La XXVII Feria Internacional del Libro de Bogotá – FILBO 2014 sobrepasó las expectativas en ventas y visitantes para este año, más de 400.000 visitantes dejaron alrededor de 22.000 millones de pesos en compras. No podría ser diferente, ya que en este evento se contó con la participación de dos premios nobel, aunque cada uno de manera diferente: el peruano Mario Vargas Llosa y el fallecido Gabriel García Márquez, a quién se rindió un pequeño homenaje póstumo y la colección de sus libros fue una de las más vendidas.
Pero entonces, ¿por qué de acuerdo con las cifras suministradas por el DANE, en Colombia una persona se lee en promedio 1.9 libros por año?, eso quiere decir que leemos un libro y casi que alcanzamos a leer otro, ¿Qué pasa con la cantidad de ediciones compradas en la FILBO?, ¿Será que simplemente pasan a adornar las bibliotecas de nuestros hogares?, muy posiblemente.
En mi visita a la Feria observé que simplemente se ha convertido en un mercado persa, atrás quedó el encuentro de lectores. Ese gran espacio, que en versiones anteriores se destinaba para la tertulia y compartir comentarios sobre los libros que habíamos leído, quedó reducido al único pabellón que brindó esta oportunidad: el infantil, que precisamente, estuvo diseñado para que los niños interactuaran con la literatura. Hubo suficiente espacio para caminar y sentarse a leer con los niños, situación realmente diferente a la de otros pabellones, donde caminar fue casi imposible, al parecer, se redujo el espacio peatonal para aumentar el área de los stands. No pude dedicar mucho para tiempo para buscar literatura, pues con tanta gente fue imposible.
Me preocupa, que si miramos a nuestro vecindario estamos muy atrás del promedio de lectura; en Chile y Argentina se lee un promedio de 5 libros al año por habitante y ni hablar de países como Alemania o Noruega, cuyo promedio es de 17. Es preferible tener una Feria que nos incite a la lectura, que nos brinde espacios para ello y su objetivo no sea solo vender libros baratos.
Recordemos que los colombianos somos compradores compulsivos y más aún cuando hay rebajas o las populares ofertas de compre dos y le regalamos el tercero, siempre tendrán buena aceptación sin importar su contenido.
Por lo demás, felicito a FILBO y me alegra bastante su éxito en ventas, pero es hora de pensar más en la promoción de la lectura en los colombianos y menos en el mercantilismo de la literatura.
Edward Carrillo
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