Por, Olugna
James Hetfield recibió de Connie, hermana mayor de Clifford Lee Burton, un poema que este había escrito y que ella encontró organizando las pertenencias del joven músico fallecido semanas atrás.
Connie, hermana mayor de Cliff, días antes de la gira, le había pedido que desistiera de la misma. «Sé exactamente a que te estás refiriendo, pero tengo que ir. Es mi trabajo», fue la respuesta que recibió por parte de Burton.
Llámese destino o una entrega profunda a Metallica, su hermano se marchó a cumplir con su misión. La noticia la sorprendió en medio de un juego de bolos. Era demasiado tarde, Cliff no regresaría a casa.
La vida de Burton estuvo rodeada de gran misticismo, eventos inesperados trazaron el rumbo que seguiría desde su niñez hasta la madrugada de aquel 27 de septiembre en una carretera rumbo a Copenhague, su última parada.
Cada suceso, disfrazado de casualidad, fue una pieza de un “Lego” que tomó forma cuando la muerte lo sorprendió de manera trágica. Cada ficha había sido puesta cuidadosamente, para formar la imagen de un hombre que se convirtió en el símbolo de una de las agrupaciones más importantes en el rock pesado: Metallica.
A los seis años empezó a formarse como músico, se pensaba entonces, que sería el piano el instrumento al que se dedicaría. No fue así, en 1975, su hermano Scott fallecería de un aneurisma cerebral, Burton prometió en su honor, convertirse en el mejor bajista. El “Lego” empezaba a tomar forma.
No fue fácil adaptarse al nuevo instrumento, pensaron sus padres que no lo lograría. Sin embargo, la disciplina y persistencia de Burton empezarían con el tiempo a rendir sus primeros frutos. No solo se adaptó, sino que encontró en las cuatro cuerdas una conexión que iba más allá de un prodigioso talento.
Definitivamente no era un bajista convencional. El sonido distorsionado que alcanzaba con el bajo eléctrico, su formación en música clásica y jazz, junto con esa personalidad agresiva, le abrieron las puertas de Metallica en 1982. James y Lars le propusieron unirse a ellos, luego de la presentación de Trauma, banda de la que Burton formaba parte por aquel entonces.
Metallica, de manera decidida quería a Burton en su formación. La banda se mudó de Los Ángeles a San Francisco, esa había sido la exigencia del nuevo bajista. Definitivamente, las piezas estaban tomando forma.
Metallica ya tenía 9 canciones preparadas del Kill ‘em All, su álbum debut, por lo tanto, la colaboración de Cliff en estas fue bastante limitada. Sin embargo, en (Anesthesia) Pulling Teeth, el décimo corte del disco, aparece como autor.
Los años posteriores la influencia de Burton en Metallica se hizo mucho más fuerte. La esencia del bajo en Ride the Lightning, segundo disco de la banda californiana, se transmite en todas las canciones. The Call of Ktulu y For Whom the Bell Tolls, son obras maestras en las que Cliff puso su firma en composición, acordes y distorsión.
Master of Puppets ha sido definido como uno de los mejores álbumes de thrash metal que se haya grabado y uno de los trabajos emblemáticos de Metallica. Con este, la agrupación se consolidaba como una de las más poderosas de la época, al tiempo que Cliff daba un paso más hacia la inmortalidad.
La gira de lanzamiento de Master of Puppets fue la despedida para el chico de pelo largo, de actitud agresiva en el bajo y de “botas de elefante”. Luego de su paso por Estados Unidos en la que compartió tarima con Ozzy Osbourne, Metallica se dirigió a Europa. El 26 de septiembre terminó su presentación en Suecia, la última canción que interpretó Cliff fue un cover de Blitzkrieg. La madrugada del 27, rumbo a Copenhague, el bus en que se transportaba la agrupación se accidentó. La última pieza había sido colocada.
Aún con el impacto que significó la tragedia, Metallica debía continuar el camino que Burton ayudó a trazar. La familia del músico motivó a los integrantes de la agrupación para que no claudicaran. Cliff, no estaría físicamente con ellos, pero simbólicamente los seguiría acompañando.
Burton, según describe su hermana en el documental The Salvation Kingdom, producido en honor al bajista, era un joven influenciado por la espiritualidad. Aunque nunca se declaró abiertamente como creyente, agnóstico o ateo, Burton prestaba especial atención a los discursos de Billy Graham, reconocido pastor evangélico que transmitía sus discursos en televisión abierta. De allí, afirma Connie, se inspiró para componer To live is to Die.
El tema recoge los sentimientos que en James, Lars y Kirk, había provocado la muerte de Clifford. Tomando riffs que Burton había creado, dieron forma a la canción, casi sobre el final, Hetfield recita un fragmento de un poema escrito por Burton:
«When a man lies, he murders some part of the world, these are the pale deaths which, men miscall their lives. All this I cannot bear, to witness any longer. Cannot the kingdom of salvation take me home?»
«Cuando un hombre miente, mata una parte del mundo, estas son las muertes pálidas, a las que los hombres mal llaman sus vidas. Ya no puedo soportar, ser testigo de todo esto. ¿No puede el reino de la salvación llevarme a casa?»
La rudeza de los solos en cada uno de los instrumentos en To Live is to Die, octavo corte del And Justice for All, cuarto álbum de la banda y primero sin Burton, hacen de este, un tema estremecedor. Cada acorde rinde homenaje a la vida del joven músico. Al igual que la breve vida de Cliff, la canción es interrumpida de manera abrupta por el final.
El 15 de enero de 2020 Ray Burton, padre de Cliff, falleció a la edad de 94 años. Él fue el gran mentor de su hijo y hasta el final, procuró mantener su legado vigente.