«Yo me pregunto, ¿por qué oculto lo que soy? Desesperado y sin ninguna salvación»
‘DESESPERADO’ (A.S.M.A)
(Bogotá D.C., Colombia)
Por, Olugna
Entonces, todo cambió en la ciudad de cintas amarillas y telas verdes. Eran las mismas calles; pero, algo en ellas, era distinto. El aire también lo era. El cielo se percibía de manera diferente. Fueron dos años y medio que, vistos en retrospectiva, parecen un pequeño instante en el que el tiempo se detuvo, aunque las manecillas del reloj jamás dejaron de marcar el inicio de cada día y el final de cada noche. Ahora, poco se habla de ello; sin embargo, la pandemia, trazaría un hito definitivo en la vida de todos.

Fueron meses complejos y extraños. Los individuos fueron encerrados junto con sus ansiedades; mientras que afuera, en las calles, la ciudad ―entendida como un organismo vivo― respiraba más tranquila sin la presencia del depredador más peligroso de la naturaleza. Los titulares otrora bañados por la sangre de la muerte violenta, ahora registraban una forma más silenciosa de morir. El victimario ―en esta ocasión― era otro, se presentaba como COVID-19.
El encierro, contrario a las expectativas de los más optimistas, no cambió la forma de ser de los individuos. La zozobra, la ansiedad constante y el delirio, aunque ya no se paseaban por las calles, siguieron presentes, esta vez, encerrados en casa. Fueron días intensos en los que las teorías conspirativas dejaron de ser ficciones aisladas, para tomar fuerza y extenderse ―así fuera por un instante― a la orilla de la sensatez. El Nuevo Orden Mundial, entonces, podría tener algo de fundamento.
Sobre este escenario ―algo oscuro y un tanto inquietante―, el rock sería para muchos el placebo anhelado, el desahogo necesario que les daba alivio y les mostraba un escape. Para otros, en cambio, seguía siendo un instrumento para atreverse a cuestionar y ―si es preciso― un arma de protesta. Gran cantidad de agrupaciones, con sus piezas musicales, buscaron continuar con la misma fuerza que tenían antes del 25 de marzo de 2020 y siguieron inyectando veneno a través de sus líricas y estridencias contaminadas.

Al sur de Bogotá, A.S.M.A, una de las tantas agrupaciones independientes de las expresiones extremas del rock, hizo del encierro, el punto de partida que le permitiría definir un nuevo rumbo para su sonido. Alex, Junior de Lima y Edward Vargas, deseaban explorar los senderos densos del groove, sin dejar atrás la explosión visceral y vertiginosa del punk. La pandemia, para sus integrantes, fue la excusa precisa y el Nuevo Orden Mundial, la inspiración para crear una canción que les permitiría expulsar la angustia del aislamiento. Así nació ‘Caos’.
―Su título lo dice: ¡Fue un caos! La confusión, la incertidumbre de ver cómo, mientras unos permanecíamos encerrados, otros perdían la batalla del COVID―, explica Alex Porras, bajista y vocalista de A.S.M.A.

