«Somos hijas, madres, abuelas; podemos traspasar cualquier frontera»
‘COLOMBIANA’ (LILITH)
(Medellín, Antioquia, Colombia)
Por, Olugna
Señalada por desobedecer sus órdenes, sería marcada por un sello que habría de culparla por ser la causante ―básicamente― de la desgracia de la humanidad. Su rol, en la historia del mundo, había sido definido y su destino escrito en ese libro ―sagrado para algunos y profano para otros― que habría de ubicarla en una narración irónica en la que no podía ser protagonista, pero en la que, sin su presencia ―simplemente― la vida no sería posible. No fue una manzana la que despertaría su ira, sino la emancipación de esa criatura que había salido de la costilla de su primera creación. El relato fantástico de un ser creador, logró instaurarse como una versión oficial que puso a Eva ―y con ella a todas las mujeres― al servicio del hombre, de la familia y de los hijos.
Sin embargo, antes de Eva, hubo otra mujer que había desafiado sus órdenes y se negaba, según Primo Levi, a estar por debajo de Adán: «¿Es que no somos iguales, dos mitades de una misma pasta?», cuenta el novelista italiano que fueron las palabras definitivas que hicieron de Lilith, esa primera mujer que sublevó y exigió igualdad. Misteriosamente, su historia ―a diferencia de la Eva―, se esfumaría de la biblia y de las enseñanzas religiosas. Quizás, era más fácil señalarla de demonio que admitir que, incluso en una narración fantástica, resulta ridículo pensar que hay un sexo inferior.

Desde entonces, Lilith, ha sido recreada a partir de las diversas e inmensas posibilidades del arte. La literatura, la pintura y la música, han hecho de ella una musa; la religión y el conservadurismo, la ha convertido en un símbolo pecaminoso del que se debe huir; mientras que el Rock y sus sonidos más pesados, se han encargado de reivindicarla y de darle otro rol en la historia de la humanidad.
Sería el Rock ´n´ Roll, precisamente, el punto de partida para tres jóvenes ―inquietas, talentosas y rebeldes― que tomarían como inspiración la imagen de aquella primera mujer, para crear un proyecto en el que el Rock fuera una convicción y el poder femenino esa consigna que se transmiten en cada una de sus canciones, en cada tarima, en sus vidas.

Es así, cómo LILITH iniciaría un camino que se ha extendido por un poco más de dos décadas y ha dejado en su recorrido las placas discográficas ‘Playground’, grabada en 2004; ‘Requiem’, lanzado en 2010 y ‘Sin Miedo, presentado semanas atrás y con el cual, la agrupación conformada en Medellín, aborda esos diálogos ―vergonzantes e incomodos― que Colombia aún tiene pendientes: violencia, conflicto armado, abuso sexual, entre otros que son posibles de identificar a lo largo de sus 11 canciones, para convertirlos en reflexiones que se alejan de la victimización y procuran la reivindicación.
‘Sin Miedo’ recorre diferentes paisajes musicales sin desprenderse de esa crudeza que LILITH ha proyectado desde su formación. El Rock, con algunos matices de Metal, es fusionado con la música electrónica, el Hip Hop y ritmos tradicionales. Fiel a su nombre, es un trabajo que no teme en experimentar con otras posibilidades sonoras.
‘Sin Miedo’ contó con la participación de otras mujeres artistas independientes, quienes no solo sumaron su talento, sino que dejaron un poco de su identidad en cada una de las canciones en las que colaboraron. Es una producción musical que busca representar esa voz femenina que ―lejos de estar vencida― se manifiesta con fuerza, seguridad y convicción.
Miranda, Mary Hellen, Laura Azul, Bicha, Eliana Piedrahita, María José Camargo, Laura Gil, Sara Delgado y Claudia Cappelletti, fueron las artistas que aceptaron la invitación para formar parte de ‘Sin Miedo’.
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