(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Andrés Angulo Linares
La pasión por la música trasciende los géneros definidos a partir de un sonido, invade los sentidos, atraviesa el tiempo; es un viaje emocional en el que se desprenden fibras y se despiertan sentimientos que mutan de acuerdo con el efecto que haya causado en los oídos de quien percibe una composición.
Hay canciones que se quedan en la memoria colectiva, artistas que trazan un legado en una generación, sonidos que se convierten en la banda sonora de historias de amor y desamor, escritas –muchas veces– desde las entrañas.
La balada romántica en español, género que identificó a una gran parte de la sociedad Hispanoamericana en el siglo XX, específicamente entre los 70’s y 80’s, décadas en la que obtuvo mayor notoriedad, se caracteriza por la fuerza de sus letras, muchas veces desgarradoras, otras tantas nostálgicas.
Entre los artistas más representativos de la época, se encuentra Salvatore Adamo, artista nacido en Comiso, Sicilia, y nacionalizado con el tiempo en Bélgica. Muchas de sus canciones se instalaron en la historia musical en América y Europa; sus composiciones cruzaron fronteras, siendo adaptadas por él mismo en diferentes idiomas.
Una de ellas, La noche (La Nuit en su versión original en francés), el pasado 31 de marzo incursionó en los caminos del rock alternativo a través del sonido de Yooko, agrupación bogotana que la adaptó a un estilo contemporáneo matizado, como la misma banda afirma:
—con una mezcla de colores musicales que van desde matices europeos de los años 70, hasta pinceladas de pasillos y bambucos en las noches del verano tolimense.
Con esta versión, Yooko, rinde un homenaje a los sonidos de una generación que sus integrantes no conocieron; pero que crecieron, de alguna manera, con la influencia que tuvieron los mismos en la sociedad latinoamericana actual.
—Quién no ha cantado en alguna ocasión «La noche, me hace volver, ¿enloquecer?». ¡La Noche es bella, mágica, misteriosa! —expresa Yooko en la descripción del ‘lyric video’ en YouTube.
Yooko, durante ocho años de trayectoria, ha forjado una identidad trazada por el new folk alternativo, género que le permite experimentar en su sonido con elementos propios del rock y combinarlos con instrumentos tradicionales de nuestro país.
Juan Pablo Gálvez, Andrés Beltrán, Diego Gálvez y Andrés Gálvez, integrantes de Yooko, lograron impregnar la esencia de la agrupación en esta adaptación.
El ‘lyric video’, en la nueva versión de La Noche, es una pieza audiovisual en la que se respiran diferentes atmósferas propias de la literatura: nostalgia, soledad y lluvia; al tiempo que juega con elementos propios de la bohemia: un cigarrillo, un vaso licor y una caminata nocturna; mientras que recrea escenografías distantes, pero unidas por la melancolía: la calma del malecón, el caos de la urbe visto desde una terraza.
«Tu amor de noche me llegó y un claro día se me fue; maldigo el sol que se llevó tus juramentos y mi fe…»
Línea por línea, verso por verso, La Noche es una composición poética que, por sí misma, trastoca los sentidos, y al encontrarse con la música –en este caso el rock–, se convierte en una pieza artística para recordar, extrañar y evocar a esa persona.
«La noche me hace volver a enloquecer, la noche calma mi ansiedad porque te espero y creo en ti, que me atormentas sin piedad»
—Se pueden hacer canciones de amor profundas, que suenen sinceras –que es lo más importante–. Cuando es así no suenan tontas o ñoñas —respondió Salvatore en una entrevista dada al diario español La Razón de España.