(Kennedy, Bogotá D.C., Colombia)
Por, Olugna
No es un territorio amigable para el ser humano. Durante el día, la temperatura puede alcanzar los 50° para descender en la noche hasta los 0 grados; su extensa llanura anaranjada se ve interrumpida por pequeños espacios en los que el suelo se tiñe de verde y es habitado por mezquites, arbustos y cactus. Víboras, escorpiones y otras especies son anfitriones de una región inhóspita que atraviesa dos países; 260.000 kilómetros cuadrados de una zona agreste en la que miles de migrantes han perdido su vida y, con ella, el anhelo de un sueño americano. Millares de errantes, cuyos cuerpos han sido tragados por los buitres y su huella borrada por las tormentas de polvo que atraviesan a su antojo el desierto de Sonora.
Definido desde la antropología como una “enorme máquina de matar”, descrito por el periodismo como una “tumba de migrantes” y catalogado como uno de los territorios más calurosos del planeta, el desierto de Sonora ―salvaje, misterioso y místico― ha sido retratado por la pintura, recorrido a través del cine y narrado en las páginas de la literatura. A larga, lo que es imposible para el hombre, el arte lo hará realidad.
Sobre su suelo, un anfibio marrón que puede alcanzar los 20 centímetros de longitud, de piel suave y de glándulas abultadas, se ha convertido en un símbolo para la cultura mexicana y ha hecho de su nombre, Bufo Alvarius, una representación de la medicina ancestral y de su misticismo una tradición que ha permanecido intacta en el tiempo.
Es, precisamente, el Bufo Alvarius, sapo nativo del desierto de Sonora, cuya piel de color marrón, gris o verde oliva, segrega sustancias capaces de producir estados de alteración de conciencia, el que ha dado origen a una canción que rinde culto a la medicina ancestral de Latinoamérica, tomando como punto de partida el ritual en el que un chamán guía un viaje espiritual y ―si se quiere psicodélico― producido por la inhalación de los compuestos cutáneos del anfibio.
Lanzado el 7 de septiembre, ‘Alvarius’ es un relato sonoro que se desplaza por un sendero en el que el rock psicodélico y la música electrónica recrean una atmósfera de reverberaciones, secuencias y distorsiones, para formar una pieza musical que no hace uso de la palabra, porque ha encontrado en la ausencia de ella, la mejor forma de expresarse.
Compuesta y producida por Sour, agrupación colombiana de rock experimental en conjunto con Ruizó, proyecto mexicano de música electrónica, ‘Alvarius’, es una composición conceptual e instrumental que combina dos identidades musicales distantes entre sí, pero que permanecen unidas por esa esencia latina que recorre el continente americano.
Antecedida por The Loads, proyecto musical que se convertiría en su génesis, Sour empezaría a escribir su historia en el año 2012 en Kennedy, localidad octava de Bogotá. Influenciada por la psicodelia, el rock progresivo, el blues y otras corrientes musicales, la agrupación ha buscado proyectarse a través de un concepto que trasciende más allá de una posibilidad musical. Sus canciones son la expresión, en palabras de sus integrantes, de «un estado alterado de conciencia con una buena banda sonora».
Desde su mismo nombre, cuya interpretación simbólica es la danza entre el ácido y el LSD, Sour se ha proyectado bajo una identidad que se aleja de las voces guturales y los ritmos vertiginosos, para acercarse a los estímulos que provoca la música en el cuerpo, en la mente y en la conciencia de una persona.
Producido por Laboratorio Artístico de Bogotá, Sour daría a conocer en 2018 su primer trabajo musical, un EP homónimo con el cual la agrupación buscaba expresar su esencia fundamental.
―Un sonido ligero, tímbricamente intenso y un buen viaje espacial―, explica Alex Rendón, guitarrista de Sour.
Dos años después, inspirado en la cotidianidad de sus integrantes, vería la luz el segundo EP de la agrupación, bautizado con el nombre de ‘China Rice’, producción que refleja la evolución de Sour hacia un concepto ―quizás más introspectivo― de la existencia, que se refleja en cada una de las canciones que forman parte de esta producción.
―Quisimos proyectar un viaje en cada tema: tratar de encontrar ese “algo” que siempre quisiste, pero que finalmente todo queda en una sensación nihilista―, agrega Alex.
Influenciada, principalmente, por The Doors, Pink Floyd y Tame Impala, Sour crea un sonido que se desplaza por diversas atmósferas musicales, resultado de una experimentación sonora que se apoya en efectos técnicos, que además recoge elementos ajenos a la música, pero con los cuales desarrolla un concepto que excede una intención estética.
―Pink Floyd: los solos con escalas pentatónicas menores y escalas naturales menores con efectos de distorsión y modulaciones. Tame impala: una influencia directa en la guitarra rítmica con el efecto Phaser . The Doors: el órgano que, aunque no es utilizado en todas las composiciones, marca un referente de sonido que usualmente se escuchan en las bandas clásicas―. Concluye.
Sour | Integrantes
- Guitarra líder, bajo: Alexander Rendón
- Bajo, guitarra rítmica: Felipe Trejos
- Batería, percusiones: Julián Buitrago
- Teclados, bajo: Daniel Triviño.
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