido, una forma de expresar la tristeza. ‘Hurí’, por su parte, evoca los momentos en los que todos en su casa tarareaban la canción.
«A mí me conmueve profundamente su letra: ¡Cómo será el amor de hermoso que hace que los capullos se conviertan en flor y susurren las palmeras!», expresa María Mar, sobre ‘El Limonar’, sexta composición de ‘Perlas’.
«Y hasta la enredadera de tu balcón, abrió ahora sus capullos todos en flor; están los naranjales llenos de azahar y las palmeras vuelven a susurrar»
‘EL LIMONAR’ (RAFAEL BARROS)
Abogada de profesión, Mónica Zuluaga, ha sentido la inquietud por la música desde sus primeros años y una conexión especial con los ritmos tradicionales del país. Sus canciones, recogen sus influencias folclóricas y de las músicas andinas.
«Canto desde chiquita; empecé cantando música andina colombiana, siendo mis primeros escenarios y grabaciones aquellos de música folklórica (y eso se me nota)», señala en la biografía publicada de su sitio web.
Han pasado 32 minutos. La música, en este caso, tradicional, permitió la conexión de dos generaciones diferentes y fue la excusa para revivir ese álbum de recuerdos. La música, en últimas, es una extensión de la memoria.
María Mar | Redes Sociales
- Instagram: https://www.instagram.com/mariamarmusic/
- Facebook: https://www.facebook.com/mariamarmusic
- Twitter: https://twitter.com/MariaMarMusica
- TikTok: https://www.tiktok.com/@mariamarmusic