La fábrica de agua de Bogotá: la sabia manera de crear de la naturaleza

Cuando era niña, en las épocas de invierno en el Quindío, veía como mi abuela Hilda recogía el agua de la lluvia por medio de canales hechas con guadua que rodeaban la casa y la vertían, desde cada esquina, a unos baldes grandes.

“Lo que uno no sueña es lo que no logra”

 

Cuando era niña, en las épocas de invierno en el Quindío, veía como mi abuela Hilda recogía el agua de la lluvia por medio de canales hechas con guadua que rodeaban la casa y la vertían, desde cada esquina, a unos baldes grandes. Ella tiene ritos para ahorrar agua en actos cotidianos como lavar los platos o ducharse, pues los considera como  una importante fuente que permite preservar este líquido vital. Ahora veo la riqueza finita de Chingaza y pienso que si tuviéramos la conciencia de mi abuelita, la realidad del agua sería distinta.

 

El Parque Nacional Natural Chingaza está ubicado en la Cordillera Oriental de los Andes, al noreste de Bogotá; conformado por 11 municipios, 7 de Cundinamarca: Fómeque, Choachí, La Calera, Guasca, Junín, Gachalá y Medina; y 4 municipios del Meta: San Juanito, El Calvario, Restrepo y Cumaral.Sus ecosistemas predominantes son los bosques altos andinos, subandinos y páramos,  refugio de fauna y flora fundamentales para el ciclo del agua. Se estima que la flora total del Parque sobrepasa las 1.000 especies, muchas de ellas endémicas –es decir que sólo existen en esa región–. Una de estas especies es el  frailejón llamado Espeletia uribei, que  crece en la franja de vegetación entre el páramo y el bosque alto andino. En el Parque se encuentran algunas especies reportadas para Colombia en peligro de extinción, como el oso andino (Tremarctos ornatus), el venado cola blanca (Odocoileus virginianus goudotii), el venado colorado (Mazama Rufina ó virginianus apurensis), la danta de páramo (Tapirus pinchaque), el cóndor de los Andes (Vultur gryphus), el borugo de páramo (Cuniculus taczanowskii), el gallito de roca (Rupicola peruvianus) y el puma (Puma concolor), información vista en su página Web.

La neblina de este lugar abraza al visitante con ese frío único que hace sentir la vida que vibra en la fábrica de agua de los bogotanos. Chingaza abastece a los capitalinos con cerca del 80% de agua que ellos consumen. A lo largo de la historia hídrica de la ciudad se han construido diferentes embalses y  plantas de tratamiento, sin embargo se necesitan obras grandes pensadas a futuro, ya que el agua del parque es tan finita como la del resto del planeta.

Laguna del Medio

Debemos ser conscientes del consumo de agua por medio de campañas educativas y darnos la oportunidad de visitar el Parque Nacional Natural Chingaza, además de pedagógico,  es una forma que a la vez es recreativa. Para visitar este lugar se debe hacer una solicitud de ingreso a través de reservas.ecoturismo@parquesnacionales.gov.coo comunicarse al teléfono (031)3532400 ext. 3011 y 3012 o personalmente a la calle 74 No 11-81 en Bogotá. También existe la posibilidad de dormir en esta reserva. Se puede llegar en carro y es imprescindible llevar la indumentaria adecuada para resistir el agua y el barro y caminar por sus senderos. Se recomienda, también, llevar agua y comida.

Uno ama lo que conoce y al observar todo este despliegue de frailejones y lagos que desprenden arterias de agua por doquier, se siente toda la fuerza y riqueza de la sabia naturaleza que produce líquido vital para vivir. La conciencia que permite ver este panorama ligado a entender que el agua es un recurso finito, merece la atención. Visite lo más pronto posible a Chingaza.

Laguna Chingaza

Pero para “salvar el mundo” no sólo se necesita ahorrar agua, se necesita una unión para crear la nueva gestión alrededor de ella, debe ser un tema de planeación participativa entre la comunidad, lo público y lo privado, con observatorios regionales ambientales. El doctor Ernesto Guhl Nannetti describe este planteamiento en el conversatorio:Agua, eje de ordenamiento territorial, en el queademás ofrece un contexto histórico del agua en la capital colombiana. Nannetti ha trabajado en la Propuesta de la Delimitación Territorial de la Región Hídrica Cundinamarca-Bogotá.

Este conversatorio genera varias preguntas: ¿Qué estamos haciendo con las aguas residuales? ¿Existe conciencia sobre la huella del agua en el río Bogotá? ¿Somos una región sostenible? ¿Adónde va a parar el agua lluvia? ¿Si en otros países se reutiliza hasta siete veces, cuánta de esta se aprovecha con el tratamiento de aguas residuales en Colombia? Es en estos puntos claves en los que hay que actuar como mi abuela, de forma consciente y compasiva.

Otro aspecto clave de esta conferencia es el llamado de alerta a hacer las cosas de una manera más sostenible, estamos acabando con los mejores suelos agrícolas de Colombia para construir casas. Dependemos del agua de los páramos y estos están en peligro. Factores como el Cambio Climático y el uso inadecuado del suelo hacen que el terreno presente una crisis. A la ciudad hay que verla de manera compleja dando prioridad a los ecosistemas y no a los megaproyectos urbanísticos que necesitan tener límites. Hay que despertar el interés para recuperar el río Bogotá, apreciar el valor del líquido vital con una cultura del cuidado, donde las fuerzas de todos se unan para tener agua segura y de calidad por más tiempo.