En sus integrantes, también, algo había mutado. Su forma de hacer música, esta vez, bajo la premisa de explorar otras texturas, era mucho más densa; sus riffs melódicos, más prolongados y melódicos; la voz de Alex ―más cercana al punk―, ahora encontraba en Junior, guitarrista de A.S.M.A, un complemento más grave, ronco y rasgado. ‘Caos’, de esta manera, no solo era la catarsis del encierro; era, además, el primer paso en los senderos rápidos y espesos del punk/groove.
Influenciada por los sonidos de A.N.I.M.A.L y Ultrágeno, ‘Caos’, sin perder la esencia de A.S.M.A, adquiere fuerza a medida que avanza, gracias a las distorsiones de la guitarra. El bajo, por su parte, es más agresivo y ―junto a la batería―, construye una atmósfera permeada por un sonido mucho más rudo y elaborado.
‘Arrojando Siempre Música Agresiva’, es la segunda canción del nuevo camino que estaba explorando el trío conformado en 2010. Su título, desglosa el acrónimo que da forma al nombre de la agrupación y encierra la filosofía bajo la que fue concebida. Al igual que ‘Caos’, el sonido de la guitarra, es definido por estridencias brillantes y riffs melódicos, que se extienden en el intermedio y dan oxígeno entre los segmentos de la composición.
La voz de Junior en ‘Arrojando Siempre Música Agresiva’ es protagonista. Es mucho más rasgada y transmite la furia de habitar una sociedad indiferente. Su inspiración, por supuesto, toma la realidad colombiana; su lírica, desarrollada en frases cortas y directas, cuestiona la violencia y el poco valor que tiene la vida en un país atravesado por la muerte e invadido por la violencia.
―Así sea por unos segundos, debemos intentar ponernos en los zapatos de nuestros compatriotas que sufren estos flagelos a diario―, agrega Alexander.
La presencia del punk en ‘Desesperado’, tercer bocado de la transición hacia el nuevo sonido que estaba explorando la agrupación, es mucho más marcada y se turna con los matices propios del groove. Es una canción vertiginosa, en la que la batería marca un ritmo desaforado y va en sintonía con la rabia que proyecta su lírica. Tres minutos de duración son suficientes para dejar clara la intención que persigue su letra: gritar, salir del encierro ―en este caso emocional― al que es sometido todo individuo y le impide desarrollarse en libertad.
―La inspira esos momentos en que reconocemos que somos ese personaje que la sociedad quiere ver y no aquel que quisimos ser―, complementa el músico.
‘Desesperado’, si se quiere, es un tributo a los sonidos punkeros de los 80 y evoca la anarquía que ha identificado al género desde sus orígenes; es un homenaje a esa identidad que proyectó A.S.M.A en sus primeros diez años y con la que logró posicionarse en la escena local. No es para menos, si algo tienen claro sus integrantes, es que las raíces no se niegan. No obstante, es una canción que no pierde el nuevo rumbo y se las arregla para incluir riffs brillantes y sonoridades compactas.
Un segmento instrumental de 30 segundos es el preludio de ‘Rebelión’, la cuarta muestra del punk/groove que estaba buscando A.S.M.A. Es una canción que tampoco olvida sus raíces, pero en el que la presencia de texturas provenientes del metal es más definida. Es rápida, contestataria y agresiva. Así debía ser. Nacer en Latinoamérica, trae implícito un mensaje: el odio, la violencia y la opresión, son parte del paisaje; no hay otra opción más que la de alzar la voz, empuñar las guitarras afiladas y enfrentarse al establecimiento.
―Se inspira en el inconformismo que siempre se ha manifestado en este país y que muy pocas veces es escuchado―. Señala A.S.M.A.
La agrupación bogotana, reuniría estas cuatro canciones en una producción musical, que sería dada a conocer bajo el nombre de ‘Fuego y Caos’, el primer EP de la segunda parte de su historia. ‘Caos’, ‘Arrojando Siempre Música Agresiva’, ‘Desesperado’ y ‘Rebelión’, fueron grabadas en una misma jornada, en formato live session en las instalaciones de A Fuego Centro Cultural, bajo la producción audiovisual de Mauricio Vela (Mortis).
Estas cuatro ráfagas de su nuevo sonido, se sumarían al repertorio que definieron los primeros 10 años de A.S.M.A, para girar por escenarios mucho más exigentes alrededor del país. Agradecidos con los bares que siempre han abiertos sus tarimas para ellos, los integrantes de la agrupación, antecedidos por su amplia trayectoria y con ambiciones más retadoras en el horizonte, se enfrentaron en 2023 a los públicos de Acacías Rock y Sua Rock, hicieron presencia en medios de comunicación especializados del continente y se han preparando para extender su huella en la escena independiente de los sonidos extremos.
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