‘Ya no quiero’ (Sangi Jiménez): cuando decir “no” también es una forma de sanar

«Cuando me alejé me puse interesante Ahora quieres lo que ya no puedo darte»
‘Ya no quiero’ (Sangi Jiménez)

Por: Olugna

Hay decisiones que no se anuncian a gritos. No hacen falta fuegos artificiales, ni frases contundentes lanzadas al vacío. Simplemente se toman, a solas, después de mucho pensarlas. Y aunque puedan parecer pequeñas desde fuera —cambiar una rutina, soltar una costumbre, dejar de responder un mensaje—, por dentro marcan el inicio de algo más grande: el acto de volver a uno mismo.

A veces se confunde el amor propio con frases motivacionales o postales color pastel. Pero, en su forma más cruda, no siempre es bonito. Puede ser incómodo y provoca dolor. Muchas veces implica renunciar a algo que alguna vez se deseó profundamente y decir “no” cuando aún hay ganas de decir “sí”. Significa alejarse sin certezas. Y, en ese umbral, entre la pérdida y la libertad, entre el silencio del otro y la claridad propia, aparece ‘Ya no quiero’, de Sangi Jiménez.

La canción no empieza con estridencia y en su tono no hay dramatismo. Más bien, se percibe en ella un aire de aceptación, como si ya todo hubiera sido dicho antes y fuera, finalmente, la última página de un capítulo que llevaba demasiado tiempo abierto. La voz de Sangi Jiménez, no suena enojada, tampoco herida. Simplemente es determinada y es el retrato de alguien que se cansó de justificar lo injustificable y que, por primera vez, eligió poner límites sin culpa.

―Como cantautora quiero reflejar sentimientos reales, amor propio y vivencias naturales y orgánicas―, señala Sangi Jiménez.

«Ya pasó tu tiempo. Ya pasó, ya no quiero más tus besos», canta en las primera línea y con esa frase se marca el rumbo del sencillo. Aquí no hay espacio para la nostalgia, ni para los finales románticos. Es una afirmación clara: el ciclo se cerró y no hay retorno.

La base rítmica es ligera, casi bailable. Pero no se confunde con la frivolidad, lugar común en algunas expresiones urbanas. Es una canción con mensaje. La música avanza con suavidad, mientras que las palabras cargan el peso de una experiencia vivida. Son los pasos firmes de una mujer sobre una historia que ya no duele, pero que sí dejó una marca.

«Todavía tengo cicatrices sobre mi cuerpo»

No se trata de heridas abiertas, son cicatrices: señales de lo que pasó, pero también testimonio de la lección que dejó una historia de amor. Hubo dolor, pero también un proceso; hubo caída, pero también un espacio para reconstruirse.

―Quiero demostrar con mis letras que aún existen las cosas buenas, que hay buenos sentimientos―, agrega la artista dominicana.

La letra no entra en mayores detalles. No hay nombres, no hay fechas, no hay explicaciones. Tampoco hacen falta. Cualquiera que haya estado en una relación que drenaba más de lo que aportaba, reconocerá ese momento en el que ya no tiene caso discutir, las explicaciones ya están de más y la respuesta más efectiva es el final.

En ‘Ya no quiero’ no hay rencor: «No te engañes porque yo no guardo ya ningún rencor, solo ya no te quiero conmigo». Esta frase encierra algo fundamental: no se trata de venganza, es un desapego genuino, una separación emocional que no necesita enemistad para ser definitiva.

―Es importante perdonar, pero eso no significa volver a cometer el mismo error de estar con alguien que en el pasado te hizo daño―, complementa.

El contexto en el que esta canción llega también es importante. En un mundo donde el empoderamiento muchas veces se traduce en exageración o confrontación, ‘Ya no quiero’ propone otra forma de afirmarse: desde la mesura, desde la claridad interna y desde la decisión que no necesita ser validada por nadie. No busca convencer a quien la escucha, sino acompañarlo si alguna vez ha sentido lo mismo.

Sangi Jiménez, con esta pieza, se alinea con una generación de artistas que entienden que la vulnerabilidad no es lo opuesto a la fortaleza, sino una forma honesta de expresarla. Su voz no intenta dramatizar lo vivido, solo lo muestra. Es una canción sencilla con que finaliza una historia conflictiva que agotó a su protagonista.

―Es una canción perfecta para aquellas personas que ya han empezado a experimentar el amor de pareja, también para los y las que hayan pasado por muchas situaciones en su relación; y para los y las que ya tienen un buen tiempo buscando amar a alguien―. Finaliza.