 

¡El derecho al agua define el futuro de la humanidad¡ 

Los contrastes del Caribe

En cuarenta minutos en carro desde Cartagena se llega a Barú para deleitarse con un mar azul turquesa y una arena blanca llena de turistas de muchas nacionalidades; algunos se han convertido en dueños residentes del lugar con restaurantes, hoteles y hostales. 

«El Caribe me enseñó a ver la realidad de otra manera, a aceptar los elementos sobrenaturales que forman parte de nuestra vida cotidiana. Es un mundo distinto… La síntesis humana y los contrastes que hay en el Caribe no se ven en otro lugar del mundo… Y no solo fue el Caribe. El me enseñó a escribir pero también es la única región del mundo donde no me siento extranjero»– Gabriel García Márquez

En las playas del Caribe todos están descalzos, con sus cuerpos expuestos al sol, dando una sensación de igualdad y tranquilidad que va al compás con el sonido del mar. Mi pequeño recorrido caribeño empezó en Cartagena, en la parte histórica, caminando sus calles y enamorándome sin querer de su belleza antigua y de sus sonidos de tambores de los grupos callejeros.

En cuarenta minutos en carro desde Cartagena se llega a Barú para deleitarse con un mar azul turquesa y una arena blanca llena de turistas de muchas nacionalidades; algunos se han convertido en dueños residentes del lugar con restaurantes, hoteles y hostales. Vi a Playa Blanca, su belleza y sus problemas ambientales preocupantes, la mala disposición de basuras, la falta de agua potable y la falta de energía eléctrica.

Evidentemente es un sector con una demanda turística muy alta, que con una adecuada administración podría ser un sitio inteligente con turismo sostenible. Existe en ese sector el Aviario Nacional que cumple con un turismo que educa sobre las diferentes especies de aves, uno de los tantos sitios de contemplación de fauna y flora que tiene el Caribe

¿Qué responsabilidad ambiental tiene el turista extranjero? ¿Cuánta agua potable tiene el Caribe Colombiano?  ¿Por qué no usan paneles de energía solar y a quién le corresponde este emprendimiento?. Según un reciente artículo en el periódico el Heraldo, el Atlántico está incluido en el Corredor Turístico del Caribe con Bolívar, Magdalena, Cesar y La Guajira, en este participan Barranquilla, Puerto Colombia, Galapa, Baranoa, Juan de Acosta, Tubará y Usiacurí. Este artículo también resalta información por parte del  ministerio de Comercio, Industria y Turismo sobre el repunte que ha tenido el territorio atlanticense en los últimos años en  turismo, consolidándose como un destino de interés para los viajeros de América Latina y el Caribe.

«El Caribe me enseñó a ver la realidad de otra manera, a aceptar los elementos sobrenaturales que forman parte de nuestra vida cotidiana. Es un mundo distinto… La síntesis humana y los contrastes que hay en el Caribe no se ven en otro lugar del mundo… Y no solo fue el Caribe. El me enseñó a escribir pero también es la única región del mundo donde no me siento extranjero»Gabriel García Márquez

Un turismo sostenible es una herramienta para abrir el camino para consolidar la paz y debe ser así, porque el agua es un recurso limitado y esta escasez se siente con más peso en el Caribe. Un departamento con mucho para ofrecer al turista que le urge re-pensar como preservar su oferta hídrica a través de miles de modelos ya existentes en el mundo. Por ejemplo, la basura que se encuentra en las playas caribeñas, que a mi juicio, es el peor problema es fruto del desconocimiento y la falta de educación para saber que la basura es energía y que por tanto se transforma. En esta era, la tecnología de punta está al alcance de todos y con esto la evolución y una mejor forma de cuidar los ecosistemas.

Visitar el Caribe siempre es un placer y tal como lo describe García Márquez, sus contrastes son alucinantes, mágicos y en ocasiones desgarradores ¿Hasta cuándo podemos apreciar éste y otros paraísos colombianos con el ritmo de consumo e insuficiencia energética que llevamos?

En las payas de Barú se puede nadar en la noche en un rincón del mar para ver los colores fluorescentes del plancton, un conjunto de organismos de pequeño tamaño que tienen como característica principal habitar la columna de agua con limitada capacidad de contrarrestar las corrientes de la misma.

El término ‘plancton’ proviene de un vocablo griego que significa ‘errante’, el cual fue acuñado en 1887 por el alemán Victor Hensen para describir a los organismos que derivan con las corrientes marinas y dulceacuícolas. Los organismos del plancton pueden ser útiles indicadores de los cambios ocurridos en los ecosistemas por su rápida respuesta a las condiciones ambientales dictadas por sus, relativamente, cortos ciclos de vida y sensibilidad a la contaminación. Antes de sumergirse en este mundo marino, los guías locales ofrecen información básica del plancton con estas cifras: “… del 100% de plancton del planeta queda el 40%…”. Ellos, por lo general, suelen ser personas de la región o extranjeros que  llegan de paseo y terminan enamorados como muchos de este paraíso.

Mi recorrido terminó en el XI Carnaval de las Artes en Barranquilla, un evento de entrada libre de tres días, cargado de música y literatura en una ciudad seductora, limpia, verde, con una arquitectura magnifica e impecable y sobretodo con la peculiar amabilidad de su gente.

Por, Yuliana Saavedra

@Yulsx

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César Ocampo es un científico humanista que tiene un doctorado en Optimización de los Caminos Espaciales, es un quindiano que trabaja en la NASA con el objetivo de que la tripulación de esta enorme entidad científica llegue al planeta Marte. Además está en Colombia trabajando en una revolución educativa muy interesante. En esta entrevista nos habla de estos y muchos temas relacionados con el poder de la educación científica, el papel de los políticos y la religión.

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