Alucinada y perdida en el espacio no creo estar en este mundo,
mi mitad me dejó en la inopia y solo el consuelo del opio me hace verlo.
Aurora triste se acerca sigilosa a mi alma desahuciada, me toma de la mente y me lleva con ella a recorrer mis pesares del inconsciente. Me sumerge en Oniria dejándome al bagazo de la fantasía.
Imagino estar en el regazo de aquel que me mató; acariciando las pecas de aquel que me hirió; y besando los labios de aquel que me rechazó.
¿Aún lo extraño? eso es cierto, en las noches de desvelo, sueño con que vuelve a mí y me mata con su dedo, anillado de oro que toca mi consuelo.
Sin embargo, el oscuro Tánato siempre llega a media vigía nocturna, coge mi mano y me lleva a caminar con él. Pero Ilusión que todas las noches me presenta a Esperanza, no deja que baile con los ahorcados del edén.
Pero sigo aquí, llorando sin Consuelo porque Ilusión siempre sostiene mi sueño
de volver con aquel que mató mi desvelo.
Por, Isabel Serna
Medellín (Colombia)
Reseña del Autor
Soy Isabel Serna, de Medellín, La Ciudad de la Eterna Primavera, estudiante de Comunicación Social y gran amante de la literatura romántica y maldita.
Mi autor favorito es Bukowski…
Conoce más de Isabel
Revisó: Erika Molina Gallego (Editora Narraciones Transeúntes)
“Un texto lleno de elegancia, belleza y misticismo”