(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Andrés Angulo Linares
El punk le canta a la cotidianidad, le rinde culto a la calle. A través de sus letras se retratan historias sencillas a un ritmo apresurado, pareciera que en él no hay espacio para declaraciones amorosas; sin embargo, no hay nada más cotidiano, callejero y vertiginoso que el amor.
El amor, al ser la más humana de las emociones está más cerca de la imperfección que del idilio; va más allá de la lógica y se acerca a la visceralidad de las emociones; no se descifra desde la racionalidad, sino que se acepta desde una visión más primitiva que lo hace más honesto.
«Si antes no era nada, hoy mi alma está abrumada, no me lo explico, no hay sentido, tu presencia, la siento cerca, y hoy sigo preguntándome: ¿Qué diablos viste en mí?…»
Imperfecto, uno de las 11 canciones que integran el segundo trabajo de la agrupación de punk/rock bogotana LAPM titulado bajo el nombre de Laberinto, es una declaración sincera en la que el amor, aunque imperfecto, es concebido como esa pieza que completa nuestra existencia.
«Imperfecto, bastante errático y tosco, poco confiable y defectuoso, un ser humano tormentoso, pero contigo estoy completo, de tu destino (el elegido) imperfecto, pero completo».
Detrás de la letra de Imperfecto, se escribe una historia real inspirada en uno de sus integrantes, ante del nacimiento de su hijo. «Es un homenaje al amor a la familia y a los hijos», declaró LAPM en el comunicado de prensa.
El video que acompaña a Imperfecto, es una puesta en escena basada, precisamente, en la cotidianidad de un restaurante bar. Es una historia sencilla: un hombre que en medio de sus labores cuestiona en la razón que fundamenta el amor que su pareja siente por él:
«Entre miles de opciones, que te apuesto son mejores, ¿Por qué llegaste a mí? si yo soy…»
En Laberinto, LAPM recoge la experiencia adquirida desde su fundación en 1997; es, también, el segundo trabajo de la agrupación luego de dos décadas de su álbum debut Buscando Problemas.
—Es un reflejo de las emociones que vivimos en todos estos años en donde crecimos, ingresamos al mundo laboral y conformamos familias —Camilo Forero, baterista de la agrupación.
LAPM conserva influencias Bad Religion y NOFX, agrupaciones que caracterizaron los sonidos de California entre los 80’s y 90’s, y sobre las cuales ha construido su trayectoria en el punk/rock colombiano, inyectándole su sello personal.
—En nuestro propio laberinto musical todo lo que hemos escuchado en estos años de géneros como hardcore, metal, pop, indie, ha tenido cabida y se refleja en canciones como Imperfecto, Hijo de tus calles o Polaroid, en donde nos apartamos de nuestro sonido tradicional —explica Juan Antonio, bajista.
LAPM – Integrantes
- Voz: Juan Felipe Cabrera
- Batería: Camilo Forero
- Guitarra: Camilo Arbeláez
- Bajo: Juan Antonio Rivas
- Guitarra y voz: Mauricio Gómez
—Somos un canal para que quienes nos escuchan puedan exteriorizar lo que sienten —finaliza Juan Felipe.
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